RODRIGO RATO Y JORDI PUJOL.
Rafael del Barco Carreras
Barcelona 15-4-2015. Vidas
paralelas. La de dos generales del mismo ejército, pero con un objetivo o
enemigo común; el Estado que les paga. De quinta columna pero cómo único
objetivo mantener y acrecentar su oscura fortuna . Un enemigo al que no se
pretende abatir, antes al contrario, engordarlo para sacar más provecho. Un
estado de murallas tan potentes que de no aliarse y luchar juntos, desde dentro
cual Caballo de Troya, es casi imposible ganar una batalla. La guerra final, el
enriquecimiento sin límite e impune, la han celebrado a través de la Historia
pocos de sus generales. Robar al Estado, o no pagar los impuestos, es otro de
los deportes nacionales. Otro paralelismo sería que la tradición de viajar a paraísos
fiscales se remontaba a sus progenitores, o sea que quizá se repita la excusa
de la herencia o deixa. El Banco de Siero, otro escándalo
familiar, acabó en condena, y venta a Ruiz Mateos. Pecata minuta.
Abusando de nuevo de Plutarco y
la metáfora, si en pasadas épocas el estamento militar, era uno de los
requisitos para el enriquecimiento, listando "picos, palas y
azadones" a lo Gran Capitán, en la actualidad, afirmaría que ningún
general pueda ni de lejos alcanzar la riqueza conseguida por estos presuntos
sinvergüenzas. Se encontraron poco, pero suficiente, según el propio Pujol en
el tercer tomo de sus memorias. Usando términos casi militares escribe:
Pag. 55 de "De
la bonanza a un reto nuevo" 1993-2011
"CONVERSACIÓN EN EL MOLINO
Finalmente recibí una llamada de José María Aznar . Quería verme. Celebramos la
reunión, con toda clase de precauciones, el domingo 17 de marzo, cerca de
Madrid, en la casa que Rodrigo Rato tiene en el pueblo de Carabaña: Un antiguo
molino por debajo del que circulan las aguas de Tajuña. Para no llamar la
atención hice el viaje sin vehículos de escolta...
Duró unas tres horas.
Aznar la comentó con esta frase:"Tengo mucho interés en pactar, pero no lo
puedo hacer a cualquier precio". Le contesté que yo tampoco..."
Más que una reunión de generales de
la antigua Grecia y Roma, parece una escena del Padrino.
Pag. 67, LA PRIMERA LEGISLATURA DE AZNAR Y EL EURO
"Me complace decir que fue muy acertado mi consejo de situar a Enric
Lacalle como presidente del Consorcio de la Zona Franca, porque lo hizo
realmente bien...
Se produjo un hecho
afortunado, y es que Rodrigo Rato, el ministro de Economía de Aznar, tenía el
mismo criterio que Pedro Solbes..."
PAG. 74
"Se ha de decir de todas formas que el año 1996 Aznar, Rato y todo el
gobierno transmitían la impresión que actuaban en serio y decididos y que
ahora, en cambio, el gobierno español y su presidente no inspiran confianza.
Un segundo comentario se
ha de añadir a la presencia internacional de alto nivel, reconocida y valorada,
que durante los gobiernos de CIU tuvo Cataluña..."
PAG. 89
"La reunión secreta de nuevo, se celebró en Madrid. Me acompañaron Josep
M. Culell y Maciá Alavedra. Por el PP, vinieron Mariano Rubio, Rodrigo Rato y
Cristóbal Montoro..."
Poco importan sus fantasías
sobre conversaciones y tratados, únicamente importan los personajes
habituales en LA GRAN CORRUPCIÓN.
En cuanto a Enric
Lacalle garantizaría la continuidad de la total OMERTÁ sobre
el caso Consorcio de la Zona Franca de Barcelona. Si a los socialistas
de Narcís Serra no se les ocurrió la versión real sobre el
gran desfalco entre los años 1975 y 1979 (época que ya, 1977,
Pujol disfrutaba de una consejería en la primera Generalitat de Tarradellas,
junto al propio Narcís, y también de la "amistad" de Javier de la
Rosa, por lo tanto conocía de primera mano el paradero de los inicialmente
desaparecidos 10.000 millones de pesetas) asegurar a Lacalle,
del PP, fuera situar a uno de sus más íntimos. Amigo de todos, e íntimo de De
la Rosa, además de concejal con Narcís.
Y la reunión sobre el euro...
la mesa, un mosaico de presuntos y condenados corruptos. Los límites del coto o
corfijo, mordidas e impunidad... se mantendrían como en los mejores tiempos de
Felipe González... la gobernabilidad...
No se repetiría otra denuncia
estilo Banca Catalana. Tampoco detener a Antonio de la Rosa,
padre de Javier, que residía en Barcelona en casa de su hijo Antonio, con
sueldo de su Generalitat. Repetir el juicio por el caso Consorcio no
apetecía.
|