ENTRE LOS CONDECORADOS HAY 348 PERSONAS AJENAS A LA POLICÍA
Interior sigue recurriendo a una ley franquista para conceder 3.774 medallas al mérito policial
El ministro del Interior, Antonio Camacho (Efe). autor Carlos Fonseca
Suma y sigue. Año tras año el Ministerio del Interior bate récords en la concesión de medallas al mérito policial con motivo del Día de la Policía. En esta ocasión han sido 3.774 entre cruces rojas (121) y blancas (3.653). De éstas últimas, 348 se han entregado a personas ajenas al Cuerpo. El agraciado con la cruz roja tiene derecho a una pensión vitalicia por el 10% de su salario base más trienios. La historia se repite sin que los ministros de turno hayan hecho nada por derogar una ley franquista de 1964 (que sustituyó a otra de 1945) a la que el ministerio recurre para elegir a los condecorados, pese a las protestas de los sindicatos del Cuerpo, que reclaman una “ley democrática”.
Francisco Javier Velázquez López, director general de la Policía y de la Guardia Civil, hizo una arenga a sus subordinados el pasado día 1 en la celebración de los Ángeles Custodios, patrón de la Policía, en la que les felicitó “por el admirable desempeño profesional”, su “labor encomiable” y el “empeño y constancia” demostrada en su trabajo, y les alentó a continuar en la búsqueda de la “excelencia”. Más allá de las palabras, el malestar en el colectivo crece cada año ante la desidia del departamento para cambiar la ley.
La orden general de la Policía del pasado 27 de septiembre, que recoge la identidad de los premiados, dice que las cruces rojas y blancas lo son al estar comprendidos en los artículos 4º, 6º, 7º y 8º de la ley. El artículo 4º establece quiénes pueden ser recompensados, que solo “excepcionalmente” se otorgarán a personas ajenas al Cuerpo. El artículo 6º dice que para recibir la cruz roja hay que ser herido en acto de servicio, participar en tres o más servicios en los que medie una agresión con armas, realizar un hecho abnegado con peligro para su persona o haber protagonizado hechos distinguidos y extraordinarios en los que igualmente haya quedado patente un peligro personal. En esta ocasión 121 agentes han sido merecedores de la distinción, aunque la mayoría de ellos no reúnen las condiciones exigidas, según las fuentes sindicales consultadas.
Patriotas que no son policías
El artículo 7º de la ley recoge las exigencias para ser merecedor de la cruz blanca: realizar un hecho “que evidencia un alto sentido del patriotismo o de la lealtad", sobresalir en el cumplimiento de sus deberes, o protagonizar actos distinguidos. En total, 3.653 galardonados, de los que 172 son miembros de la Guardia Civil, 35 de las Fuerzas Armadas, y 348 de personas ajenas al Cuerpo, pese a la excepcionalidad de su concesión que establece la ley.
En la amplia relación de premiados ajenos a la Policía figuran, por ejemplo, el presidente de Abertis; los directores de seguridad de los centros comerciales de La Vaguada y Alcampo de Moratalaz; el presidente de la Fábrica de Moneda y Timbre; el responsable del Parque Automovilístico de la Casa de S.M. el Rey; el decano de los registradores de la propiedad de Cataluña; la directora del periódico La Voz de Cádiz; el director gerente de Hermes Alimentación; un industrial; un empresario; un inspector de Trabajo y Seguridad Social; el director general de IFEMA o el director médico de la clínica Ruber, por citar solo una mínima representación, en la que abundan magistrados, fiscales y responsables policiales de otros países, cuya colaboración con la Policía española resulta más evidente. Entre los galardonados hay varios colaboradores de Alfredo Pérez Rubalcaba en su etapa como vicepresidente primero del Gobierno y ministro del Interior.
Finalmente, el artículo 8º de la ley establece las pensiones que llevan anejas las medallas de Oro (20% del salario base y trienios) y de Plata (15%), de las que no se han concedido ninguna. La cruz roja supone un 10%, que es acumulable a otras cruces similares que pueda haber recibido con anterioridad el premiado, y la blanca no lleva aneja pensión.
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