¿Justicia... o legalidad?
Una lectora de mis artículos, me
insta a que reflexione y me manifieste sobre estos dos asuntos, “que parecen
similares pero que suelen ser como la noche y el día”; también me envía una
carta/artículo publicado y que un “alto jefe de caja de ahorros, dirige a otro
alto jefe de caja de ahorros”, en el que se trata de “honestidad y
deshonestidad”; veamos que resulta de todo ello y aunque, en este mundo,
profundizar en ciertas cosas, es como... “escribir mensajes en la arena y a
orillas del mar”... “seguiré escribiendo en las arenas que poseo”... quizá sea
ya mi sino.
En tiempos
pasados, era legal el comprar a un hombre, o una mujer (o mil) y tenerlos como
esclavos (totalmente legal)... incluso era legal, que el amo se llevase a la
hembra a la cama (o la violara en medio del campo)... y era legal; que el hijo
de aquella hembra, fuese del amo, o del marido “en la esclavitud”, pasase a ser
propiedad del amo... y era legal... y era legal, el azotarlos, martirizarlos e
incluso asesinarlos... y era legal, venderlos como ganado o...
“regalarlos”.
Recordemos que la
guerra civil estadounidense fue por este principal motivo (el de la esclavitud),
que allí fue abolida... pero que siguió habiendo esclavos, o semi esclavos, con
derechos limitados y que incluso en España y sus colonias había esclavos, hasta
que mucho después fue abolida “esta legalidad”. “Legalidad, que le costó la vida
a Abraham Lincoln el que fue asesinado por los que querían seguir disfrutando de
aquella legalidad norteamericana, instalada en nada menos que la mejor
democracia del mundo... mundial”.
Legalidad sigue
siendo aún hoy... “el que una niña de diez años o quizá menos, pueda ser
entregada a un hombre de sesenta (por ejemplo) para que la desflore como mejor
le venga en gana”... “y es legal en algunos países que siguen las enseñanzas del
Profeta Mahoma”... que por cierto, “casó con una niña de nueve años, hija de uno
de sus más próximos adeptos, por aquello de afianzar alianzas, en este mundo,
pues el otro...”.
Y sin llegar a esos
extremos; son legales tantas cosas, que “la legalidad que mora en nosotros con
el nombre de justicia natural, rechaza de tantas formas, que algunas de ellas
llegan a la repugnancia y asco mayores de sentir... si es que hay medida para
ciertos sentimientos o sentires del alma humana”... que por ello sufre,
aguantando “legalidades”, que hasta un niño de corta edad discutiría hasta que
pudiera hacerlo y aunque lo convencieran “a palos”, no entendería aquello que le
dijeran... “era legal”.
Por tanto... legalidad no es justicia y esto queda claro
para el más lerdo de los mortales... pero he ahí, que el sistema político que
sostiene a todas las naciones del mundo, está sostenido por... “la
legalidad”.
Me comunicaron
que... “Hace muchos años Josep Plá escribió que había abandonado los estudios de
Derecho, porque, llevando cinco años en la Facultad, solo había oído hablar de
legalidad y nada de justicia”. Dos mil quinientos años antes, era nada más y
nada menos que el Maestro de Maestros (Pitágoras)... el que aconsejaba a sus
discípulos, que no se quedasen nunca a vivir, donde los abogados y los médicos
fueran muy abundantes... “sencillamente por cuanto allí eran igualmente
abundantes las enfermedades del cuerpo y del alma”... elemental, pero por
cuanto ha ocurrido después; este planeta no necesitaba sólo un Pitágoras... sino
cientos, miles o cientos de miles; y la historia sólo nos habla de uno...
También de un tal Confucio... y no hablemos de Cristo, puesto que a este
“abogado”... es que lo crucificaron simplemente por decir la
verdad.
Pero... “como
vivimos como vivimos (o nos dejan) y estamos donde nos han querido llevar los de
la legalidad legalizada”... pues tenemos que seguir tragando la legalidad
impuesta, aunque esta y como siempre... se parezca a la justicia... como por
ejemplo... “una ballena a un higo chumbo”.
Así y por esa
“santificada legalidad”... tenemos que pagarles a inútiles políticos, unas
jubilaciones y retiros, de bochorno... y la que colma el máximo colmo de las
“legalidades”... la que habrá que pagarle al inútil y devastador Zapatero (José
Luís de nombre) y el que según se ha publicado, va a recibir cada año, el
equivalente a veinticinco millones de pesetas (150.000 euros) y los que recibirá
de por vida (y si se muere, la parte que legalmente le corresponda a su viuda e
hijos)... amén de lo que pueda caerle; al igual que les ha caído, a los otros
ilustres presidentes, Felipe González Márquez y José María/Alfredo Aznar
López... que aparte del “jubilacionazo”,
están recibiendo capitales enormes, por sus méritos como tales... o
por vete tú a saber, que servicios prestados a otros intereses... “eso sí
–reitero- todo legalmente institucionalizado... por esa ley del embudo... que es
la culpable de todos los follones que ocurren en esta mierda de planeta”...
donde unos se jubilan así... y otros, que los pusieron a trabajar a los siete
años, que hasta los veintitantos no pudo cotizar como autónomo y que tras
cotizar la friolera de cuarenta anualidades... “ahora y con ocho años de
subidas, amén de la congelación actual de pensiones... cobra la enorme cantidad
de 647 euros”... y además, con el temor latente no sólo de la congelación por
tiempo que ni se sabe... sino con la amenaza de rebajas, a tenor con los que
manejan... “la legalidad, más legal, de todas las legalidades del
Universo”.
¿Y que estos “capullos” se atrevan a subirse a un estrado
y hablar de justicia social, y otras cosas similares? ¿Qué habría que hacer con
ellos? ¡¡Pues nada, reírse a mandíbula batiente y seguir aguantando sus
legalidades... ¿qué otro remedio?!!
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