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sábado, 10 de marzo de 2012

Juntos cuando estamos solos, Sociabilidad aumentada y libertad



Conocía el libro y he recordado sus argumentos en la última charla Ted de Sheryl Turkle. La autora de “Vida en la pantalla”, que en otros momentos mantuvo un discurso más positivo respecto a la relación entre sociabilidad humana e internet, me recordaba la necesidad de profundizar en el aspecto de la Sociabilidad aumentada.
Alone Together, “Solos cuando estamos juntos” vuelve sobre el argumento de que Internet nos aísla, de que propicia un tipo de relaciones mucho menos auténticas que las que un día tuvimos.
En primer lugar, en este paraíso actual para los datos me gustaría observar uno que me parecía interesante. Y es que el  vídeo en youtube deja un “insight” que no nos puede dejar indiferentes: “this video is most popular with” male and females 45-54 and males 55-64” (este video es más popular entre mujeres de 45 a 54 años y hombres de 55 a 64). … desde luego no se puede sentir nostalgia de algo que no se ha tenido y parece que el tipo de miedos hacia esa Internet deshumanizadora proviene en mayor medida de las generaciones cuyos procesos de socialización, simplemente, no han sido los mismos.
Desde luego podemos ver el vaso medio lleno y medio vacío. ¿Solos cuando estamos juntos o juntos cuando estamos solos? Lo que no termino de entender es en qué punto se puede entender la conexión a cualquier tipo de red “social” y por tanto formada por personas, como una forma de aislamiento de las mismas. “Esperamos más de la tecnología y menos de los demás”, dice la autora refiriéndose a tecnologías sociales… ¿Esperaríais algo de un Facebook vacío? Esperamos tanto de las tecnologías precisamente porque nos acercan a los demás, esperamos más de las personas a través de las tecnologías, le respondería.
¿Habéis perdido excelentes amigos siempre dispuestos a sacrificarse por vosotros en lo real por culpa de las tecnologías o precisamente son esos los que más interacciones  os provocan en vuestra red? ¿Tenéis la seguridad de que en caso de necesidad  es imposible que alguien en lo virtual os solucione el problema? Muchos podemos contar experiencias en ese sentido.

El respeto y la libertad para decidir
Toca, aunque cueste si uno/a se ha socializado en un contexto distinto, ampliar las categorías, abrazar la riqueza sin descalificar lo que se desconoce, sin tachar de poca auténticas las relaciones que derivan de los procesos de socialización en la sociedad red de los individuos conectados de hoy.
No creo que ni Turkle ni Putman para los medios tradicionales, ni tantos otros/as que han alimentado la tendencia natural de la población más adulta a pensar que “cualquier tiempo pasado fue mejor”, tengan derecho a decidir para el resto si las relaciones que decidimos establecer en internet son más o menos “auténticas” o “satisfactorias, siendo estos dos aspectos absolutamente subjetivos.
En todo caso, si Internet nos cambia a mejor o no a mejor dependerá de los valores con que definamos esa mejoría. Y si hay algo que está por encima de los valores, que es un a priori para los mismos es, creo, la libertad de elegir.  Somos más libres cuanto mayores, más ricas y variadas son nuestras opciones (la zona de desarrollo próximo de Vygostsky nos habla de ello, las teorías del empoderamiento también) y desde ese punto de vista es indudable que las redes sociales en internet nos amplían, aumentan las posibilidades de socialización pero en ningún caso obligan a nadie a su adopción.
Las tecnologías en sí mismas sirven para aumentar infinitamente las posibilidades de conectar, por lo menos las de la web social y es contradictorio decir que aíslan. Si aíslan, en todo caso, no de las relaciones sociales sino de la relación social “física”,  es porque se ha preferido, haciendo uso de una libertad que creo que los teóricos del aislamiento subestiman, así.  Soy libre de preferir relaciones virtuales a reales, libre incluso de decidir lo que es o no real  para mi en el complejo ámbito de las relaciones sociales.
Hablaremos pronto del complejo binomio entre extroversión en introversión, del nuevo introvertido conectado (el extrovertido, probablemente, no necesitó de las tecnologías para conectar) que acentúa todavía con más fuerza algo que muchos psicólogos ya intuíamos: que son muy pocos los tipos puros y muchos los matices.

Sociabilidad aumentada
Hiperrelaciones, Neorelaciones, una de las analogías que en mayor medida me ayuda a explicarlo es la  que me llevó a empezar a hablar de “Sociabilidad aumentada”.  Tanto la sociabilidad humana, parte esencial de nuestra naturaleza como las posibilidades de socialización en el mundo offline siguen ahí y el hecho de añadirles una capa que se puede o no elegir no implica que se desvirtúen. No lo entendemos así en el caso de la realidad aumentada: ¿Podrían dejar de restaurarse antiguas obras culturales porque existe la realidad aumentada que puede embellecerlas?
Del mismo modo no tiene sentido pensar que la sociabilidad aumentada desvirtúe lo que continúa siendo su esencia: la irrenunciable pulsión social del ser humano.

 
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