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jueves, 15 de marzo de 2012

Insumisión fiscal



El nacionalismo catalán con el apoyo de CIU y PSC que han estado acostumbrados a tener enfrente a gobernantes desorientados y pusilánimes como a sido el anterior presidente del Gobierno de Rodríguez Zapatero se están dedicando desde tiempo a darle pellizcos de monja al Gobierno Central, sea con referéndums independentistas, sea quitando la bandera del balcón del ayuntamiento y ahora aprobando mociones como el Ayuntamiento de Girona para que los ciudadanos se hagan insumisos, no cumplan con sus obligaciones tributarias y desvíen sus pagos a una caja que no es.

Los lamentos y las excusas son siempre las mismas, que si pagan demasiados impuestos, que si Madrid les roba, que si Cataluña esta marginada…siempre la misma cantinela para tener en ascuas a su parroquia y no mire hacia donde están los verdaderos problemas. Todo lo que sea, menos mirarse en el espejo y llegar a la  conclusión de que el dinero que se están gastando a manos llenas en delirios identitarios y propaganda,  les impide tener el dinero necesario para una sanidad o una educación en igualdad con  cualquier otra autonomía.
Pues bien, parece evidente que los miembros del pleno del Ayuntamiento de Gerona deben confiar muy firmemente en que el Ejecutivo de Rajoy no ejercerá estas facultades, ni tampoco instará a la fiscalía a actuar en el ámbito penal, desde el mismo momento en que han votado favorablemente una resolución que respalda, nada menos, que la insumisión fiscal contra la Hacienda del Estado Español. La moción, presentada por la agrupación separatista de la CUP, ha sido aprobada gracias también a los votos favorables de ICV y a la abstención de CiU y PSC. Los únicos votos en contra han sido los del PP. El ayuntamiento de Girona debe saber que el siguiente paso de sus ciudadanos ante tales consejos, será dejar de pagar el IBI o la tasa de basuras.
El artículo 61 de la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local, permite al Consejo de Ministros "proceder, mediante Real Decreto, a la disolución de los órganos de las corporaciones locales en los supuestos de gestión gravemente dañosa para los intereses generales que suponga incumplimiento de sus obligaciones constitucionales".
Y también hay que advertirles a aquellos ciudadanos que sigan la consigna de este ayuntamiento que la ley está para todos y que esta rebeldía puede costarles individualmente severas sanciones en contra de su patrimonio.
Es probable, efectivamente, que desde el gobierno de la nación no se responda a este gravísimo desafío contra el ordenamiento constitucional vigente, bien por que se le quite importancia, bien porque lo consideren un mero "brindis al sol" sin mayores consecuencias. De hecho, la única reacción en el ámbito nacional acorde a esta rebelión institucionalizada sin parangón en ningún otro país civilizado ha sido la de la dirigente de UPyD, Rosa Diez, quien ha preguntado al presidente del gobierno si "va a hacer algo" al respecto y si "la Constitución va a seguir estando vigente en Cataluña".
En cualquier caso, conviene recordar que en algunos aspectos la Constitución ha dejado de estar vigente en Cataluña desde hace mucho tiempo. Así lo ejemplifican la celebración ilegal de no pocos referéndums de autodeterminación, o la inconstitucional y vigente inmersión lingüística que erradica el español como lengua vehicular en la enseñanza catalana, o los acuerdos de investidura de Mas, quien logró la abstención del PSC a cambio del compromiso público de hacer caso omiso a la entonces reciente sentencia del Tribunal Supremo que amparaba el derecho de los catalanes a estudiar también en español. En este sentido, la insumisión fiscal, aprobada en el Ayuntamiento de Gerona, o el no menos reciente apoyo "jurídico e institucional" que el gobierno de Artur Mas acaba de ofrecer a los ayuntamientos que retiren la bandera de España de los edificios oficiales nos son más que nuevos pasos en la tarea de demolición de nuestra nación entendida como Estado de Derecho; pasos que los nacionalistas han dado en la confianza, muchas veces confirmada, de que quienes tienen que impedirlo no harán nada.
El tiempo dirá si, también en este caso de la insumisión fiscal, esa confianza nacionalista está fundada. En este momento hace falta algún tipo de actuación o al menos de declaración de intenciones sobre estas cuestiones por parte del Gobierno de Mariano Rajoy. Sobre las intenciones de los nacionalistas ya tenemos conocimiento. De lo que no hay ninguna duda que si los nacionalistas pinchan y notan blando seguirán profundizando.
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