En la Estrategia de Seguridad Vial se marcan como prioridades las siguientes: La protección a los usuarios vulnerables, la movilidad segura en la zona urbana, los motoristas, las carreteras convencionales, los desplazamientos relacionados con el trabajo, la velocidad y el alcohol.
Durante la vigencia de la misma se pretenden llevar a cabo 172 medidas estructuradas en 11 áreas de actuación:
• Educación y Formación. Son los instrumentos que permiten modificar a medio y largo plazo el comportamiento de los usuarios de la vía, hacia comportamientos más seguros. Los niños, los jóvenes, los conductores noveles, los ciclistas y los motoristas son algunos de los colectivos sobre los que se actuará.
• Comunicación. Una sociedad concienciada del problema real que suponen los accidentes de tráfico y la penalización de comportamientos no seguros en los desplazamientos contribuye a que los usuarios de las vías desarrollen conductas responsables de forma voluntaria.
• La norma y su cumplimiento. La vigilancia y el control del cumplimiento de la norma, es junto con la información y la concienciación las herramientas más eficaces para consolidar el cambio de comportamiento de los diferentes usuarios de la vía.
• Salud y Seguridad Vial. Identificar situaciones de riesgo que estén relacionadas con las aptitudes para la conducción. Para ello, se impulsará la colaboración entre las distintas administraciones y agentes implicados para actuar prioritariamente sobre colectivos como las personas mayores y problemáticas específicas como el consumo de bebidas alcohólicas y drogas.
• Seguridad en el vehículo. El mejor conocimiento del parque de vehículos y sus condiciones de seguridad, la incorporación de los nuevos sistemas de seguridad activa y pasiva o la importancia de conservar en buenas condiciones los sistemas mecánicos y de seguridad del vehículo contribuirán a reducir el número de accidentes y su gravedad.
• Infraestructuras y Sistemas Inteligentes de Transporte. El estado y diseño de las carreteras tanto en la fase de planificación, como en la puesta en servicio o en su explotación constituye un factor clave para la seguridad en los desplazamientos.
• Zona Urbana. La convivencia en las ciudades de los colectivos más vulnerables, peatones y ciclistas con los vehículos a motor, requiere que las ciudades adapten el diseño de su red viaria y normativa para mejorar la seguridad de los desplazamientos urbanos.
• Empresa y transporte profesional. Los accidentes de tráfico relacionados con el trabajo abarcan tres problemáticas distintas: los accidentes de los transportistas profesionales, los accidentes durante la jornada laboral y los accidentes in itinere (al ir o volver al trabajo).
• Víctimas. Los accidentes de tráfico dejan cada año un elevado número de víctimas, lo que exige la protección y apoyo a las personas afectadas y a sus familiares.
• Investigación y gestión del conocimiento. Un conocimiento más preciso de la causalidad de los accidentes y de la efectividad de las medidas, entre otros, permitirá hacer más eficaces las actuaciones de seguridad vial. Los colectivos en los que se trabajará en esta área de investigación son los mayores, peatones, ciclistas y motoristas, especialmente.
• Coordinación y participación. La implicación y coordinación de todas las administraciones con competencias y la participación de la sociedad civil a través de los grupos de trabajo son factores claves de esta nueva estrategia.
Desde aqui aprobamos todas las medidas que se tomen con el objetivo de salvaguardar la Seguridad Vial. Como siempre destacamos la educación vial desde la edad escolar como núcleo para el correcto desarrollo de la Seguridad Vial.
|