En el suplemento de “EL MUNDO” del 30/01/2011, el nobel de Economía griego
Cristóbal Antoníu Pissarides evocaba una “suspensión del euro” para varios
países, entre los que citaba Grecia, Portugal y España.
Su planteamiento
teórico era una salida del Euro para devaluar sus monedas, haciendo posible
recalcular su Deuda y su nuevo porcentaje real de participación en el Euro… como
la solución para la moneda única.
Ha pasado más de un año y tres “grandes”
economistas españoles (Schwartz, Cabrillo y Castañeda) redescubren esta
propuesta de Pissarides en el “EXPANSIÓN” del 18/02/2012 bajo una posible
convivencia de Dracma y Euro diciendo “La solución tiene que combinar los
siguientes elementos: 1) Grecia no debe salir del Euro; 2) Grecia tiene que
volver al dracma y devaluarlo al menos en un 50%; 3) el Estado griego ha de
suspender pagos y convocar un concurso de acreedores para lo pendiente de su
deuda soberana; 4) hay que evitar una carrera contra los bancos que deje la
economía griega sin más dinero que la calderilla”.
El artículo sigue… “La
deuda nueva podría emitirse en la moneda que más conviniera, a su precio
correspondiente. Sería posible pagar los impuestos en dracmas o en Euros, a
voluntad. El Estado griego denominaría sus gatos en el interior en dracmas”,
concluyen. En teoría, esta solución parece verosímil.
¿Ahora se han dado
cuenta? Si la clase política es muy lenta en la toma de decisiones, los
economistas no pueden tardar tanto tiempo (más de un año) en confirmar las
propuestas efectuadas por un Premio Nobel (griego!) de Economía.
Ya
saben…”cuando veas las barbas de tu vecino pelar…”
Mark de Zabaleta
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