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jueves, 10 de agosto de 2017

Voluntarios para trabajar sin cobrar

Voluntarios para trabajar sin cobrar


Cualquier pequeño empresario se habrá visto en la situación, puntual o no, de que algún hijo suyo le haya echado una mano en la tienda, o en el taller. Es algo (o era) muy normal e incluso «saludable». Y digo saludable porque es una forma de que los hijos aprendan el oficio o negocio de los padres y asuman lo que es tener responsabilidades, cosa que hoy en día parece que se ha perdido. ¿Qué tiene eso de malo? Quizá hace veinte años no tenía nada de malo, pero ahora, en esta sociedad hipócrita en la que vivimos, hacer eso es poco menos que un crimen. Y lo es por dos motivos muy distintos que que avanzan parejos. Hoy quería hablar de los voluntarios.

Yo también quiero voluntarios para trabajar sin cobrar


Uno de los motivos por los que es casi un sacrilegio que los hijos echen una mano a los padres en el negocio familiar es porque eso se considera explotación infantil o juvenil. Somos incapaces de verlo desde la lógica en que lo veían nuestros padres. Ahora vivimos inmersos en la patología de lo políticamente correcto y los derechos sin obligaciones; la misma patología social que pretende alargar la edad de jubilación mientras muchos jóvenes están sin trabajo (y sin ganas de buscarlo). Así que decirle a un chaval que venga a echarnos una mano el viernes por la tarde porque se amontona el trabajo... Pues eso, que lo estamos explotando y tal cosa no se puede consentir porque seguro que él tendrá mejores cosas que hacer.
Pero hay otra cuestión que no sé si es igual de mala o peor, y es la legislación, la maldita legislación que crece sin mesura y que solo busca complicarnos la vida a todos. Como te pillen una tarde con tu hijo en la empresa sin estar dado de alta en la Seguridad Social, te montan una inquisición. ¿Es eso normal? Creo que en ese aspecto (y en otros cientos) en lugar de avanzar, lo que hacemos es retroceder y cada vez estamos en peor situación.
Dicho todo esto, a lo que iba: No me gusta hablar de fútbol, pero un lector de este blog me ha enviado un enlace a una noticia que me ha llamado mucho la atención. Es sobre los voluntarios de los clubes de fútbol. O sea, que un pequeño empresario que tiene una tienda de telas no puede tener a nadie sin asegurar (ni siquiera a su hijo), pero los clubes de fútbol que manejan miles de millones, sí que pueden tener voluntarios sin asegurar a los que «pagan» dejándoles ver el partido. ¿Es tolerable eso?
He extraído alguna frase del testimonio de uno de esos voluntarios. Voluntarios que yo ni siquiera sabía que existían hasta hoy, aunque claro, de fútbol entiendo bien poco, por no decir nada.
«Yo personalmente, antes de que se abran las puertas en el partido ante el Real Madrid el club nos comunica que las puertas estarán abiertas durante gran parte de la primera mitad, y esa no es nuestra función. Nosotros estamos allí dos horas antes de que empiece el partido, para quitar tapones de botellas y otros objetos que puedan considerarse peligrosos en la entrada al estadio y una vez empieza el partido pues esperar en las puertas diez minutos y luego ya pues sentarnos donde queramos excepto en tribuna para ver el partido».
«Hacemos digamos, parte del trabajo que deberían hacer los responsables de seguridad, que no la hace imagino que por el hecho de ahorrar dinero el club».
«[…] yo creo todos los clubes de primera tienen voluntariado. Nosotros somos aquellos que vamos con una chaqueta azul, que nos sentamos en un rincón del campo, en las escaleras. Pero al fin y al cabo estamos porque queremos, aceptamos que no nos paguen por lo que hacemos porque a cambio vemos los partidos de fútbol gratis, aceptando unas normas».
Yo alucino.
Ramón Cerdá
 
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