TRÍPOLI LO DESMIENTE
Las fuerzas de Gadafi atacan a civiles con bombas de racimo españolas
rebeldes libios, en un puesto de vigilancia (EFE)
Las fuerzas del líder libio, Muamar Gadafi, han atacado con bombas de racimo de fabricación española y con proyectiles tierra-tierra zonas residenciales de Libia, según testimonios de testigos y supervivientes recogidos por el diario estadounidense The New York Times, que también ha sido testigo de las evidencias sobre el terreno que ha dejado el armamento pesado utilizado por el régimen. Esta afirmación fue secundada por la ONG Human Rights Watch (HRW), mientras que Trípoli la desmintió. Según el diario norteamericano, los restos de las bombas de racimo, que ha podido examinar y fotografiar, corresponden a proyectiles de mortero MAT-120, compuestos por 21 submuniciones diseñadas para destruir blindados ligeros y matar a personas. Los componentes de las municiones de 120 milímetros, según las marcas que constan en los restos, fueron fabricados en España en 2007, antes de que este país rubricara la Convención Internacional contra las bombas de Racimo y destruyera sus arsenales. Libia nunca ha rubricado este acuerdo internacional.
Las bombas de racimo, que dispersan municiones de gran potencia explosiva en una amplia zona, no pueden ser lanzadas con precisión y cuando alcanzan zonas civiles suponen un grave riesgo para la población.
Durante una rueda de prensa en Berlín, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, aseguró que no es "consciente" de que se hayan empleado bombas de racimo y otras armas pesadas en Misrata, aunque dejó claro que no estaría sorprendida por lo que puedan haber hecho el coronel Gadafi y sus fuerzas. "Esa es una información preocupante. Y es una de las razones por las que la lucha en Misrata es tan difícil, porque se desarrolla entre barrios cercanos, en zonas urbanas y representa desafíos tanto para la OTAN como para la oposición", ha añadido.
El diario The New York Times ha asegurado que el uso de bombas de racimo en la ciudad de Misrata se hizo evidente el jueves por la noche, cuando varios proyectiles de mortero de 120 milímetros explotaron en el aire sobre la ciudad dispersando submuniciones explosivas.
Por su parte, el régimen de Gadafi se apresuró a desmentir estas informaciones. "Les reto a demostrarlo", ha dicho el portavoz del Gobierno libio, Musa Ibrahim. "Al utilizar esas bombas, las pruebas permanecerían durante días y semanas, y sabemos que la comunidad internacional va a venir pronto en masa a nuestro país, así que no podemos hacerlo", argumenta.
Este portavoz añade que el régimen ha invitado al Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) a visitar Misrata, escenario de graves bombardeos y del sitio a las tropas rebeldes, que ya dura seis semanas. Personal de Media Luna Roja y Cruz Roja va a visitar la ciudad este mismo sábado.
Cohetes Grad
Las bombas de racimo no han sido el único armamento pesado empleado por las fuerzas de Gadafi en la ciudad de Misrata. Un examen de la zona cercana al puerto de la ciudad, que fue bombardeada intensamente este jueves, ha permitido observar que el barrio residencial de Qasr Ahmed fue atacado con proyectiles Grad, que impactaron en varias viviendas y en las calles y uno de ellos contra el muro de una mezquita.
Los cohetes Grad, un sistema de armas diseñado por la Unión Soviética para atacar con múltiples explosiones un campo de batalla, han sido identificados por los fragmentos y restos que dejaron, algunos de ellos con las marcas que indican que fueron fabricados durante la Guerra Fría. Estos proyectiles fueron lanzados por las fuerzas de Gadafi desde camiones con sistemas lanzadores, cada uno de ellos dotado con doce tubos lanzadores y con un rango de alcance de unas doce millas o más.
Uno de los cohetes Grad lanzados el jueves mató a ocho civiles, según han relatado al diario estadounidense supervivientes y testigos, que han mostrado las perforaciones que dejaron los proyectiles en un parque. Los ataques del jueves y las evidencias del empleo de bombas de racimo y de cohetes Grad apuntan a que el régimen de Gadafi ha decidido utilizar en la campaña de Misrata armamento diseñado para acabar con las vidas de civiles, según el periódico.
"Esto es una tragedia humana", ha denuciado Alí Salem, un residente del barrio de Qasr Ahmed, que ha narrado que sus hijos tienen ahora dificultades para dormir. "¿De qué otra manera se puede llamar cuando bombardean con artillería, cohetes y morteros a gente que está durmiendo segura en sus hogares?", ha añadido.
Uno de los cohetes Grad que impactó en el barrio de Qasr Ahmed acabó con la vida de varias personas que estaban haciendo cola para recibir comida. "Yo me eché al suelo cuando empezaron las explosiones", ha relatado Ali Hmouda, un empleado del puerto. "Mi amigo no lo hizo. Perdió su cabeza", ha asegurado.
La OTAN respalda a EEUU, Reino Unido y Francia
Por otro lado, este viernes, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, aseguró que el mensaje conjunto de los líderes de Estados Unidos, Francia y Reino Unido sobre Libia "refleja" la unidad en la Alianza Atlántica, y confirmó que los ataques continuarán mientras Gadafi siga en el poder.
"La OTAN continuará su operación mientras haya una amenaza sobre los civiles, y es imposible pensar que esa amenaza puede desaparecer" con la salida de Gadafi del poder, señaló Rasmussen al término de la reunión ministerial de la Alianza.
En un artículo conjunto publicado ayer en varios medios, los presidentes de Francia, Nicolas Sarkozy, y EEUU, Barack Obama, y el primer ministro británico, David Cameron, anunciaron que la Alianza continuaría sus ataques hasta la caída de Gadafi.
TRÍPOLI LO DESMIENTE
Las fuerzas de Gadafi atacan a civiles con bombas de racimo españolas
rebeldes libios, en un puesto de vigilancia (EFE)
Según el diario norteamericano, los restos de las bombas de racimo, que ha podido examinar y fotografiar, corresponden a proyectiles de mortero MAT-120, compuestos por 21 submuniciones diseñadas para destruir blindados ligeros y matar a personas. Los componentes de las municiones de 120 milímetros, según las marcas que constan en los restos, fueron fabricados en España en 2007, antes de que este país rubricara la Convención Internacional contra las bombas de Racimo y destruyera sus arsenales. Libia nunca ha rubricado este acuerdo internacional.
Las bombas de racimo, que dispersan municiones de gran potencia explosiva en una amplia zona, no pueden ser lanzadas con precisión y cuando alcanzan zonas civiles suponen un grave riesgo para la población.
Durante una rueda de prensa en Berlín, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, aseguró que no es "consciente" de que se hayan empleado bombas de racimo y otras armas pesadas en Misrata, aunque dejó claro que no estaría sorprendida por lo que puedan haber hecho el coronel Gadafi y sus fuerzas. "Esa es una información preocupante. Y es una de las razones por las que la lucha en Misrata es tan difícil, porque se desarrolla entre barrios cercanos, en zonas urbanas y representa desafíos tanto para la OTAN como para la oposición", ha añadido.
El diario The New York Times ha asegurado que el uso de bombas de racimo en la ciudad de Misrata se hizo evidente el jueves por la noche, cuando varios proyectiles de mortero de 120 milímetros explotaron en el aire sobre la ciudad dispersando submuniciones explosivas.
Por su parte, el régimen de Gadafi se apresuró a desmentir estas informaciones. "Les reto a demostrarlo", ha dicho el portavoz del Gobierno libio, Musa Ibrahim. "Al utilizar esas bombas, las pruebas permanecerían durante días y semanas, y sabemos que la comunidad internacional va a venir pronto en masa a nuestro país, así que no podemos hacerlo", argumenta.
Este portavoz añade que el régimen ha invitado al Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) a visitar Misrata, escenario de graves bombardeos y del sitio a las tropas rebeldes, que ya dura seis semanas. Personal de Media Luna Roja y Cruz Roja va a visitar la ciudad este mismo sábado.
Cohetes Grad
Las bombas de racimo no han sido el único armamento pesado empleado por las fuerzas de Gadafi en la ciudad de Misrata. Un examen de la zona cercana al puerto de la ciudad, que fue bombardeada intensamente este jueves, ha permitido observar que el barrio residencial de Qasr Ahmed fue atacado con proyectiles Grad, que impactaron en varias viviendas y en las calles y uno de ellos contra el muro de una mezquita.
Los cohetes Grad, un sistema de armas diseñado por la Unión Soviética para atacar con múltiples explosiones un campo de batalla, han sido identificados por los fragmentos y restos que dejaron, algunos de ellos con las marcas que indican que fueron fabricados durante la Guerra Fría. Estos proyectiles fueron lanzados por las fuerzas de Gadafi desde camiones con sistemas lanzadores, cada uno de ellos dotado con doce tubos lanzadores y con un rango de alcance de unas doce millas o más.
Uno de los cohetes Grad lanzados el jueves mató a ocho civiles, según han relatado al diario estadounidense supervivientes y testigos, que han mostrado las perforaciones que dejaron los proyectiles en un parque. Los ataques del jueves y las evidencias del empleo de bombas de racimo y de cohetes Grad apuntan a que el régimen de Gadafi ha decidido utilizar en la campaña de Misrata armamento diseñado para acabar con las vidas de civiles, según el periódico.
"Esto es una tragedia humana", ha denuciado Alí Salem, un residente del barrio de Qasr Ahmed, que ha narrado que sus hijos tienen ahora dificultades para dormir. "¿De qué otra manera se puede llamar cuando bombardean con artillería, cohetes y morteros a gente que está durmiendo segura en sus hogares?", ha añadido.
Uno de los cohetes Grad que impactó en el barrio de Qasr Ahmed acabó con la vida de varias personas que estaban haciendo cola para recibir comida. "Yo me eché al suelo cuando empezaron las explosiones", ha relatado Ali Hmouda, un empleado del puerto. "Mi amigo no lo hizo. Perdió su cabeza", ha asegurado.
La OTAN respalda a EEUU, Reino Unido y Francia
Por otro lado, este viernes, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, aseguró que el mensaje conjunto de los líderes de Estados Unidos, Francia y Reino Unido sobre Libia "refleja" la unidad en la Alianza Atlántica, y confirmó que los ataques continuarán mientras Gadafi siga en el poder.
"La OTAN continuará su operación mientras haya una amenaza sobre los civiles, y es imposible pensar que esa amenaza puede desaparecer" con la salida de Gadafi del poder, señaló Rasmussen al término de la reunión ministerial de la Alianza.
En un artículo conjunto publicado ayer en varios medios, los presidentes de Francia, Nicolas Sarkozy, y EEUU, Barack Obama, y el primer ministro británico, David Cameron, anunciaron que la Alianza continuaría sus ataques hasta la caída de Gadafi.
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