Los antiguos miembros del
Sindicato Unificado de la Guardia Civil piden al Congreso ser readmitidos en el
cuerpo.
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El
movimiento reivindicativo en el seno de la Guardia Civil, tiene su origen en
1976. Concretamente el 17 de diciembre. Entonces unos 400 miembros del cuerpo y
otros tantos de la entonces denominada Policía Armada se manifestaron en la
Puerta del sol, por aquellas fechas, sede de la Dirección General de Seguridad
del Ministerio del Interior, (DGS) para reivindicar algo que el estado obligaba
a cualquier empresario para con sus empleados, y aún sigue exigiendo hoy: al
alta en la Seguridad Social que ellos no tenían.
Aún
a pesar, de que la manifestación fue consentida, la represión en el cuerpo fue
demoledora. Tras pasar unos meses de prisión en la Academia de El Escorial,
fueron finalmente expulsados sin procedimiento administrativo alguno. Pasados
los años, los tribunales de Justicia fueron fallando a favor de ellos y
consiguieron el reingreso en la Guardia Civil.
Pero
la represión no terminó allí. Cientos de Guardias de diferentes unidades de
Madrid fueron embarcados de forma repentina y sin previo aviso por diferentes
unidades de territorio nacional.
Sin
embargo, la jugada de dispersión diseñada por el Ministerio del Interior o
directamente por la Dirección General no tuvo el efecto deseado. Lejos de
erradicar el movimiento asociacionista de estos Guardias lo que creo fue la
aparición de distintos grupos reivindicativos allá donde habían sido destinados,
como castigo, extendiendo el problema a todo el territorio nacional.
Ya
en los años 80 surgieron diferentes movimientos clandestinos por diversas
provincias y en la mitad de la década, emergió la figura en Sevilla del Cabo
Manuel Rosa Recuerda, pretendiendo la legalización de la Unión Democrática de Guardias Civiles (UDGC).
El
Movimiento posterior vertebrado bajo las siglas SUGC (Sindicato Unificado de
Guardias Civiles) tuvo otro éxito inesperado en toda España, organizándose
en delegaciones provinciales y con comunicaciones fluidas entre ellos. Este
movimiento conto con el apoyo de Medios de Comunicación de la época con
reportajes, entrevistas, denuncias… y también con el respaldo de sindicatos con
USO, CC.OO. y UGT. También de partidos políticos, entre ellos Izquierda Unida
(IU) y PSOE, con quien el recién nacido sindicato mantenía reuniones
constantes.
Sin
embargo, La Dirección General de la Guardia Civil no podía permitir que unos
sublevados airearan a los cuatro vientos los problemas, las demandas y las
prebendas de algunos privilegiados del cuerpo. En 1989 el Instituto Armado
desarrollo una estrategia para desmantelar el movimiento clandestino. Se
solicitan mandamientos judiciales a tribunales militares para intervención de
teléfonos de los principales objetivos a controlar, coincidiendo con la
celebración de las elecciones a los representantes de los guardias en la Mutua
Benéfica de la Guardia Civil. Se instalaron urnas en cuarteles y comandancias,
pero los mandos, anclados en el pasado, no podían soportar aquella afrenta y
suspendieron las elecciones. El SUGC había copado casi la totalidad de los
representantes. La Administración reconoció un agujero de 15.000 millones pero
una auditoría realizada por CC.OO sacó a la luz un agujero real en la citada
Mutua de 50.000 millones de pesetas.
Es
a partir de esas fechas, y a través de la utilización de infiltrados por el
mando, cuando los juzgados militares inician diligencias por sedición militar,
produciéndose desde entonces un goteo de detenciones de los principales
objetivos que la operación citaba y enumeraba. Todos fueron siendo expulsados
del cuerpo por delitos de sedición militar. Aquellos primeros luchadores por la
democracia y los derechos civiles en el seno de la Guardia Civil fueron el
germen delo que fue la COPROPER o lo que hoy conocemos como la Asociación
Unificada de Guardias Civiles (AUGC).
Por
eso aquellos guardias expulsados del cuerpo por un delito de sedición militar,
el pasado 20 de Octubre de 2017, presentaron un escrito a la presidenta del
Congreso Ana Pastor, solicitándoles su reingreso en el cuerpo. El escrito viene
firmado por cuatro asociaciones de Guardias Civiles como son: Colectivo Democrático
de Policías y Guardias Civiles (CDPG), Sociedad Unionista de Guardias Civiles,
(SUGC), Agrupación Reformista de Policías (ARP) y por el Observatorio de la
Ciudadanía Contra la Corrupción (OCC), Asociación Española de Guardias Civiles
(AEGC), Unión de Guardias Civiles (UGC) Independientes Guardia Civil (IGC). Aún
no han tenido ninguna comunicación oficial del Congreso de los Diputados.
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