Publicidad sexista en los tribunales
by Ramón
Cerdá
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Tengo claro que un nutrido sector de personas estarán en total
desacuerdo conmigo con lo que voy a decir sobre la publicidad sexista y me
arriesgo a que se me tilde de machista, pero hay ciertas actitudes que me
parecen represivas y ridículas y tengo que decirlo. La publicidad; soy el
primero en admitirlo, no siempre es muy adecuada, a pesar del supuesto
autocontrol y todas las medidas que se tomen al respecto, pero su objetivo es
vender un producto y, por lo tanto, desde el punto de vista práctico, para mí
una publicidad será buena o no, en función de los resultados de ventas. Si
estamos ante una publicidad ingeniosa y respetuosa que es una maravilla en
todos los sentidos artísticos, pero quien la ve, al final no se acuerda de lo
que estaban anunciando, tendremos que admitir que es una mala publicidad. En
cambio hay muchos anuncios que, personalmente, me parecen desagradables, pero
funcionan, o al menos lo hacen dentro de su público objetivo. Que me desagraden
a mí no quiere decir que se tengan que prohibir, porque si vamos con esas, lo
que se tendrá que prohibir al final será toda la publicidad.
No voy a citar anunciantes, pero si nos fijamos en muchos de los
anuncios, especialmente los dirigidos a los más jóvenes, veremos que, entre
otras cosas, se fomentan antivalores, como el egoísmo y el no querer compartir.
Esos anuncios me parecen nefastos, pero no voy a acudir a la fiscalía porque no
me gusten, creo que, por encima de todo, está la libertad de expresión y de
mercado. Si una campaña es perjudicial para la empresa anunciante, ya se
encargará la propia empresa de retirarla o modificarla.
¿Por qué llega la publicidad sexista a los tribunales?
Lo que me parece vergonzoso es el uso que se le da a los
tribunales en muchos casos, incluyendo los asuntos de supuesta publicidad
sexista. El pasado año, el Instituto de la Mujer de Madrid presentó una demanda
por publicidad sexista contra Cementos la Unión, de Ribaroja, por utilizar la
imagen de una mujer (virtual, ni siquiera era una modelo) esbelta en bikini
para el anuncio del cemento. Se solicitó el cese de la publicidad y la
prohibición futura de ese tipo de imágenes. La sección contra la violencia
sobre la mujer de la fiscalía de Valencia también ha tomado parte en el asunto.
Mi opinión:
La publicidad sexista no tiene nada que ver con la violencia de
género. Evidentemente, si en el anuncio hubiera un hombre pegando a una mujer,
estaríamos hablando de otra cosa y supongo que a nadie se le ocurriría plantear
un anuncio en esos términos, pero en estos anuncios de Cementos la Unión no hay
violencia de ninguna clase. ¿Que no son los anuncios más apropiados del
mundo?... Estoy de acuerdo, y el de Cementos la Unión precisamente, a mí no me
gusta, pero de ahí a que vía tribunales se le exija la retirada, me parece
aberrante.
El calendario Pirelli ha estado toda la vida en todos los
talleres mecánicos y es evidente que las chicas en ellos fotografiados nada
tienen que ver con las ruedas de los automóviles, pero han estado cumpliendo su
función porque se han pasado todo el año haciendo publicidad estática en el
lugar más adecuado. Además, comparado con otro tipo de publicidad, el
calendario es una opción muy económica. Claro que también ha tenido sus
críticas por publicidad sexista, y en cierto modo se han visto obligados a
rectificar. Para el 2016, en lugar de modelos, Pirelli ha optado por
fotografiar a mujeres con éxito. ¿Acierto o error? Tengo claro que esos
calendarios interesarán mucho menos que los anteriores y, por lo tanto, el
impacto publicitario será mucho menor, y al mismo tiempo (aunque esta vez no se
quejarán las asociaciones feministas) sigue siendo tan sexista como los
anteriores, solo que se destaca el éxito femenino y no las tetas.
Resumiendo:
1.- La publicidad de Cementos la Unión no me gusta.
2.- Creo que Cementos la Unión no incita a la violencia de
género con dicha publicidad.
3.- Me parece aberrante y ridículo, no solo que se presenten
este tipo de denuncias, sino que lleguen a aceptarse.
4.- Estaremos atentos al veredicto para seguir comentando.
Ramón Cerrdá
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