MADRID- ¿Qué tienen que ver los ex altos cargos de la Generalitat Macià Alavedra y Lluís Prenafeta con el presunto capo de la mafia rusa Gennadios Petrov? ¿Y el ex portavoz batasuno Arnaldo Otegi con el que fuera ministro marroquí de Interior Dris Sbai? ¿Y los tres mandos policiales imputados por un supuesto «chivatazo» a ETA con el ex jefe militar de la banda Garikoitz Aspiazu «Txeroki»? Por distintos motivos, el futuro judicial de todos ellos está en manos del juez Baltasar Garzón, sobre el que se cierne ahora la sombra de la suspensión tras convertirse en el primer magistrado en afrontar tres querellas por su actividad judicial...Leer+
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