Protocolo antiterrorista para no terroristas, o cómo
hacer que se calle alguien
by Ramón
Cerdá
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No conozco a fondo en qué consiste el protocolo antiterrorista
que se puede aplicar en las comunicaciones penitenciarias, pero tengo claro que
solo es aplicable a terroristas, o si mucho me apuran, a presuntos terroristas
acusados de terrorismo. ¿Cómo llego a esa conclusión?, pues simplemente viendo
el nombre: ANTITERRORISTA.
¿Se puede aplicar el protocolo antiterrorista contra alguien
que no está acusado de terrorismo y mucho menos se ha demostrado que pueda ser
terrorista?
La respuesta creo que es evidente y tajante: NO, no se puede
aplicar un protocolo antiterrorista para fines distintos a los relacionados con
el terrorismo.
¿Puede considerarse una entrevista como terrorista?
Francisco Granados, supuesto cabecilla de la denominada
«Operación Púnica» lleva ya algún tiempo en la cárcel sin haber sido juzgado
(es otra de las cosas que me parecen intolerables: lo de la prisión
provisional). Hasta el momento solo es sospechoso. Sé que para muchos ya está
juzgado y condenado (es lo malo que tiene esta sociedad tan fácil de contaminar),
pero creo que deberíamos ser respetuosos con estas cuestiones y mantener la
presunción de inocencia en todos los casos. Pero con independencia de que se
considere a Granados culpable o inocente, lo que está claro es que no está
acusado de terrorismo; ¿por qué entonces se le ha aplicado el protocolo
antiterrorista impidiendo las comunicaciones incluso con su mujer durante seis
meses?
Según dicen desde la Secretaría General de Instituciones
Penitenciarias, por la «capacidad criminal y la peligrosidad del interno
patente en los delitos presuntamente cometidos relacionados con la corrupción»,
y por haberse puesto en contacto con los medios de comunicación para «llevar a
cabo denuncias o quejas fuera de los canales establecidos reglamentariamente,
que pueden resultar infundadas y plantear supuestas amenazas».
O sea, que por contactar con un medio democrático, defender su
inocencia y decir lo que piensa de otros miembros del partido lo castigan de
cara a la pared y no lo dejan ni hablar con su mujer. ¿Qué quieren que les
diga? El sistema jurídico-penitenciario me parece un fiasco. Y otro fiasco es
la supuesta independencia jurídico-política, porque esto huele a que no quieren
que siga hablando; al menos no antes de las elecciones.
Ramón Cerdá
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