Ignorábamos que José Luis Rodríguez Zapatero
hubiera aprendido tantas cosas mientras ocupó la Presidencia del Gobierno. Si
hemos de ser sinceros no esperábamos que esos casi ocho años resultaran tan
fructíferos. Ha tenido que ser el propio Zapatero, casi nada más abandonar La
Moncloa, el que nos pusiera al corriente de tan estupenda nueva. Y lo ha hecho
en León, la ciudad que le vio crecer, en la primera entrevista que concedió a un
medio de comunicación tras dejar el cargo. El periódico afortunado fue el Diario
de León. Y lo ha hecho sin grandes alharacas y con toda normalidad. Que sus
confesiones a la vera del Bernesga sean sinceras, esa ya es otra cuestión.
Por de pronto yo no se si se considera
“antipatriota” por hablar con realismo de la crisis y augurar tiempos duros
para el año que viene. Pues recordamos que solía denostar duramente a quienes
exteriorizaban los males de nuestra economía. Y Rodríguez Zapatero etiquetaba a
toda esta especie de aguafiestas de “antipatriotas”. Claro que es muy posible,
cómo no, que aprendiera con el tiempo que es bueno comentar la realidad sin
tapujos, por lo que estaría dispuesto a retirar aquel epíteto envenenado de
“antipatriotas”, con que designaba a los que no sabían morderse la lengua. Todo
aprendizaje, aunque sea con retraso, está muy bien.
En la mencionada entrevista, Zapatero habla de
muchas cosas y, ante todo, trata de aparentar serenidad, moderación y
compostura, algo que no ha tenido nunca y menos mientras estuvo al frente del
Ejecutivo. Ante todo, y a pesar de las preguntas capciosas del entrevistador,
quiso permanecer al margen de la guerra abierta en el PSOE para hacerse con la
Secretaria General del partido. Y señaló que se mantendría voluntariamente
fuera del proceso iniciado para elegir nuevo líder. Y agregó, para dar muestras
de su neutralidad que “Ni siquiera voy a apuntar lo que pudiera pensar que sería
más conveniente. Quiero ser extraordinariamente escrupuloso con el debate de los
compañeros y, por supuesto, con lo que vayan a elegir”. Del futuro del partido,
dice, tienen que hablar los que hayan de escribir ese futuro.
Mucho ha tenido que cambiar Zapatero o mucho
disimula para propagar a los cuatro vientos que, como ex presidente, su “primera
responsabilidad será siempre defender a España, hablar bien de España. Eso es lo
que uno aprende ocho años después de estar al frente de los destinos de la
nación, a querer más a tu país, a querer profundamente a España y, por tanto,
ayudar humildemente en todo lo que se pueda a este país, gobierne quien
gobierne”. Es posible que estemos ante una conversión poco menos que milagrosa,
y trate ahora de compensar el daño causado a la unidad de España mientras fue
presidente del Gobierno. Puede ser también que estemos ante un simple engaño,
urdido intencionadamente para lavar su cara y escuchar así alguna que otra
lisonja en vez de las habituales y merecidas críticas.
Sabemos que Rodríguez Zapatero afirmó más de una
vez que no hay diferencia alguna entre nación y nacionalidad. El 17 de noviembre
de 2004, por ejemplo, en una memorable sesión de control en el Senado, llegó
incluso más lejos y, contestando a una pregunta de García-Escudero, no dudó en
afirmar: “Desde que tengo uso de razón me han asustado las afirmaciones
categóricas, indubitadas y que rezuman fundamentalismo”, reafirmándose a
continuación que si hay un concepto “discutible y discutido en la teoría
política y en la ciencia constitucional” es precisamente el concepto de nación.
Y agregó: esto “es algo que, en efecto, sabe cualquier estudiante de
Derecho”.
Unos años más tarde, el 12 de diciembre de 2011,
en unas declaraciones a ABC Punto Radio, confesó sin ambages su falta de fortuna
en aquella contestación del Senado: decir que el concepto de nación es discutido
y discutible “es algo que se puede decir, por ejemplo, en un aula universitaria
por un profesor sin ningún problema, porque todo el mundo en la ciencia política
sabe que es así. Es verdad que dicho en una cámara parlamentaria por un
presidente de Gobierno da lugar, como dio, a un río de interpretaciones sobre si
yo dudaba que España era una nación”. Y agregó: “si hoy tuviera que repetirlo,
pues no lo repetiría”
Pero como Zapatero ha dado continuamente
abundantes muestras de frivolidad y su falta de rigor ha sido siempre
proverbial, no sabremos nunca si es ahora cuando miente, o mentía ya entonces
cuando se enfrentó dialécticamente a Pio García-Escudero en el Senado. Quizás
entonces y ahora. Su personalidad es tan compleja y tan sumamente voluble que es
muy posible que cambie de pensamiento con la misma facilidad que de chaqueta o
de corbata. Para él no hay principios estables y responde como una marioneta a
los estímulos de los intereses de cada momento. Un ejemplo claro lo tenemos en
su manera de involucrarse con el Estatuto de Cataluña, el acercamiento a ETA y
hasta el tratamiento dado a la mal llamada Memoria Histórica.
La falta de sinceridad de Rodríguez Zapatero es
planetaria y esplendorosa. El aspecto con que aparece en los medios de
comunicación no concuerda en absoluto con la imagen que quiere dar de sí mismo
en sus declaraciones al Diario de León. En la televisión vemos a un Zapatero
abatido, desalentado e incluso gravemente deprimido, mientras que en su
declaración intenta aparecer como si hubiera alcanzado ya el nirvana definitivo
y más absoluto. Así que cuando le preguntan cómo se vive el día después de
salir de La Moncloa, traicionando sus sentimientos y mintiéndose a sí mismo
contesta: “Lo más notable es la tranquilidad que uno recupera después de una
situación en la que te acostumbras a estar siempre alerta”.
Dejar La Moncloa, lo mismo que dejar el Congreso
de los Diputados, según nos dice, solamente supuso para él “normalidad”, ya que
“lo tenía muy asumido y la democracia es eso”. Y agregó en otra respuesta: “El
martes, al salir de La Moncloa, interioricé en 24 horas que comenzaba una nueva
etapa, en la que tengo puestos también mis mimbres personales y profesionales.
La Democracia llama a la normalidad. No he sentido nada cuando voy por la calle
sin la seguridad propia del presidente del Gobierno”. Las imágenes captadas por
las cámaras de televisión son muy elocuentes y dicen otra cosa muy distinta. Y
las cámaras no mienten nunca. Rodríguez Zapatero en cambio, por exceso de
talante quizás, nunca dice la verdad y oculta escrupulosamente lo que
piensa.
No está más acertado cuando habla de su labor al
frente del Ejecutivo. Dice Zapatero que no es él quien debe valorar su gestión
de estos casi ocho años como presidente del Gobierno. Insiste una y otra vez en
que es totalmente necesario que haya cierta “perspectiva” para evaluar su
mandato. Sus palabras no dejan lugar a dudas: “He dicho en estos últimos días
que el balance y el análisis de lo que han sido estos siete años y medio
necesita perspectiva. Y perspectiva en un doble sentido. Una, en un poco de
tiempo y dos, que sean los demás los que evalúen mi etapa de gobierno”. En
realidad, lo que está pidiendo es árnica, porque sabe sobradamente que su
gestión no ha podido ser más nefasta y quiere que se olvide lo antes
posible.
Gijón 1 de enero de 2012José Luis Valladares Fernández Criterio Liberal. Diario de opinión Libre. |
Posted:
09 Jan 2012 04:09 AM PST
¡Asombroso! ¡Eso no se le ocurre ni al que asó la manteca!. El
Gobierno estudia prohibir los pagos en efectivo, porque conllevan fraude fiscal
sobre todo, en los billetes de 500? (los llamados Bin Laden) que no hay quien
cambie sino en el Banco cifra su objetivo, que independientemente de recortar
las libertades del ciudadano una vez más, como analiza claramente Manuel Martin
Ferrand, lo que luego glosaré, es una medida que nos sumirá aun más en la
recesión económica porque el dinero en euros que es real y vale en cualquier
país del mundo, saldrá disparado de nuestras fronteras, en busca de mejores
lugares donde invertir. Prohibir el pago de facturas de más de 3.000 euros en
efectivo recaudaría 19.600 millones de ? según Gestha, el sindicato de los
técnicos de Hacienda( naturalmente funcionarios que se creen los intérpretes del
bien del ciudadano). Esta medida, fue propuesta por Rubalcaba en campaña, y
debía afectar a las facturas de más de 3.000 euros. La verdad es que creía que
había ganado el PP las elecciones o, es que no hay diferencia.
No estamos hablando de pequeñas cifras, hoy guardadas en cajas fuertes o debajo de un ladrillo. En 2007 se calculaba que había 113 millones ? en billetes de 500. En 2010 La horquilla que se barajaba para medir el tamaño de la ‘caja b’ española iba desde algo más del 19% del producto interior bruto (PIB) que calcula Friedrich Schneider, profesor del departamento de Economía de la Universidad de Linz y cuyos cálculos son aceptados internacionalmente, al 23,3% del PIB (unos 244.918 millones de euros) que estimaba el Cuerpo Especial de Gestión de la Hacienda Pública (Gestha, los Superman). En 2011, De todas maneras ha evolucionado en los últimos años: desde el año 2000 hasta el 2009, el % el dinero negro en España ha subido 2,4%, desde el 20,9% hasta el 23,3%. En Comunidades, donde más ha subido es en Castilla León, que ha crecido un 6,3%; la buena noticia es que ha bajado en algunas comunidades casi 1%. Según Gestha en la actualidad, se mueven casi 250.000 millones de euros en dinero negro en España. En mi personal opinión, dado lo confiscatorio que es el IVA, asociado a la destrucción de empleo hace que más que en el 23%, estemos en el 30% . Desde que habló Soraya del tema, a mi juicio inoportunamente, más bien en plan globo sonda, se habrá paralizado el mercado inmobiliario de golpe, dos días solo, y ya no hay ventas puesto que como todo el mundo sabe, no se vende un solo metro cuadrado en España que no se pague en A + B, le guste o no al Gobierno, sea justo o injusto, constituya o no un fraude fiscal. Saben Vds. la gente es muy mala y cuidar de su dinero es su gran preocupación, sobre todo si hay poco o ¿nos van a volver buenos por decreto?. La obligación de pagar la plusvalía y la tasa de transmisiones, hoy paliadas por una minusvaloración oficial, no muy lejana de la autentica, pero al menos un 30 o un 40 % por debajo de la realidad, hace que el pago en B sea necesariamente en efectivo y por ello si no puede ser o es posible que no pueda ser SE PARALIZAN TODAS LAS OPERACIONES DE COMPRAVENTA y eso después de implantar el gobierno un IVA súper reducido del 4%. Al Gobierno no debe de olvidársele que la economía sumergida es economía y da de comer a mucha gente( como hacia el estraperlo en tiempos de Franco). Si lo que quiere es reducir el fraude fiscal, que baje los impuestos de plusvalía y los de transmisiones, además del IBI catastral, que baje el IVA en los servicios de los Autónomos y de las PYMES al 4% por ejemplo y todo el mundo pagará, lo que no puede hacer, es sabiendo que los impuestos que se cobran serían excesivos si se cobraran sobre valores reales, es decidir luchar contra el fraude por la vía de la restricción de libertades como lo está intentando hacer. Hablemos de Libertades ciudadanas: 1º El Gobierno no puede prohibir el pago en efectivo con moneda de curso legal en toda la Unión Europea. Va contra los tratados de la Unión. Cada uno tiene su dinero como quiere y si a alguien le apetece tenerlo en efectivo, ese es su problema. Para que haya fraude fiscal, el Estado deberá demostrar que el posesor del efectivo ha defraudado, otra cosa es que los notarios deben informar de las cantidades pagadas en efectivo. Que espabilen los inspectores fiscales y hagan su trabajo (los comodones de Gestha). 2º Si los que deben recibir el dinero efectivo, los compradores de pisos normalmente, no lo quieren declarar, o se lo llevaran fuera o no lo aceptaran por temor PARALIZANDOSE EL MERCADO, cosa que ya ha empezado a ocurrir. 3º Los que tengan efectivo si no lo pueden utilizar en territorio español, simplemente se lo llevaran fuera, en busca de mejores perspectivas. MANUEL MARTIN FERRAND en un artículo en AC titulado “Autoridad y poder” dice. ” Prosperar en España, lo que se dice prosperar, no prosperamos; pero el poder está al alcance, sea quien fuere, de quien controla el BOE e, incluso, de quien pueda ostentar una gorra, una chapa y una porra. El Gobierno, se supone, lleva ocho años preparándose para ejercer en estos momentos de tribulación ética y crisis económica y, según nos anuncia, una de sus medidas fundamentales para erradicar el indeseable fraude fiscal consiste en ilegalizar el uso de los billetes de curso legal. No solo, como hasta ahora, con reparos al uso de los de 500 euros, sino prohibiendo los pagos en efectivo superiores a 1.000 euros. Ignoro la eficacia potencial de esa medida que denota, en quien la dicta, una tremenda falta de autoridad; pero, dándola por buena, es un gesto de poder equivalente a garantizar el orden público mediante el toque de queda. Un atentado a la libertad, si es que la libertad sigue cotizando como valor primordial en nuestra convivencia”. Mal empezamos, querido Rajoy, y yo que me había prometido no meterme con el gobierno en 3 meses. Le dais demasiado al magín en 15 dias, creí que venias ya preparados y me va pareciendo que no. ¡A ver si los Reyes Magos os traen algo de los sesos que empiezo a notar a faltar! Criterio Liberal. Diario de opinión Libre. |
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