Ya nadie cree en tanto aprovechado ni en tanto venado tumbado y
adormecido. Los sindicatos de clase son hoy una rémora para la sociedad, un
atraso de cara al progreso, una sinrazón, un núcleo de ‘burdeles’ fiesteros y
enquistados y, lo que es más grave, un nido de ‘comadrejas’ vividoras a costa
del erario público, que han despilfarrado más de mil millones de euros en cuatro
años, procedentes de los Presupuestos Generales del Estado. Millones que ha
entregado a cuenta el Gobierno socialista para atarles cortos y comprarlos de
cara a revueltas y manifestaciones. Hoy, con un Gobierno de derechas, los
sindicatos obreros están obligados a pagar al PSOE, tomar la calle, incendiarla
si es necesario y seguir engañando al trabajador y al parado.
Lo que no parecen saber es que la sociedad se les ha vuelto
en contra y pueden ser los destinatarios de una gran manifestación que selle
definitivamente la tumba de los anquilosados, ‘naftalinados’, podridos y burdos
sindicatos obreros. El reloj ya corre en su contra.
Criterio
Liberal. Diario de opinión Libre.
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