12 cambios en el cerebro
conectado
Predecía ya Isaac
Asimov la web que tenemos, que tendríamos conexión permanente en algún momento a
enormes librerías a las que podríamos preguntar cualquier cosa, librándonos de
la pesada memorización de muchas cosas. Un artículo en Online college nos lo
recuerda, además de resumir mucho de lo que hemos dicho aquí o he podido
encontrar en otras fuentes (que voy enlazando) sobre los cambios en nuestros
cerebros que todo ello comporta:
1. Internet se convierte en nuestro
disco duro externo, el lugar en el que almacenamos muchas de las cosas que antes
solamente podíamos memorizar. Son varios los estudios que confirman la idea. En
algunos casos se demuestra que se trata de un proceso casi consciente y derivado
de la pereza cognitiva que nos caracteriza: si sabemos que van a guardarse los
datos solemos tomarnos muchas menos molestias en memorizar las cosas. Números de
teléfono, direcciones postales o de email son ejemplos claros de ello.
2.
Con todo ello cambia la forma en que aprendemos y los recursos que antes
dedicábamos a memorizar cumplen hoy otras funciones.
3. Relacionado con
lo anterior, Internet se convierte en nuestra memoria transactiva, nos
resultará, según los estudios de Sparrow y otros/as, más fácil recordar los
procesos por los que que llegamos a las cosas, los caminos que seguimos desde
Google para encontrarlas que las cosas en sí.
4. Aumenta la capacidad de
Multitarea como adaptación o distracción. No sabemos si Google afecta a nuestra
atención (Carr) de forma temporal o permanente pero sí que tendemos a realizar
cada vez más cosas a la vez.
5. Nuestro coeficiente intelectual está
aumentando con el tiempo. No sabemos si gracias a la tecnología o a pesar de
ella pero nos vamos volviendo más inteligentes como especie. Y todo ello,
añadiría, como individuos pero sobre todo también como colectivos.
6.
Somos cada vez mejores a la hora de filtrar información, de determinar su
relevancia.
7. Nos estamos volviendo físicamente adictos a la tecnología,
llegando a registrarse temas de “craving” (síndrome de abstinencia) por la
estimulación recibida. La dopamina que generan nos hace sentir aburridos cuando
no podemos usar los gadgets, dificultando la atención en otras tareas y la
desconexión completa. Estudios de esta misma semana apoyaban la hipótesis de que
la adicción a las TIC activa los mismos circuitos que adicciones a
sustancias.
8. Cuanto más utilizamos internet, más se activa nuestro
cerebro: Lo probaba Gary Small cuando ponía a prueba a internautas con
experiencia en una batería de preguntas y monitorizaba su actividad cerebral. Se
registraba más actividad, especialmente en cuanto a toma de decisiones y
solución de problemasm, en el grupo de internautas activos que en los que no lo
eran. Repetía la prueba a los seis días, en esta ocasión con los nuevos
habiendo navegado una hora diaria en internet. Pues bien, en 5 horas, las que
habían pasado conectados, sus cerebros ya mostraban cambios. La investigación
sirve desde 2007 para mostrar que Internet cambia circuitos
neuronales.
9. Nuestros cerebros tienden a buscar nueva información de
forma constante: Diversos tests en Stanford indican que los multitaskers, como
muchos usuarios de internet, tienden a menudo a superponer a informaciones más
antiguas y valiosas las novedades. Clifford Nass en Stanford observa cómo en
lugar de focalizar la atención en cosas importantes tendemos a distraernos con
cualquier novedad, como mensajes en redes sociales, email entrantes,
etc.
10. Exploramos, más que leemos información de forma lineal: aparecen
nuevas formas de lectura, más rápidas, de detección de elementos de importancia
más que de lectura exhaustiva. Aparecen nuevos patrones de lectura, como el que
nos dice que leemos en F, que comentábamos el pasado verano.
11. El
pensamiento Online puede trasladarse a lo offline, favoreciendo que aparezcamos
distraídos y sin foco si no sabemos desconectar del todo.
12. Posibles
problemas de creatividad: Algunos expertos piensan que la memorización es
necesaria para la creatividad, que cualquier brainstorming acude a conocimientos
previamente almacenados en nuestras memorias y puede ser menos efectivo si
almacenamos las cosas online.
Desde luego es mal momento para permitirnos
el lujo de perder nuestra capacidad de innovación, así que si tenemos problemas
al respecto, nada mejor que mejorar nuestras habilidades mediante cosas como el
The Original Memory Gym.
¿Se os ocurre algún cambio más? El
caparazón
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Publicado por José Carlos: para La
verdad en tu asesoria EIA el 1/15/2012 12:37:00 PM
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