A Tomás Gómez siempre le ha ido bien
cuando se ha puesto frente al aparato del PSOE. Ha obtenido la tercera
renovación en el cargo de Secretario General
de Partido Socialista Madrileño. Pero el PSM está lejos de la paz
interna. Ayer en su lucha para presidir
de nuevo el PSM logró un escuálido 59, 3 de los votos frente a la candidata
propuesta por Rubalcaba, Pilar Sánchez
Acera, ha acaparado un 40,7 por ciento de los apoyos, y eso solo con dos
semanas de campaña.
Pero el PSM está lejos de la paz interna.
De hecho, podría decirse que se ha quebrado en dos: Es la guerra de nunca
acabar en el seno del PSM se mantiene, década tras década, sin que aún haya
llegado el líder, o el proyecto, capaz de unir fuerzas en lugar de
dividirlas.
El secretario general de los
socialistas madrileños ha ganado su primer asalto contra Rubalcaba. Pero la contienda sigue: de
hecho, aún queda la parte del león de esta batalla, la que se librará a la hora
de decidir el candidato a las próximas elecciones municipales y autonómicas,
dentro de tres años. Con la dirección federal del partido a la contra —Rubalcaba
pedía el viernes «un cambio» en Madrid para «barrer al PP»— y unos penosos
resultados electorales a la espalda, esa será sin duda para Gómez la madre de
todas las batallas.
Quien puede estar feliz con
esta relección, es Esperanza Aguirre
que no ve peligrar su liderazgo en la Comunidad de Madrid en un futuro
inmediato, ya que tiene tomada la medida a Tomás Gómez para la presidencia de la
Comunidad siendo memorables los vapuleos dialécticos de la presidenta ante el “Invictus” en la Cámara de
Madrid.
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