Cinco contra cuatro.Valencia jugaba la final de la “Champion Trajes” y el
equipo Fashion, ha resultado vencedor. Jugar en casa les proporcionó ese
puntillo milagroso, imprescindible para salir airosos de tanto desatino. Ahora,
-quizás debido al Santo Job-, tienen el honor restituido, en cambio si vivieran
en Japón tendrían que hacerse el harakiri, simple cuestión de
civilizaciones.
Hubo momentos en que el juicio parecía un concurso empalagoso de toma y daca;
otras veces derivaba hacia una telenovela de pijos agradecidos, se animó con
algún instante de intrigas y venganza, pero siempre se trataba de lo mismo:
políticos agradeciendo las dádivas a una pandilla de horteras que se dedicaban a
conseguir contrataciones.
No me creo que al PP le haya gustado la sentencia, ¡vaya peso se hubiesen
quitado de encima si son declarados culpables!. Ahora se encuentran con dos
militantes reparados, pero con un apaño tan chapucero que no sirven precisamente
para presumir.
¿Quién repone la honorabilidad de Camps y Costa? preguntó Maria Dolores de
Cospedal. Le contestaré lo que ya sabe, nadie, absolutamente nadie. Todos nos
hemos dado cuenta de que la miseria moral se vestía a medida y legalmente no
será cohecho, pero así entre los ciudadanos los llamamos como mínimo
desvergonzados
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