El diputado José Luis Rodríguez (PP) agarró el ratón de su ordenador corporativo y, sacando la punta de la lengua en actitud de búsqueda y captura, llegó hasta la página web del Hotel Wynn, en Las Vegas. Pasó como un pájaro en vuelo por las diversas estancias virtuales del establecimiento deteniéndose en las que parecían más morbosas; se aprendió de memoria todos los servicios, y metió en la impresora el dossier de este hotel de superlujo. Allí, en ese mismo establecimiento, habían estado los directivos de la RTVA, Canal Sur. Entre ese y otros locales, desde M éxico a la Isla de la Magdalena, los máximos ejecutivos de la televisión pública andaluza gastaron un cuarto de millón de euros, de ellos, 27.403 en su paso por el hotel de la ciudad del juego.
El diputado Rodríguez no consiguió prueba alguna de devaneo escabroso por parte de los directivos de la tele, pero ese dispendio, unido a otros, le pareció más que suficiente para interpelar al director general del ente, Pablo Carrasco, en sesión parlamentaria, que se defendió diciendo que la estancia en la ciudad de los casinos había sido para asistir a una convención del gremio, donde todo profesional que se precie debía dejarse ver.
Canal Sur es la televisión pública de Andalucía. En el presupuesto de este año, la Junta le ha inyectado 173 millones de euros para que se pueda mantener. El director general, que tiene un suel do superior al del presidente Griñán, se propuso poner en marcha un plan de control del gasto. Y al presentarse ante la comisión parlamentaria, se encontró con los papeles del diputado Rodríguez siguiéndole la pista por Las Vegas.
El diputado, en Nueva York
“Yo he estado en Nueva York, en un hotel, y sé lo que cuesta… Claro, que me lo he pagado de mi bolsillo”, decía el diputado Rodríguez, natural de la pequeña localidad onubense de Gibraleón, cuando el director general del medio calificaba su investigación de “patética”. “Yo he estado en Nueva York…”
Sólo en alquileres de platós, la televisión andaluza se ha gastado un millón de euros; en gastos de representación de los directivos, 326.467 euros, y lo que parece más curioso aún, en cubrir la esta ncia de tres consejeros en el extranjero, 21.305 euros. Y, por si fuera poco, la cobertura de esas salidas oficiales las hizo un freelance.
A medida que el diputado Rodríguez movía el dedo acariciando el ratón, buscando la sauna del hotel o la sala de masajes, se iban acumulando por otra parte los datos sobre gastos de directivos. Sólo en teléfonos móviles, 544.633 euros; y en alquileres de vehículos para la radio y la televisión, casi once millones.
La televisión andaluza se ha convertido en una especie de remake de los Álvarez Quintero. Se suceden programas de chistes, cantes y bailes, con niños de corta edad aspirando a ser lo que algunos creen que siempre fueron los andaluces: gente que se ríe ante la desgracia, como en aquellas películas del franquismo con el gracioso de turno.
Faisán al horno
Sin embargo, sus señor ías en el Parlamento andaluz debaten sobre el tiempo que la tele ha mantenido el Faisán -el bar de los proetarras- a fuego lento. Todos parecen compartir el concepto cultural del aparato y, como suele ocurrir con los políticos, se ciegan con los telediarios y dejan para el pueblo el resto de la escalilla… Dice el director general de Canal Sur que él no da instrucciones a los profesionales que hacen la escalilla y por tanto no tiene por qué controlar cuanto tiempo sale en la pantalla cada político con sus escándalos a cuestas. Advierte, por si acaso, que ningún político le va a mover la programación. Se supone que a los del poder no les hace falta.
El despilfarro de Canal Sur se une ahora a la falta de ingresos por publicidad. “El presupuesto tenía truco”, dice el diputado Rodríguez. Se dijo que se iban a ingresar 12 millones de euros en publicidad en los tres pr imeros meses del año, y sólo se han conseguido 10. Carrasco le contesta con un estudio comparativo sobre la fusión de medios, multiplicación de la oferta de cadenas y datos similares. Pero la televisión andaluza va a perder este año 11 millones más de lo previsto, según previsiones de ahora, más por tanto que los 8,5 millones que perdió el año pasado, y todo sin olvidar las subvenciones, siempre por encima de los 170 millones.
En cualquier caso, Pablo Carrasco tiene claro que en la plantilla de Canal Sur no hay clases. Los directivos trabajan como los demás y todos son profesionales del ente. Así es, si así les parece. Sin embargo, cualquiera puede imaginar qué hubiera ocurrido en el presupuesto si en vez de ser los directivos hubieran sido los 1.600 profesionales con que cuenta la empresa los que hubieran reservado habitación en un hotel de superluj o en Las Vegas. Afortunadamente, en este caso para los bolsillos de los andaluces, todavía hay clases.
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