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Intrusismo profesional.
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El intrusismo profesional existe en todas las profesiones y
oficios y existirá siempre, y tiene varias vertientes, desde el que ofrece
servicios sin estar titulado pero con los conocimientos necesarios, hasta el
que está titulado sin experiencia y no está dado de alta. Tanto una cosa como
la otra son intrusismo profesional, pero también es intrusismo profesional lo
que hace la peluquera del quinto con las vecinas, o ese albañil jubilado que
nos echa una mano en el muro de piedra del chalet, o quien estando cobrando una
pensión de invalidez hace sus chapucillas en negro. O sea, que el concepto de
intrusismo profesional es amplio y variado.
Intrusismo profesional versus corporativismo
La otra cara de la moneda del intrusismo profesional es el
corporativismo, y me refiero al corporativismo exacerbado, cuando ciertos
profesionales, no solo exigen que un no titulado no pueda hacer ciertas
gestiones, sino que ni siquiera quiere que otro profesional de otra rama lo
pueda hacer, cosa que pasa a menudo entre profesiones «administrativas». Una
declaración de renta parece claro que es cosa de un asesor fiscal, ¿pero es
intrusismo profesional que un abogado, o un gestor, perfectamente preparados puedan
hacerla sin que se considere intrusismo? Hay opiniones para todo. En cualquier
caso, el motivo de este breve artículo es otro, concretamente la noticia que
hace unos días se difundió en redes sociales en las que un jubilado que
visitaba el parque Güell, lo enseñaba y explicaba a unos amigos. Por lo visto
fue amonestado y advertido de que no podía hacer eso porque perjudicaba a los
guías profesionales. Lo veo un tanto absurdo; ahora bien, la noticia no aclara
si este buen hombre se limitó a acompañar a unos amigos ese día o,
habitualmente, se acerca por allí con gente distinta diciendo que son amigos
suyos. Está claro que si es lo segundo, habría que plantearse la posibilidad de
que quien lo amonestó tenía cierta razón, pero si se trataba de un caso aislado
y no dejan que nadie le explique a nadie nada, a no ser que sea un guía
titulado, me parece ridículo. Personalmente creo que el intrusismo profesional
se debe combatir de otra manera, no a base de titulitis, ni de corporativismo,
ni de si soy de tal o cual asociación. Cada cual debería defender su territorio
sin atacar al otro, demostrando que se es un buen profesional y no quejándose a
toda hora de que tal o cual lo hace sin autorización. No obstante, todos
estamos en nuestro derecho a denunciar prácticas que consideremos que no son
legales. Aunque lo del parque Güell tiene sus bemoles.
Ramón Cerdá
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