Hoy me duele, nos duele especialmente ETA a los españoles cuando con toda desvergüenza, se presenta en coalición, la llamada izquierda abertzale, Sortu o Bildu, cómplices de los asesinos etarras a quienes Eusko Alkartasuna acoge en su seno para que nuestro Estado Español siga financiando a través de los cargos electos municipales o autonómicos el rearme y la reorganización de su poderoso elemento de chantaje: la E.T.A mafiosa, que se llama a si misma militar, cuando no son sino criminales enmascarados, amparados por 200 o trescientos mil votantes ignaros y cerriles, iletrados pero testarudos en busca de una independencia que no se merecen por el mucho mal que han hecho, y apoyados en el fondo por ese perseguidor del Nobel de la Paz inepto e incapaz que es Zapatero.
El Zapatero, tergiversador y tramposo que ayer mismo les decía delante de sus PSOES vascos que tenían que hacer mucho más en la vía del abducido Jesús Eguiguren, a la vez que proclamaba que el PP no debía utilizar como arma política el terrorismo, cuando eso es precisamente lo que hacía el mismo al mencionarlo ¡Vaya Falsario, hipócrita y fariseo, que no quería recordar lo que las víctimas del terrorismo le habían exigido en su manifestación de Madrid! Mientras Troitiño salía libre de la cárcel, olvidando los jueces la doctrina Parot, supongo que por presiones del ejecutivo, mientras volvían a pasar las televisiones los videos de los múltiples asesinatos por el cometidos, especialmente los guardias jóvenes de la plaza de la República Dominicana.
¡Qué sufrimiento!, precisamente hoy Lunes de Pascua el PATHOS de Jesucristo que sabiéndose hijo de Dios, según cuenta la Historia sin embargo , torturado ,lacerado y clavado en el peor y más ignominiosos de los suplicios, la muerte en cruz destilando sangre sudor y lagrimas aguantó hasta la muerte.
Santa paciencia, que han tenido las víctimas del terrorismo, de no tomarse la justicia por sus manos, con un pathos similar al del Cristo, que solo se dedicaron a gritar contra este pestilente gobierno de faisán podrido, apiolado para hacer comestible su carne infecta, pero que no se les ocurrió asaltar la sede del Ministerio del Interior, tan cercana, porque la revolución no está todavía “caliente”!Me sorprende tanto civismo frente a tanta afrenta criminal!
Hubo, algunos los más atrevidos, que fueron a gritar desde lejos contra Troitiño cuando abandonaba la cárcel de Huelva entre ikurriñas y la algarabía de sus infectos cómplices.
Precisamente hoy me ha llegado el artículo de mi amigo Luis de la Corte E.T.A en cifras sobre el libro de Miquel Buesa El dinero que mueve el terrorismo y los costes que genera.
Dice Luis de la Corte: “2.516 atentados (hasta el año 2008), 9.700 y pico actos de terrorismo callejero, 92 secuestrados; unas 37.600 víctimas directas, al menos 857 personas asesinadas y otras 4.800 heridas; 115 millones de euros extraídos mediante amenaza y extorsión, aproximadamente 125.000 personas que han abandonado el País Vasco para zafarse de esas amenazas y de una atmósfera social y política
opresiva para cualquiera que no comulgue con las tesis nacionalistas; 6.530 millones de euros de daños materiales causados por actos violentos, cerca de 24 millones de euros recibidos por intermediarios políticos (Batasuna) de las administraciones públicas españolas, en gran parte destinados a sufragar el terror, y unos 570 millones de euros gastados por el Estado en concepto de indemnización y ayuda a las víctimas de aquel terror. Nadie podrá decir que esta retahíla de cifras no es significativa. Son números que cantan, que dan alaridos más bien, pues reflejan una realidad tan terrible como objetiva y dolorosa. Es el terrorismo (en este caso el terrorismo de ETA) puesto en números crudos.
El terrorismo requiere, ante todo, voluntad de atemorizar y matar.. Por ello rehuyen el combate abierto con fuerzas policiales o militares, vulneran todas las restricciones morales y legales que constriñen los usos de la violencia y eligen como víctimas principales a personas indefensas y ciudadanos corrientes, con quienes buscan la sorpresa y la publicidad. Todo esto es sabido y ha sido estudiado con minuciosidad extrema. Pero aquello en lo que no se repara tan fácilmente es en el volumen de costes que el terrorismo tiene tanto para sus practicantes como, sobre todo y en muy superior magnitud, para sus víctimas y el conjunto de las sociedades que han de coexistir con aquellos. De esto es de lo que trata ETA S.A..
La tesis principal que Buesa propone y argumenta con abundante respaldo empírico es elegantemente enunciada en sus primeras páginas, y nos dice cómo el terrorismo conlleva una forma singular de financiación que se basa en lo que el propio Buesa define como una “economía depredadora de guerra”. Al contrario que la economía típica de la guerra moderna, que comprende la movilización de la sociedad a fin de crear los bienes y servicios requeridos por la actividad bélica, el sostenimiento de la violencia terrorista no se apoya en la producción de nuevos recursos sino en la depredación de los ya preexistentes, cuya propiedad corresponde de hecho a la sociedad a la que los propios terroristas amenazan.
Demuestra, como nadie había hecho antes, hasta qué punto el fenómeno ETA ha frenado el desarrollo económico del País Vasco, además de amargar la vida a sus habitantes.
El libro examina también la dramática realidad de las víctimas producidas por ETA (sin duda el mayor coste de su actividad), recurriendo oportunamente al concepto de macrovíctimas, acuñado por el criminólogo vasco Antonio Beristain, a fin de sumar a los afectados directos de los atentados el amplísimo número de personas que integran sus redes familiares y sociales. Para concluir, se aborda un tema de máxima actualidad sobre el que, por cierto, se ha reflexionado escasamente en nuestro país (ni tampoco en ningún otro): nos referimos a lo que, a veces, viene a definirse como “políticas del perdón” que tanto gustan recomendar los profesionales de la mediación y resolución de conflictos internacionales. Mikel Buesa advierte que, pese a la buena prensa de la que han gozado esas políticas (a las que sería más exacto llamar “políticas de la impunidad”), no debe olvidarse que su aplicación a la gestión de amenazas terroristas tiene bastante poco que ver con un perdón real, que en puridad solo puede ser concedido por las víctimas (sin estar obligadas a ello), y que rara vez vienen precedidas por el arrepentimiento público y sincero de los terroristas”.
Políticas de impunidad que venimos observando del Gobierno, sobre todo en los momentos anteriores al atentado de la T4, a quien en el ABC había yo ya descubierto en un artículo publicado meses antes,que su objetivo a través de la Alianza de Civilizaciones, su muñidor Federico Mayor Zaragoza y el centro Henry Dunant de Ginebra iba en busca del Premio Nobel ¿Tal vez eso le paró los pies?
.Pero lo cierto es que justo después del atentado de la T4 Mª Teresa Fernandez de la Vega se desplazó a Ginebra en busca de respuestas a la ruptura del pacto y tregua. Ni siquiera eso paró a Zapatero que después de jurar en falso que no volvería a haber contactos, no dejo de tenerlos como luego reveló Eguiguren en una entrevista en la Sexta(Tv) que me pareció abducido y comprensivo con esos locuelos vascos de la E.T.A. pero eso si muy vascos, machotes sin reparos.
Asombrosamente no solo no fue descalificado desde el PSOE sino que ayer mismo el presidente se ha mostrado muy cercano durante un acto electoral, con Jesús Eguiguren, presidente del PSE, cuyas declaraciones en favor de la legalización de Sortu le han valido la desautorización de Patxi López. !Lo que faltaba!
Otros bravos muchachotes vascos, los Esnaola, aizkolaris, rurales, practicantes de todos esos sanos deportes que demuestran la superioridad intelectual, como cortar troncos con una sierra, guardaban eso sí, alrededor de dos toneladas de explosivos, con las que matar a unos cuantos miles más de palurdos maketos españoles o derribar cualquiera de nuestros monumentos o edificios señeros hasta reducir el resto de España a un solar árido y desértico.
Estos, Fabio, ¡ay dolor!, que ves ahora campos de soledad, mustio collado, fueron un tiempo Itálica famosa. Aquí de Cipión la vencedora colonia fue; por tierra derribado yace el temido honor de la espantosa muralla, y lastimosa reliquia es solamente de su invencible gente. ¿Qué diría hoy Rodrigo Caro, de nuestros ovejunos españoles, incapaces de dar la adecuada respuesta a esos indecentes chulos que nos siguen amenazando desde de sus verdes valles y que nos hacen sufrir el pathos hasta que rebasen el límite de nuestro civismo ciudadano? Lo peor es que eso se hace con la anuencia de la oposición partitocratica y si levantas la voz de la Indignación o eres de extrema derecha o un seguidor de Stéphane Hessel que con sus 93 años y su militancia socialista en la vecina Francia dice en su libro "¡Indignaos!" que "en este mundo hay cosas insoportables" y que "la peor actitud es la indiferencia". De forma pacífica y sin símbolos excluyentes, para exigir un cambio en el rumbo de las cosas.
Lean los periódicos, escuchen la radio, vean los informativos. Sobran los motivos por los que estar indignados. Recortes sociales, pérdidas de nuestros derechos... y se le olvida el terrorismo de E.T.A como buen socialista, solo clama contra el capital
Los ciudadanos nos apretamos y apretamos el cinturón resignados. Mientras, la clase política toma sus decisiones basándose en lo que le dictan los poderes económicos y los de siempre se siguen enriqueciendo y olvidando a las victimas. ¿Realmente este sistema que se nos ha impuesto es el mejor de los posibles? ¿Realmente ha funcionado? ¿En España, en Europa, en el mundo?
Los ciudadanos ya no podemos permanecer callados. Es hora de que se nos escuche. Como nos pide Stéphane Hessel, es hora de indignarse. Indignémonos, y que de nuestra indignación surja la posibilidad de un mundo mejor y sin terroristas vascos, chulos y desvergonzados.
BERNARDO RABASSA ASENJO PRESIDENTE DE HONOR Y RELACIONES EXTERIORES DEL CLUB LIBERAL ESPAÑOL PRESIDENTE FUNDACIÓN FIECS “INSTITUTO EUROPEO PARA LA COMUNICACIÓN SOCIAL"