Una multitud dijo adiós a Javier López en A Fonsagrada
Cientos de vecinos y muchos agentes acompañaron a la familia en el sepelio
Fue un ejemplo de entrega a los demás, un ejemplo de
profesionalidad porque entregó su vida tratando de salvar la de los otros. Ese
fue el mensaje de uno de los cuatro sacerdotes que ayer oficiaron la misa del
funeral de Javier López y que retumbaron en el interior del templo de la
parroquia de Lamas de Moreira, en A Fonsagrada. Y, mientras recordaba al policía
que el día anterior había perdido la vida en la playa del Orzán por intentar
salvar a un muchacho, los rostros de dolor se multiplicaban por todo el templo,
que ayer se quedó pequeño. Eran tantos los compañeros, familiares y amigos que
se desplazaron al pueblo que se quedó pequeño, pese a ser más grande de lo que
es habitual en una aldea de montaña, según informa el corresponsal en A
Fonsagrada, Manuel Fernández.
Las miradas desgarradas se observaban entre los familiares y
entre los compañeros del cuerpo que acudieron al acto. Había una nutrida
representación de autoridades, entre las que estaba el delegado del Gobierno,
Samuel Juárez; el presidente de la Diputación de Lugo, José Ramón Gómez
Besteiro, y el jefe superior de policía en Galicia, Luis García Mañá.
Precisamente la Diputación anunció ayer que en el próximo pleno,
fijado para pasado mañana, se aprobará una declaración institucional de
reconocimiento a este policía y a los otros dos, el friolense José Antonio
Villamor y el burelés Rodrigo Maseda.
La parroquia de Lamas de Moreira lloró, entre múltiples coronas,
la muerte de un ser querido. Los padres son naturales de esta parroquia, aunque
emigraron a Alemania tras haberse casado. De regreso en Galicia, se instalaron
en A Coruña, en donde tienen un bar. Sin embargo, no han perdido el contacto con
el lugar de origen, al que regresan varias veces al año. Se trata de una familia
muy conocida en el municipio, ya que, por ejemplo, una tía suya, que además es
su madrina, es profesora en el colegio de A Fonsagrada.
Ese contacto con el lugar de origen lo mantenía también el hijo,
pese a que se había asentado en A Coruña, donde estaba casado.
Pero no solo en la montaña se respiraba angustia por el suceso
del viernes Mientras tanto, en el municipio de Friol se vive también una
situación de dolor y de angustia por la desaparición de José Antonio Villamor. A
las dolorosas circunstancias de este suceso se une el hecho de que se trata de
un municipio con una población que no llega a los 5.000 habitantes y en donde
-como recordaba ayer el alcalde, Antonio Muíña- estos acontecimientos generan
una gran conmoción.
Una representación del gobierno local, encabezada por el alcalde,
se desplazó anteayer por la mañana a A Coruña para acompañar a los familiares.
El concejal Carlos Casal tenía con Villamor una estrecha amistad.
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