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martes, 6 de septiembre de 2011

La puntilla para España: otra recesión dinamitará el maltrecho mercado laboral

CON UNA TASA DE PARO DEL 21%

La puntilla para España: otra recesión dinamitará el maltrecho mercado laboral

La puntilla para España: otra recesión dinamitará el maltrecho mercado laboral

El desempleo de los jóvenes menores de 25 años se redujo en 7.730 personas. EFE María Igartua.

Una recesión global sería la puntilla para España. Con un agresivo programa de recortes presupuestarios y un fuerte aumento de la demanda de prestaciones sociales, en tanto que el paro se encuentra ya en el 21% y es más del doble que la media de la Unión Europea, el crecimiento económico es una quimera.

“El caso de España es especialmente dramático. Si no se crea empleo esto no funciona y llegaríamos a una recesión en peores términos que otros países por el grave problema de paro”, afirma Valentí Pich, presidente del Consejo General de Colegios de Economistas.

“Que vamos a tener que reducir nuestra calidad de vida y va a haber recortes de prestaciones sociales es evidente, y si no se quiere entender hay un problema”, afirma Pich. “2011 está perdido y 2012 sigue siendo complicado”.

Y es que los expertos miran con temor las amenazas vertidas por el Fondo Monetario Internacional en los últimos días que, incluso, ha venido a cuestionar la dureza de las medidas propuestas por los países para luchar contra el déficit en tanto que frenan el crecimiento y el empleo. Y eso a pesar de que desde que estalló la crisis soberana hace dos años ha defendido la consolidación fiscal.

¿Qué ha cambiado entonces? Los organismos internacionales, cegados por la obsesión de devolver la confianza a los mercados, han perdido de vista el hecho de que países como España lo que realmente necesitan es una buena dosis de políticas destinadas a restaurar el crecimiento, no a constreñirlo.

“Pisar el freno demasiado rápido dañará la recuperación y empeorará las perspectivas sobre el mercado laboral”, aseguró la directora gerente del FMI, Christine Lagarde. Algo que España con más de 4.100.000 de parados y una fuerte caída en los afiliados a la Seguridad Social no se puede permitir.

De hecho, llegados a este punto nos encontramos con la pescadilla que se muerde la cola. En un escenario de recesión es difícil que España alcance sus objetivos de déficit. Mientras que si no lo hace, el mercado de deuda presionará al país aumentando sus costes de préstamo y así vuelta a empezar.

Se plantea un otoño complicado y no es para menos. Los más agoreros se atreven a decir que España se encuentra ya en una recesión técnica atendiendo a los indicadores y considerando como un dato tremendamente negativo un PIB inferior al 2%.

Sin embargo, aunque la contracción económica de momento no es tal, lo cierto es que el consenso de los analistas ha recortado su previsión de crecimiento sobre el país de largo: entorno al 0,7% en 2010 frente a las primeras estimaciones del Gobierno que lo situaba en el 2,3%.

De hecho, firmas como Nomura, que se desmarca de la teoría de una recesión global, sitúa aun así su previsión del PIB en el 0,8% durante los próximos dos años y tan sólo en el 1,7% de cara a 2013. Lejos, por tanto, del 2% en el que los expertos marcan como el punto de inflexión para la creación de empleo.

Se acabó el estado del bienestar

“Lo que está pasando es que a finales del año pasado las estimaciones de crecimiento eran bastante positivas, pero a lo largo de este se ha visto que el crecimiento no era tal”, asegura Valentí Pich. No hace falta repetir de nuevo que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades “y nadie tiene la varita mágica de la solución. No tenemos más crédito, así que hay que pensar cómo gastar más eficientemente para ayudar al crecimiento”, asegura el experto.

“Habría que conseguir combinar la disciplina presupuestaria con la inversión selectiva en una teoría de embrague-acelerador”. De esta manera, el primer paso a dar viene marcado por entender y asumir que se acabó para España el estado del bienestar en el que ha estado viviendo hasta ahora, algo que todavía no se ha producido.

“Que vamos a tener que reducir nuestra calidad de vida y va a haber recortes de prestaciones sociales es algo evidente y si no se quiere entender hay un problema”, afirma Pich. “2011 está perdido”, concluye.

 
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