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miércoles, 14 de septiembre de 2016

El poder selectivo de los medios de comunicación

El poder selectivo de los medios de comunicación

El poder selectivo de los medios de comunicación filtra lo que es «importante» y lo que no lo es. De ahí que existan los juicios mediáticos en los asuntos más escabrosos que generan audiencia y que, al fin y al cabo son los que interesan a esos medios que se retroalimentan de ellos. ¿Por qué en unos casos hay juicio mediático y en otros no? No siempre hay una explicación razonable, pero puede ser una combinación de morbo, intereses políticos, intereses económicos... ¿Y qué pasa con las investigaciones de las desapariciones? ¿No es llamativo que desapareciendo más de catorce mil personas al año (casi cuarenta al día) solo se hable de unos pocos casos?

El poder selectivo de los medios de comunicación hace que solo nos enteremos de un cierto número de noticias

#El poder selectivo de los medios de comunicación
El poder selectivo de los medios de comunicación hace que solo veamos lo que quieren que veamos.
Esto tampoco es necesariamente una crítica. Si exigiéramos que se nos informara de todo, por ejemplo de esas catorce mil desapariciones, los telediarios no tendrían espacio material para tantas noticias, ni creo yo que a nosotros nos interesara una lista interminable de nombres y fotografías a diario. Al cabo de una semana no le prestaríamos la más mínima atención.
Los medios de comunicación están obligados a una preselección. Por eso solo nos enteramos de unos pocos casos de desapariciones. Casi siempre chicas jóvenes de familias bien. ¿A quién le importa la desaparición de un jubilado de ochenta años en Teruel? Tiene mucho más morbo y repercusión mediática el caso de una joven desaparecida en circunstancias extrañas.
Actualmente las redes sociales también influyen en estas cosas. Si una desaparición tiene amplia repercusión en las redes, será más fácil que salte a los medios de comunicación. Lo que también habría que preguntarse es si eso beneficia, o por el contrario perjudica a la víctima.
¿Cuál sería la solución óptima? ¿No informar de ninguna desaparición y que las fuerzas de seguridad se limitaran a realizar las investigaciones correspondientes? ¿En qué ayuda esa mediatización? Pues posiblemente fuera lo mejor, pero no es lo que ocurrirá.

Ramón Cerdá
 
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