'Campeón' pone en peligro el plan de Blanco: hacerse con la Xunta de Galicia
El objetivo de Blanco tras las elecciones del 20-N es desembarcar en Galicia, pero la operación Campeón bien podría dar al traste con sus aspiraciones.
T. Hagen 2011-11-02
En la primera
entrega de esta particular telaraña gallega pudimos acercarnos a la
figura de los protagonistas de las principales operaciones anticorrupción y de
lucha contra el crimen organizado que se están desarrollando en Lugo.
Posteriormente, hemos visto los nexos
probados que a día de hoy conocemos entre la operación
Carioca y la operación Campeón, en la que se
ha visto implicado el ministro de Fomento, José Blanco. En este tercer y último
artículo analizaremos las implicaciones y la dimensión política de estos hechos,
que nos permitirá entender, que no compartir, la presión brutal
que se va a ejercer contra los investigadores e instructores de estos
sumarios.
Con este mazazo, Blanco ha visto volatilizadas sus posibles aspiraciones a la
Presidencia del Gobierno de España, pero eso no quita que tenga que
renunciar a la posible Presidencia de la Xunta de Galicia. En
principio, la maniobra encaja perfectamente en la calculadora
política, un ex ministro con amplia trayectoria política, con una fuerte
base de poder en el socialismo gallego y con importantes conexiones en
Madrid.
Para investirlo como candidato oficioso, previo
enterramiento político del líder de los socialistas gallegos, Manuel "Pachi"
Vázquez, se ofició una ceremonia el pasado 11
de octubre, con sendos baños de masas en Lugo y Orense, acompañado nada más
y nada menos que por el candidato a la Presidencia del Gobierno por el PSOE,
Alfredo Pérez Rubalcaba.
Trama de corrupción en Lugo
José Blanco estaba acompañado también por el socialista José López
Orozco, alcalde de Lugo, su mentor político, que hace una defensa
entusiasta de la "honorabilidad" de
su pupilo. Rescatemos unos datos sobre este hombre que, como mentor de
Blanco, le ha contagiado, por lo que vemos, algunos vicios, entre ellos, la
miopía selectiva y el mal criterio a la hora de elegir las compañías.
En una entrevista
que podemos calificar ya de legendaria en La Voz de Galicia (noviembre
de 2009), Orozco declaraba: "En Lugo yo no conozco ningún caso de
corrupción política". Y eso que fue llamado a declarar
como imputado por un presunto delito de prevaricación ante la Magistrada
Pilar de Lara Cifuentes por el caso PXOM. Al final, se negó a declarar,
pero desde aquí le sugerimos que acuda urgentemente a un oculista puesto que, de
su equipo, están imputados en distintas causas los siguientes cargos:
- José Rábade, ex consejero delegado de Protección de la Comunidad y Régimen Interior, por una causa de oposiciones amañadas.
- Darío Dieguez, ex Director de la Polícía Local, por un presunto delito de coacciones.
- José Ángel Corredoira, ex jefe de gabinete de Orozco, por gastos telefónicos inflados.
- Carmen Basadre, la concejal de Bienestar Social, imputada en el asunto de las multas de la Policía Local.
- Lara Méndez, vicepresidenta segunda de la Diputación de Lugo, detenida por presunta prevaricación, tráfico de influencias y fraude en la operación Rey.
- Francisco Fernández Linares, ex Teniente de Alcalde de Orozco, involucrado en varios casos, tiene que explicar las recalificaciones investigadas en la operación PXOM.
- En este asunto también está María Novo, ex delegada de Urbanismo.
Resumiendo: José López Orozco estaba rodeado por todas partes de gente
presuntamente implicada en delitos de toda clase y ni se daba cuenta, lo cual
parece una buena razón para dimitir por incompetente.
Las armas de Blanco
Las armas para postularse a la Presidencia de la Xunta son dos,
equipo y presupuesto. El presupuesto viene dado por la
morterada de adjudicaciones
que Blanco se ha traído de Fomento a cuenta del AVE, unos 2.800 millones de
euros dilapidados en una línea que no va a ser rentable, aunque eso poco importa
desde el punto de vista político del ministro.
También tiene una especial atención
con su padrone Orozco, firmando también un jugoso presupuesto de obras
en carreteras de Lugo. El resto de jugadores del equipo son bien conocidos,
formando una especie de guardia pretoriana en torno suyo: el Presidente de la
Diputación de Lugo, José Ramón Gómez Besteiro; y los alcaldes de Orense y Vigo,
Francisco Rodríguez y Abel Caballero.
Su guardia pretoriana en Galicia
Este equipo calavera posee un elemento común. Y es que, todos ellos
conocen bien lo que es "estar bajo el radar" de los jueces instructores. En el
caso de Abel Caballero, alcalde de Vigo y ex ministro de
Transporte y Turismo con Felipe González, algunos de sus desvelos vienen
motivados por una trama de corrupción en Urbanismo que afecta a miembros del
PSOE, entre ellos, Roberto Ballesteros. Probablemente, el
nombre de este melón les suene, ya que era el que, presuntamente, prevaricaba
a través de Facebook, por aquello de promover las nuevas tecnologías.
No olvidamos tampoco el singular reparto de obras del Plan E, un tercio de
las cuales fueron a parar a las garras del empresario Javier Carrera,
uno de los promotores de Villa
PSOE, y asiduo a los actos del PSOE, sobre todo, si se cuenta con la
presencia de Blanco. Tampoco nos olvidamos del caso
Extraco que, sumado a la trayectoria de Antalsis,
demuestra que la proximidad a José Blanco se traduce en incrementos meteóricos
de facturación como contratista de Fomento.
José Ramón Gómez Besteiro, señor de las marcas socialistas
norteñas y guardián de los asuntos de Pepiño en su ausencia, medrado bajo el ala
de Orozco, hoy es una estrella en ascenso dentro del socialismo gallego. Tampoco
tiene empacho en relacionarse con políticos detenidos por supuesta corrupción,
tales como Lara
Méndez, vicepresidenta de la Diputación, o de continuar apoyando a regidores
socialistas lucenses investigados o directamente imputados en las tramas de
adjudicaciones investigadas en el caso Rey. Francisco
Rodríguez, alcalde de Orense, también es buen conocedor de los
compadreos de Partido, como es la contratación
a dedo de hijos de concejales en el Hay-Untamiento, en un claro
ejemplo de nepotismo puro y duro.
Con las elecciones generales del 20-N encima, la consigna interna en el PSOE
es callar y tragar. Posteriormente, se abrirá la veda: según fuentes conocedoras
de la situación interna del PSOE gallego, Blanco pretende cargarse a
Pachi y, a partir de entonces, el equipo calavera se pondrá manos a la
obra para el asalto definitivo del ministro a la Xunta de Galicia,
contando con el evidente desgaste que la crisis económica va a hacer en el
Ejecutivo de Núnez Feijóo.
Sin embargo, todos estos planes cuidadosamente trazados se pueden venir abajo
si desde los Juzgados de Instrucción de Lugo van tirando de la madeja de la
telaraña gallega, que amenaza con llevarse por delante a mucha, mucha
gente. Por lo de pronto, la estrategia de José Blanco pasa por no perder
la condición de aforado ante el Supremo, lo que obliga a dar traslado
desde Lugo a dicha parte del sumario, con lo que se abre un nuevo frente, con
fuerte connotación político-judicial.
Pero en esta estrategia hay muchas variables que pueden dar al traste con las
calculadoras, entre ellas, que las investigaciones se sigan ampliando,
siendo llamados nuevos testigos e imputados. Cada nuevo elemento que se descubra
es un riesgo más de que se vayan acumulando indicios y pruebas, y las fuentes
consultadas en este extremo dan por muy probable que la operación
Campeón tenga un recorrido similar al de Carioca, en el que el
sumario acabó por alcanzar hasta al apuntador.
El factor humano, variable incontrolable en los planes, unido a toda una
serie de circunstancias, tales como que las personas adecuadas estuvieran en el
sitio adecuado y recibieran la información adecuada, ha puesto en jaque a la
telaraña de la corrupción galaica, donde empresarios, políticos, y funcionarios
se reparten el pastel de nuestros dineros, a la vista de todos.
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