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martes, 8 de noviembre de 2011

¿Por qué la mediación no se generaliza como sistema de resolución de confictos?

¿Por qué la mediación no se generaliza como sistema de resolución de confictos?

Muchas veces cuando hablamos de mediación hablamos de conflictos mediables y conflictos no mediables. Incluso algunos servicios de mediación se plantean que tipos de conflictos son susceptibles de ser tratados en su servicio y cuáles no.

La verdad es que la mayoria de mediadores consideramos que prácticamente cualquier conflicto es mediable si no hay una ley que lo impida, entonces, ¿porqué no se generaliza el uso de la mediación?

Mi impresión es que ponemos el foco donde no corresponde. Si no hay más conflictos mediados no es porque muchos conflictos no sean “mediables” sino porque muchas veces las partes implicadas no están dispuestas a cumplir lo que la mediación les exigen.

Los requisitos que deben cumplir las partes para participar en un proceso de mediación son muchos y no siempre fáciles de cumplir.

El primero y más evidente es que las partes deben asistir personalmente. Esto es algo que supone un esfuerzo o un riesgo muchas veces superior al que las partes en conflicto estan dispuesto a asumir. Tener que encontrarse de forma presencial con la/s otras partes en conflicto puede ser motivo suficiente en muchas ocasiones para desestimar participar en un proceso de mediación.

Otra condición que se deriva de la anterior se refiere a que las partes deben responsabilizarse de su conflicto lo que significa, como mínimo, reconocerlo y estar dispuesto a escuchar a la/s otra/s parte/s y a buscar soluciones integradoras. Mucho pedir, ¿no os parece?.

Pero aquí no acaban los requerimientos.

La mediación implica aceptar la neutralidad del mediador. Las personas cuando tienen un conflicto buscan consejo, asesoramiento y muchas veces a alguien que les de la razón o les defienda. Aceptar que el mediador es alguien que les va ayudar desde la neutralidad no es facil y muchas personas temen quedarse en una situación de indefensión o de incapacidad si el mediador va a ser neutral.

Otra dificultad añadida es la tendencia de las partes a querer saber primero “que dice la ley”, si la ley supuestamente les asiste no ven la necesidad de mediar convencidos que van a “ganar” en un juicio.

Por último, y sin querer agotar el tema, la voluntariedad de la mediación tampoco, en muchas ocasiones, es un factor que facilita que se inicien procesos de mediación. Al ser voluntario -no puede ser de otra forma- las partes tienen que considerar los beneficios de participar antes incluso de conocer el proceso que se les sugiere seguir.

El desarrollo e implementación de la mediación como vemos requiere a las partes unas condiciones que de no darse ésta no es viable por lo que los esfuerzos deberian dirigirse a informar y capacitar a las partes para que entiendan que sólo a través del diálogo, la cooperación y la no violencia pueden resolverse satisfactoriamente las diferencias y conflictos.

Será cuando esta visión se generalice que la mediación se generalizará como método para tratar de resolver los conflictos.

 
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