Sueldos de 150.000 euros sin cualificación previa. Razón aquí.
S. McCoy
Un par de reflexiones en la antevíspera de unas elecciones cruciales para la España de los cinco millones contables de parados. En el mercado laboral internacional se están dando, de forma paralela, dos fenómenos sorprendentes. Uno es propio de las naciones desarrolladas y hace referencia a la falta de candidatos para las vacantes profesionales que más demandan empresas y gobiernos, hablamos de especialistas con buena formación. La solicitud alemana de ingenieros españoles va en esta dirección. El otro se circunscribe al boom salarial que la escasez de mano de obra está provocando en algunos de los principales productores de materias primas, y afecta fundamentalmente a trabajadores sin cualificación.
Vayamos con ellos. Les recomiendo que echen un vistazo a los dos cuadros que figuran hacia el final del post publicado en el WSJ por el profesor de Wharton, Peter Cappelli, el pasado 24 de octubre (WSJ, Why companies aren´t getting the employees they need, 24-10-2011). El primero expresa elporcentaje de empresas, en distintas naciones, que reconocen dificultades para contratar personal acorde a sus necesidades. Por encima del 50% en Estados Unidos y cerca del 40% en Alemania, con un crecimiento espectacular en los últimos doce meses. El segundo señala, por su parte, cuáles son los empleos más difíciles de cubrir en la mayor economía del planeta.
Tan interesante como el elemento gráfico es, sin embargo, el contenido del artículo.
Parte de una pregunta, referido al ámbito estadounidense. ¿Cómo es posible que esto sea así con un paro del 9% y cerca de 4,5 solicitudes por cada oferta cuando antes de la crisis apenas había 1,5? El autor echa en parte la culpa alos empleadores que estarían aprovechando la abundancia de mano de obra potencial para acortar los periodos de prueba y maduración del contratado en su nueva ubicación o para ofrecer salarios no acordes con la responsabilidad exigida. Una verdad a medias toda vez que, en un entorno de competencia, el doble de motivación por la mitad de remuneración se ha convertido en el punto de partida de muchas carreras profesionales. Si tal desigualdad se mantuviera en el tiempo entonces los argumentos de Cappelli serían inapelables. En cualquier caso, tomen nota los afectados.
En el otro extremo de las rarezas del mundo laboral se encuentra lo que está sucediendo en Australia, donde trabajos ligados con la extracción minera llegan a pagarse a 200.000 dólares anuales, cerca de 150.000 euros al tipo de cambio actual, por doce horas de trabajo, cinco días a la semana (WSJ, The $200.000-a-year Miner, 17-11-2011). Empleos que apenas requieren poco más de un par de piernas, un par de brazos y algo de coordinación, y que se benefician del aumento de las necesidades de metal de gigantes como China o India. El salario medio del sector se sitúa en aquel país en más de 80.000 euros, cálculo que incluye a los empleados a tiempo parcial.Y los sueldos siguen al alza a un ritmo de doble dígito anual.
Está por ver lo que dura esta fantasía ligada al auge de las infraestructuras en el mundo en desarrollo, pero lo cierto es que la propia Australia calcula un déficit de trabajadores en la industria de 86.000 personas en la próxima década, un 40% más que ahora, mientras que Canadá demandará entre 60.000 y 90.000 de aquí a 2017 y Perú 40.000. Lo idílico del destino choca con unas condiciones de vida duras tanto por la clase de trabajo como por la falta de comodidades cuando éste concluye. Nada que la sacrificada emigración española de los años 60 no tuviera bien presente a la hora de dejarlo todo y salir a la aventura. Y que no puedan replicar fuera los “paletas” y demás especialistas de la construcción que vivieron la fantasía del boom inmobiliario patrio.
Sea como fuere, ambas realidades ponen de manifiesto que la globalización es aún más virtual que real y que la movilidad geográfica y funcional sigue a años luz, en términos locales e internacionales, de su nivel óptimo. Sin embargo, en una situación tan desesperada como por la que está transitando nuestro país, bienvenida sea cualquier aportación que ofrezca un poco de luz a aquellos a los que el paro va poco a poco ahogando bajo el peso de sus inútiles licenciaturas, posgrados, cursos, idiomas o conocimientos informáticos. O para esos otros que se ven expulsados definitivamente del mercado de trabajo debido a la muerte de las industrias que fueron durante años su fuente de sustento o a su falta de cualificación. Por ellos va esta pieza, en la esperanza de que el futuro que entre todos dibujaremos el próximo domingo sea mejor.
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