TORRES BUSCÓ PROTEGER LA INVESTIGACIÓN DE 'MALAYA' CON SU ARRESTO
'Florito' ordenó que le dejaran hablar con JAG cuando fue detenido
El ex comisario Florencio San Agapito en una imagen de archivo (EFE) @Amparo de la Gama. Marbella.-
El comisario jubilado Florencio San Agapito, el valedor de Rafael Vera en la década de los ochenta en el Ministerio del Interior, se sienta en el banquillo imputado por participar, junto a Roca y el ex teniente de alcalde Pedro Román, en el pelotazo urbanístico conocido como Crucero Banús. El que fuera ángel de la guardia de la secretaria de Estado para
San Agapito fue detenido cuando ocupaba un cargo de peso en Telefónica. El día de su arresto el ex comisario fue trasladado a Málaga para ser puesto a disposición judicial y prestar declaración ante el juez Miguel Torres. Fuentes de la investigación indicaron a El Confidencial que una vez que el mando de interior estuvo en dependencias policiales “y antes de que le acusaran de nada” pidió que le pusieran en contacto con el jefe de
Cuando al juez instructor del caso, Miguel Ángel Torres, tuvo conocimiento de las “peligrosas maniobras” del ex comisario con altos mandos de la policía judicial, prohibió tajantemente a los agentes del grupo tercero de blanqueo de capitales de
Ríos de tinta
Desde que se produjo este hecho, el juez Torres, decidió proteger la investigación de Malaya de la propia Policía. Los mismos inspectores que llevaron la investigación hasta julio de 2007 reconocen que les prohibió por escrito "pedir cualquier información dentro de la institución".
Esta semana, en el juicio, los peritos policiales explicaron que, con la documentación que tenían en sus manos, sólo abordaron una investigación parcial. Ni siquiera se había cerrado esta pieza cuando el jefe del grupo y su segundo tuvieron que abandonar el grupo de blanqueo para ser trasladados a la comisaría de El Palo en Málaga.
Florito
El juez Torres fue muy criticado por las formas que adoptó para detener a San Agapito. Pero por aquel entonces, el joven magistrado “ya empezaba a estar harto de las injerencias desde todos los flancos”. La cautela para extremar la confidencialidad de la investigación era cada día mas extrema. Aún quedaba por determinar los lazos que unían al ex comisario con Roca. Lo único que por entonces se conocía era que el ex comisario tenía una casa en Marbella. Lo que se ignoraba era la gran amistad que le unía con el jefe de la trama corrupta marbellí al que amigablemente Roca, le llama siempre en público Florito.
Torres no hizo distinciones. El día que Florencio San Agapito pisó los juzgados de Marbella, su defensor de entonces, Miguel Bajo Fernández, criticó duramente la conducta del juez instructor, denominandole como “el jefe de la Policía Judicial”. “Estuve una hora esperando en la secretaria sin noticias sobre si tomaba declaración a San Agapito. Pedí a los funcionarios explicaciones. Entonces salió del despacho el juez Torres, con un gesto de abriendo el pecho, en mangas de camisa, diciéndome: ‘¿Qué quiere usted? Sepa que (a San Agapito) lo han detenido y se lo han llevado a los calabozos’”, indicó el defensor.
Detención espectáculo
Ahora, en la vista oral que se sigue desde
Según Álvarez, San Agapito se presento el 23 de abril de 2007 en la sede judicial. Entonces, Torres ordenó su detención y fue llevado desde Marbella hasta Málaga para, al día siguiente, declarar ante el magistrado. Fue una “detención espectáculo”. Ahora el defensor pone en duda las indagaciones de
El guardián de los secretos
Los que le conocen, dicen que Florencio San Agapito es el hombre perfecto para mantener un secreto. Ha sido el “custodio” de los sucesivos Gobiernos de UCD y PSOE, hasta que saltó al sector privado para velar los enigmas de César Alierta. Florito supo también guardar magistralmente los secretos del golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, cuando Juan José Rosón dirigía el Ministerio del Interior y el era jefe de la secretaría particular de Francisco Laína, director de
Cuando el PSOE desbancó a UCD del gobierno, San Agapito continuó en el puesto. Los socialistas no querían hacer grandes cambios entre los comisarios, y de la noche a la mañana se convirtió en hombre de confianza de Rafael Vera.
San Agapito siguió en el Ministerio del Interior en un puesto similar con José Luis Corcuera hasta que pasó a trabajar con César Alierta. Su experiencia en la seguridad y en las comunicaciones ha sido todo un valor añadido para la seguridad corporativa de una empresa privada justo en una época, la década de los años 90, donde las escuchas entre empresarios comenzaron a estar a la orden del día.
Tal vez Florito esté también guardado la identidad del acrónimo mas buscado de Malaya.
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