MERCÈ PIGEM DIMITE
Rafael del Barco Carreras
Barcelona
30-11-2014. A última hora de ayer sábado dimitía Mercé Pigem. Los
catalanes nos quedamos sin la vocal del CGPJ, Consejo General del Poder
Judicial, que debía intervenir sobre la permanencia del Juez
Ruz en la plaza que ejerce de interino, o dirimir y presentar
cualquier elección de carácter y matiz independentista en la Audiencia
de Barcelona. La última intervención mediática el perdón al Juez
independentista Santiago Vidal por redactar la futura
Constitución de la República Catalana. Un fajo de billetes, donación o herencia
materna, se ha instrumentalizado, según su carta de dimisión.
A causa de la
politización de la Justicia el juez Ruz, que podría decidir la prisión de
cualquier miembro del Clan Pujol ¡o todos! con mayor causa y razón que la de
Bárcenas, seguirá igualmente en la cuerda floja de la arbitrariedad o capricho,
pues a la vocal catalanista le sustituirá uno del PP, o confeso afín, nombrado
por el Senado. La “interinidad” ha sido y es una
de las causas de eternización de los sumarios políticamente delicados, y por lo
visto se prorroga hasta que el interino muestra demasiada “decencia” o
“profesionalidad”. En cuanto a la elección de magistrados y cargos
en Barcelona los catalanes nos quedamos huérfanos. Nadie presentará candidatos
por su pureza de sangre o correcto apellido, su catalán de primer nivel, o
adhesión al catalanismo independentista versión Jordi Pujol. Sin representante
de CIU los nombramientos deberán “negociarse” como parte de la
delicada situación entre Mas y Rajoy. Antes Pujol los
negociaba a cuenta de la “gobernabilidad” de España, caso Luis Pascual
Estevill.
“Instrumentalizar”, palabra de moda. Vocabulario
“victimista” de quienes enfangados justifican su dinero. Instrumentalizar es en
la política catalana o española sinónimo de dinero. Cada corrupción se
instrumentaliza. Pillados en la cama, nunca es lo que parece.
Carta de dimisión
digna de figurar en el “histórico” proceso catalán hacia la
independencia:
EXCMO SR. D.
CARLOS LESMES SERRANO
Presidente del
Consejo General del Poder Judicial
Barcelona,
veintinueve de Noviembre de 2014
El pasado 15 de
Noviembre, en un control en la Aduana de salida de Andorra, declaré ante la
Guardia
Civil ser
portadora de un dinero regalado por mi madre, que tiene su residencia oficial
en el Principado
de Andorra.
No se levantó
acta alguna sobre mí porque los hechos no suponen ninguna irregularidad, aunque
su
apariencia es
indudable que era susceptible de ser instrumentalizada, como así ha sido,
siendo filtrados
a la opinión
pública en el trasfondo del grave enfrentamiento político con motivo de la
situación en
Catalunya. Las
insidias interesadamente promovidas, la publicación de afirmaciones sesgadas y
su
promoción
dirigida a manchar mi honorabilidad, condujeron a que en mi encuentro con el
Presidente
del CGPJ, éste me
solicitara la renuncia al cargo.
Me enfrento a una
situación muy difícil, con sentimientos encontrados: por una parte, la
conciencia de
que nada hay de
irregular en mi actuación, tal como se reconoce por el propio Presidente del
CGPJ, el
apoyo de cuantos
conocen mi trayectoria personal, profesional y política, y el reconocimiento
que se
me expresa a mi
trabajo en el Consejo , me llevarían sin ninguna duda a mantenerme en la
función que
desempeño, sin
dar pábulo a que mi salida pudiera interpretarse en el sentido de dar la razón
a las
descalificaciones
y especulaciones que se han vertido sobre mí.
Por otra, debo
gestionar la situación, amplificada con ensañamiento por los medios, tratando
de
generar el menor
daño posible. Me duele enormemente que se haya solicitado mi renuncia, pero
comprendo también
el recelo que puede provocar la utilización de esta situación para dañar una
vez
más la confianza
de la ciudadanía en una Institución que ya es frágil en este sentido.
Pero
especialmente me encuentro en una situación en la que me veo muy afectada por
el descrédito al
que se me está
sometiendo. No me siento capaz de seguir tomando las decisiones a que mi cargo
me
obliga -todas
ellas de una gran trascendencia y sensibilidad para el gobierno de los Jueces-
pensando
que pueden ser
“castigadas”. La campaña que padezco me ha hecho demasiado frágil para ejercer
una
función en la que
lo único que debe primar es el interés general. Mis decisiones no pueden verse
mediatizadas por
el temor de que no sean” convenientes” y así evitar que se reiteren una y otra
vez las
descalificaciones
a que estoy siendo sometida. Ello sería malo para todos: para el buen gobierno
de los
Jueces, para los
ciudadanos, para la Institución, para mi formación política y para mí misma,
que
siempre he sido
exigente y transparente en el desempeño del servicio público y no quiero ni
debo
modificar lo que
entiendo que debe ser el recto proceder.
Todo ello me
lleva, con gran pesar y tras una profunda reflexión, a presentar mi dimisión
como Vocal del
Consejo General
de Poder Judicial.
Mercè Pigem
Palmés
Cada uno que
opine… sobre la politización de la Justicia….
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