Zapatero con Garzón.EP
La noche del 3 de mayo de 2006, nueve horas antes del soplo a ETA
Zapatero, Garzón, Rubalcaba y De la Vega se reunieron en
Moncloa antes del chivatazo del 'Faisán'
El juez accedió al complejo presidencial como "visita VIP", con lo que no tuvo que acreditarse ante los servicios de seguridad de la entrada
El juez Baltasar Garzón se reunió con el presidente del Gobierno, José Luis
Rodríguez Zapatero, y sus más cercanos colaboradores en materia de seguridad -el
entonces ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, su secretario de
Estado, Antonio Camacho, y la que era la vicepresidenta primera del Ejecutivo,
María Teresa Fernández de la Vega- en el Palacio de La Moncloa la noche del 3 de
mayo de 2006, horas antes de que se produjera el chivatazo que frustró la
operación policial contra ETA dirigida por el magistrado Fernando
Grande-Marlaska, entonces sustituto de Garzón al frente del Juzgado número 5 de
la Audiencia Nacional.
Así lo aseguran a La Gaceta fuentes de la seguridad de Moncloa de la máxima
solvencia, que explican que Rubalcaba fue el primero en llegar a la reunión (a
las 23.45 horas), seguido de De la Vega y Camacho.
Garzón, tras un largo viaje, accedió al complejo presidencial como "visita
VIP", con lo que no tuvo que acreditarse ante los servicios de seguridad de
Moncloa, según explican las mismas fuentes, que aseguran que los responsables de
seguridad recibieron la orden de desconectar las cámaras de vídeo, de modo que
nunca quedó constancia de la visita.
El encuentro se prolongó hasta las dos de la madrugada, momento en que los
invitados abandonaron el palacio presidencial "en orden inverso al de
llegada".
Garzón visitó La Moncloa tras aterrizar presumiblemente en Barajas procedente
de Nueva York, desde donde había telefoneado esa mañana a Grande-Marlaska para
tratar de convencerle sin éxito de que no ejecutara la operación contra ETA,
según la declaración del comisario José Cabanillas en sede judicial.
Un día después del encuentro en Moncloa, un policía alertó al dueño del bar
Faisán y contacto con ETA, Joseba Elosúa, de que se iba a ejecutar una operación
policial contra ellos. El operativo dirigido por Grande-Marlaska se vio
frustrado por este chivatazo cuyos autores -tanto ejecutivos como intelectuales-
aún no han sido desenmascarados por la Justicia.
Y es que días después el juez Garzón regresó oficialmente de Nueva York para
hacerse cargo del Juzgado número 5, que era el suyo, y por lo tanto del caso
Faisán, que investigaba el chivatazo que se produjo ese día a la banda
terrorista.
Bajo la dirección de Garzón, se apartó a la Guardia Civil de las pesquisas
por el método de no ordenarles más diligencias y se personalizó la investigación
en el entonces inspector -hoy comisario- Carlos Germán y su equipo, a pesar de
que este grupo policial podía ser considerado sospechoso al estar en el bar
Faisán en el momento de los hechos y conocer todos los datos del frustrado
operativo.
De hecho, las investigaciones llevadas a cabo desde entonces por el equipo
investigador no han llevado a ningún sitio más que a señalar a tres policías
contra los que no había suficientes indicios, como confirmó posteriormente el
Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.
Garzón también se resistió a pedir a la Justicia gala -dado que la operación
policial frustrada por el soplo era conjunta entre España y Francia- su versión
de los hechos, iniciativa solicitada por la acusación popular.
Tras la suspensión de Garzón, el juez fue sustituido por el magistrado Pablo
Ruz, que relanzó las pesquisas, pero mantuvo al mismo equipo investigador.
Así, tras una serie de diligencias, el nuevo instructor decidió imputar y
luego procesar a los tres policías señalados por el grupo de Carlos Germán: el
jefe superior de Policía del País Vasco, Enrique Pamies; el inspector J. M. B.;
y el entonces director de la Policía, Víctor García Hidalgo.
Sin embargo, la inexistencia de indicios solidos provocó que el Pleno de la
Sala de lo Penal ordenara al instructor revocar el auto de procesamiento e
iniciar nuevas diligencias que, en el mismo sentido de la investigación o en
otro, arrojaran nueva luz al proceso, que desde ese momento se encuentra
paralizado.
Durante la instrucción, ha habido un montón de diligencias propuestas por las
acusaciones populares e incluso por la propia defensa que el juez no ha
autorizado y que podrían haber aclarado más los hechos.
También ha sido polémico el papel del fiscal Carlos Bautista, quien pidió el
archivo de la causa sin ver siquiera el vídeo que grabó la entrada del bar
Faisán.
Asimismo, tras la llegada de Ruz al Juzgado, cambió de criterio y pidió
nuevas diligencias, cuando antes había solicitado el fin de la causa.
NOTA.- Leer artículo original en La Gaceta.
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