Las acusaciones de un empresario gallego contra el ministro José Blanco ocuparon ayer parte de la tertulia de Así son las mañanas, dirigida por Ernesto Sáenz de Buruaga en COPE y en la que participamos el director de este periódico, Bieito Rubio, Victoria Prego, de El Mundo, Carlos Cué, de El País, y yo misma. Tras oírnos en dicha tertulia, José Manuel Otero Lastres, Catedrático de Derecho Mercantil, me envió ayer por la tarde un artículo sobre la cuestión que me parece de sumo interés: “Juicios mediáticos: un peligro para la presunción de inocencia”.
Del artículo de Otero Lastres extraigo el concepto de presunción de culpabilidad. Como ayer lamentaba yo misma sobre José Blanco, y, en dicho artículo, Otero Lastres sobre los juicios mediáticos en general, lapresunción de inocencia se ha convertido en España en presunción de culpabilidad. O, lo que es lo mismo, no se respeta un derecho fundamental de los españoles como es la presunción de inocencia que, como recuerda Otero Lastres, se conecta con otro derecho fundamental como es el derecho al honor.
Ahora vuelve a ocurrir con José Blanco, además de con otros dos políticos, uno del PP y otro del BNG. Aún peor, la dimisión de esos dos políticos es interpretada por la gran mayoría como una confesión de culpabilidad, por mucho que hayan negado su culpabilidad los dos dimitidos.
Pero mi posición representa una débil minoría en España. Aquí creemos en la dimisión preventiva, y luego ya se verá, con lo que el político bajo sospecha es considerado culpable antes siquiera de llegar a los tribunales.
Y el problema para José Blanco es que su propio partido está con la mayoría y no con mi posición, y, de hecho, ha exigido siempre la dimisión inmediata en casos similares, por ejemplo, en relación con las acusaciones sobre Camps. Es decir, el PSOE ha asumido la presunción de culpabilidad para los políticos de otros partidos y ha contribuido a una sustitución de la presunción de inocencia por la presunción de culpabilidad que ahora atrapa a uno de los suyos, a José Blanco.
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