Últimas Noticias

EIA FORMACIÓN CURSOS ESPECIALIZADOS

Última Hora

Portada

Sociedad

Sucesos

viernes, 9 de diciembre de 2011

¿Por qué España no tiene remedio?

¿Por qué España no tiene remedio?

Para mí tiene una explicación muy sencilla... “aquí para ser algo (y salvo excepciones) has de tener una recomendación del que sea o de quién sea para que influya y a tenor con lo que quieres; o tienes que proceder del grupo de “familias” instaladas en “los resortes de control de lo que sea”; y luego, pelotillear a todo el que se te va a ir poniendo por delante, para que mediante tus “servicios incondicionales a todo lo que te pidan”, luego tenga la bondad de dejarte en el lugar pretendido... “o al menos viviendo de las ricas migajas que te dejen”.

De ahí que aquí sólo ocurriera, el que a uno de los grandes artistas (cuyas obras hoy no hay dinero para pagarlas, puesto que el que las tiene no las vende)... para darle el título de nobleza... “en el expediente depurativo para tal honor, figurase el que nunca había trabajado con las manos”... esto le ocurre nada más y nada menos que al andaluz Velázquez... el que obsesionado por entrar en la aristocracia española, deja incluso de pintar y por fin en su último año de vida, lo consigue... ¡Inaudito! El pobre Velázquez (vivió rico y además murió “noble”) en sus obsesión, no supo valorar que él (como tantos otros) llegarían a ser mucho más famosos que los reyes a quienes sirvieron, cuasi como lacayos... en fin, como para mondarse de risa con las cosas que aquí pasaron y siguen pasando.

Mi reciente artículo: “España: desde 1939 no ocurría...”. Y en el que trato la despoblación de España (“hoy españilla o españistán: por cuanto ha disminuido”) y en la que nacen pocos y los pocos útiles que nacieron y aquí se formaron; han de ir hoy al extranjero para allí rendir sus saberes en beneficio de otras economías... me ha proporcionado sabrosísimos diálogos y correspondencia, donde los inquietos e inteligentes (que sigue habiéndolos aquí) claman “al cielo y al infierno”; y no se explican lo que ocurrió y sigue ocurriendo y el por qué se ha llegado a la situación actual, tan inexplicable para esos que “la cabeza les sirve para algo más que para llevar pelo, sobrero, o gorra”.

“Espulgo algunos párrafos” de estos diálogos; y al final doy mi opinión, que como siempre es... “políticamente incorrecta”; pero es lo que merece “el solar” (nunca mejor dicho por cómo lo han dejado hoy los devastadores que nos han mangoneado) donde nací y vivo y que aún en los mapas figura como España. Veamos.

“Aunque sea orar en el desierto, España sigue siendo una opción -potencial- de futuro para nuestra juventud entre la que me incluyo. - Tenemos que equilibrar nuestra balanza de pagos y para eso tenemos dos opciones: o poner reglas para que la competencia con las economías parasitarias sea justa, o cambiar el modelo económico y empezar a pensar, de una maldita vez, que vivimos en la sociedad del conocimiento. - Debemos ir en pos de un modelo productivo de alta productividad, valga la redundancia, basado en la producción de bienes y servicios de muy elevado valor añadido. Eso se consigue con poca mano de obra pero muy cualificada y elevadas dosis de I+D+i - Por tanto, no vamos a poder cambiarlo de hoy para mañana. Tendré suerte si yo me jubilo con ese modelo ya implantado. Por tanto, como va a ser un tema difícil y no cortoplacista deberíamos ir empezando ya e ir buscando consensos porque, me guste o no, va a implicar a varios gobiernos y deberían todos empezar a mirar no a cuatro días vista, sino a quince o veinte años (en efecto, esa era una de las ventajas de la dictadura, Franco podía hacer planes a largo plazo sin más límites que los biológicos). - Por tanto, como va a haber menos necesidad de mano de obra, más temprano que tarde tendremos que volver a la jubilación a los 65 años (o menos) y a las jornadas de 35 horas semanales (o menos)”.

Mi respuesta fue la que sigue:

Usted y cualquiera medianamente inteligente, pide lo que entiendo pide usted, a saber. 1) ¿Dónde estamos? 2) ¿A dónde queremos ir? 3) ¿Por dónde debemos ir? 4) ¿Cómo queremos llegar. Y 5) ¿Cuándo? (“a donde, por donde, cómo y cuando”) Fueron las cuatro palabras que aquel instructor nos quería meter en “los sesos”; y nos las hacía repetir muchas veces. Curiosamente estos cinco puntos que valen para "cualquier avance con cierto grado de seguridad, en cualquier empresa humana"; lo aprendí en la "mili de Franco"... y en unos ejercicios de guerrillas, que nos daban en el campo de operaciones... "arrastrando panza y fusil en mano... para procurar avanzar, guardando el pellejo y llegar sanos y salvos a la etapa siguiente". Es largo de explicar, pero usted es inteligente y espero lo deduzca con su imaginación... le pondré en el punto de partida. Un parapeto, donde le zumban balas por cualquier lado y sin embargo allí no se puede quedar... y ha de avanzar, tan pronto su jefe de la orden... "saltando él, el primero".

Pero con esta “mierdocridad”, de políticos"; que lo quieren saber todo y que sólo piensan con la panza y el bolsillo... “no sólo nos quedaremos en el parapeto, sino que los de enfrente vendrán... y como mínimo nos van a moler a palos".

Por otra parte, el político, aparte de tonto o idiota (sálvese el que pueda) tiene un orgullo que se le derrama por muy encima de su enorme miopía... ¿cómo va él a aceptar que no sabe de algo y recurrir a cualquier otro... y además, que éste, no sea de su partido y que de paso no lo pelotillee, dorándole la píldora para que parezca que es él, el que piensa y decide?... No, no sé en otros países, pero aquí, es imposible y por ello así nos va... no es de ahora, es de siempre; los mejores cerebros se tienen que ir fuera a producir para otros.

Los imbéciles políticos o gobernantes, no han aprendido aún, que la mayor riqueza “del territorio”... SON SUS CEREBROS Y QUE EL VERDADERO Y MÁS ÚTIL CEREBRO NO ES PARTIDISTA... puesto que piensa “en un todo y nunca en una parte”... sencillamente, la mezquindad no entra en sus neuronas.

Antonio García Fuente (Escritor y filósofo)

 
Copyright © 2013 LA VOZ PORTADA
Powered byBlogger