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Censura artística, ¿cuándo es procedente?. |
Mis lectores saben que soy contrario a todo tipo de censura,
incluyendo, por supuesto, la censura artística. No obstante creo que cierto
grado de censura no solo es correcto sino totalmente necesario en algunos
casos, como cuando las exposiciones se hacen en locales gestionados por
ayuntamientos y que normalmente son cedidos gratuitamente al autor.
Censura artística en locales de gestión municipal
El pintor Ausín Sanz tenía previsto inaugurar su muestra de
cuadros en Salamanca. A tal efecto solicitó permiso y, al menos aparentemente,
le fue concedido, cediéndole un local en el edificio Julián Sánchez El Charro.
La sorpresa para el autor fue mayúscula cuando unos días antes de la
inauguración, mientras todavía estaba colgando cuadros, se personó un
representante del ayuntamiento exigiéndole que desmontara la exposición porque
el Gobierno local así lo había decidido por contener «imágenes
inadecuadas para el público».
El motivo de la censura artística
Por lo visto, el motivo de tal censura artística eran un par de
cuadros; en uno de ellos aparece Rajoy y en otro la infanta Cristina; en ambos
casos con heces en la cabeza.
Mi opinión personal es que, además de que ambos cuadros me
parecen de dudoso gusto, la censura puede estar más que justificada en este
caso. Muy distinto sería que el autor programase la exposición en un local
privado, en cuyo caso vería muy reprobable que le obligasen a retirar los
cuadros.
Otra cosa es que la gestión no haya sido correcta porque, según
manifiesta el autor: «Antes de montar la exposición les mandé folletos,
información de mis creaciones y mi dossier. Conocían perfectamente cómo es
mi obra de denuncia social».
El Gobierno local replica que el autor «no le mostró» todas las
obras.
¿Hubo ocultación intencionada por parte del autor en el momento
de pedir el permiso?
Ramón Cerdá
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