CASO
REPSOL YPF:
CHINA
DESPLAZA A ESPAÑA EN ARGENTINA
(publicado
por el diario chino ZCZAICHINA)
Como si
fueran pocos los problemas internos que confronta España, Repsol (la segunda
empresa más grande de la península ibérica) está empezando a perder su mejor
negocio, YPF, que en el último año le aportó más de la mitad de sus ganancias.
En lo que un analista afecto a las teorías conspirativas podría calificar como
un maquiavélico plan pergeñado entre el gobierno de Argentina y la China
National Oil Offshore Corporation (Cnooc), las
provincias petroleras argentinas le han quitado a Repsol el 30% de las
concesiones por no haber realizado inversiones necesarias para mantener la
producción nacional de hidrocarburos.
También se
puede ver el lado positivo: políticos de la oposición española y la misma Unión
Europea se han unido para defender sus intereses comerciales más allá de sus
fronteras y advierten duramente a la Argentina. Sin embargo, un país jaqueado y
un continente en decadencia tendrán que dar dura batalla para contrarrestar la
teoría de la evolución.
Está claro
que en el negocio del petróleo no hay cándidos ni románticos. Tal vez se hayan
manejado ciertos códigos éticos entre los inescrupulosos empresarios que se
dedican a esta actividad desde fines del siglo XIX y los líderes políticos que
responden a unos u otros intereses. Si así fue en algún momento, la aparición de
China ha transformado definitivamente el mapa diseñado y rediseñado a placer por
las gigantes de siempre, conocidas en algún momento como “las siete
hermanas”.
Hoy en día
se necesitan gigantescas inversiones para explotar nuevos pozos, debido a que
son offshore o requieren de técnicas especiales de perforado. Una de las razones
por las cuales el precio del petróleo se mantiene tan alto en medio de la crisis
internacional es que las petroleras nos quieren hacer pagar por adelantado el
costo de estas nuevas inversiones. Las empresas petroleras chinas son estatales
y su gran ventaja es que China tiene cientos de miles de
millones de dólares disponibles.
La
historia de Repsol YPF no tiene desperdicio. A principios de los años 90, el
gobierno justicialista de Carlos Menem comienza la feria de las privatizaciones.
Las grandes empresas del Estado son ofrecidas al mejor postor, que en la mayoría
de los casos resulta ser España. La empresa de teléfonos fue dividida en dos y
una parte se la llevó Telefónica; Aerolíneas Argentinas quedó en manos de Iberia
(sin poner ni un solo dólar); y en 1998 Repsol se quedaría con el 97% de
YPF.
La
privatización de YPF, que fue resistida por parte importante del oficialista
movimiento justicialista, sólo pudo ser concretada tras el lobby realizado por
el entonces gobernador justicialista de Santa Cruz (principal provincia
petrolera) y presidente de la Organización Federal de Estados Productores de
Hidrocarburos (Ofephi), Néstor Kirchner, y su esposa, la entonces diputada y
actual Presidente Cristina Fernández.
A cambio
de su apoyo, Carlos Menem se comprometió a entregarle 480 millones de dólares
por retenciones mal canceladas a la provincia de Santa Cruz. El dinero fue
depositado en el Banco de Santa Cruz, que (privatizado por Kirchner) quedó en
manos de la familia Eskenazi. Aunque parezca mentira, esos 480 millones se
fueron del país a través del Credit Suisse y nunca se supo qué pasó con
ellos.
Los
Eskenazi (con Enrique
a la
cabeza) son los mismos a los que Repsol YPF le vendería el 15% de sus acciones,
a pedido del Presidente Kirchner en 2007. Y otro 10% más en 2011. En ambos
casos, la operación fue realizada con préstamos del Credit Suisse y de la misma
Repsol. Sí, así como lo estás leyendo: Repsol le prestó plata a Eskenazi
para que le comprara parte de su propia empresa. El resto lo puso el
mismo banco que había hecho desaparecer los 480 millones de dólares de Santa
Cruz, el Credit Suisse. ¿Por
qué Repsol le presta plata al grupo argentino para dejarle el 25% de la empresa
que mayores beneficios le aporta? Porque a cambio Kirchner les permitía llevarse
del país el 100% de las utilidades.
Del
2006 en adelante Repsol no realizó inversiones en Argentina para aumentar la
extracción de petróleo, ya que repartía todos los beneficios entre los
accionistas. Si bien
tanto especialistas como políticos de la oposición alertaron sobre el peligro de
que Argentina pasara de ser exportador a importador de energía, el gobierno (que
desde 2003 está en manos de la familia Kirchner) ni siquiera se dignó a
responder. En 2011 la
importación de combustibles se comió todo el superávit comercial de la
Argentina. Y comienza el fin para Repsol en el
país.
Está claro
que Repsol benefició a sus accionistas y perjudicó a la economía argentina al no
realizar inversiones para aumentar su producción. Tan claro, como que lo hizo
con aval del gobierno nacional. Tras el primer anuncio de quita de concesiones,
Repsol respondió que había descubierto la más grande reserva de crudo del país.
Pero empezar a explotarla requiere una inversión parcial de 10.000 millones de
dólares y un total de 25.000 millones, justo en el momento en que el valor de la
empresa cayó un 30%.
China
entra en juego
Hasta acá
hemos podido constatar las virtudes morales de empresarios, banqueros y líderes
políticos. Ahora veremos en qué consiste el plan maquiavélico pergeñado por
China y Argentina.
Argentina
se encuentra de pronto sin efectivo disponible en gran parte debido a su déficit
energético. Necesita con urgencia recuperar su producción petrolera, pero el
gobierno no se encuentra en condiciones de presionar a Repsol ya que el país no
cuenta con capital ni con tecnología como para suplantarla. Shell está en guerra
con el gobierno desde hace años y no tiene intenciones de invertir más en el
país. Esso vendió sus activos a la empresa “argentina” Pan American Energy (PAE
se divide en 40% Cnooc, 30% British Petroleum y 30% familia Bulgheroni), la
única empresa petrolera que está en condiciones de afrontar el reto de hacer lo
que Repsol no hizo gracias a que cuenta con tecnología y financiamiento
chino.
Para que
el lector entienda de qué estamos hablando, es necesario aclarar que Santa Cruz y Chubut, las dos
principales provincias petroleras, se encuentran en el sur del país y frente a
sus costas están, casualmente, las Islas Malvinas, en poder de Inglaterra
desde hace 180 años. En los alrededores de estas islas los ingleses manejan un
importante negocio pesquero, pero en 2010 dos empresas británicas descubrieron
interesantes reservas de petróleo en lo que es –excepto para los británicos- el
Mar Argentino. Ese mismo año dos petroleras chinas (Cnooc y Sinopec) invirtieron
más de 7.000 millones de dólares en Argentina.
Un año
antes, la Cnooc había ofrecido 15.000 millones de dólares por Repsol. Y también
en 2010, la Cnooc pretendió quedarse con los activos de British Petroleum (BP)
en Argentina por otros 7.000 millones de dólares. La Cnooc hace la oferta tras
el criminal derrame del Golfo de México, que según Obama iba a costarle a BP
20.000 millones de dólares. Esta multa iba a generarle a BP un importante
desequilibrio financiero y por eso acepta la oferta de Cnooc. Sin embargo,
finalmente Obama decide ser generoso con la petrolera británica y sólo se le
impone una multa de 10.000 millones, así que finalmente BP rechaza la oferta.
Por otra parte, la Cnooc es responsable, junto con su socia estadounidense
Conoco, del derrame de la Bahía de Bohai, que contaminó una superficie similar a
nueve veces el territorio de Singapur. La multa
exigida por el gobierno chino
fue de 158
millones de dólares.
En
2011, China cambia su embajador en Argentina y llega Yin Henmin, uno de los
diplomáticos orientales que más sabe de América Latina, ex
embajador en México y Perú. Hombre hiperkinético que cumple funciones de
representante comercial, viajando de una provincia a otra, siempre presente en
la firma de los innumerables acuerdos que se suceden entre gobernadores
argentinos y empresas chinas. Desde su llegada al país, Yin ha insistido (cada
vez que tiene oportunidad) en que China apoya a la Argentina en su
reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas. Por nuestra triste experiencia,
sabemos en Argentina que cuando un presidente levanta el estandarte de la
soberanía de las Islas Malvinas (como lo hace actualmente la Presidente), es
porque hay algún otro interés encubierto. Estamos empezando a
descubrirlo.
En
un momento de crisis económica, el gobierno argentino juega su carta
nacionalista a ultranza estigmatizando a las decadentes monarquías de España y
Gran Bretaña, las
colonias que históricamente han espoleado su territorio. Pero, ¿cómo reemplazar
a Repsol? La única en condiciones de hacerlo es la argentina PAE, pero un 30% de
la empresa pertenece a capitales británicos que BP se negó a vender. ¿Y cómo se
le explica esto a la población cebada de nacionalismo? Hay que encontrar otra
solución.
El pasado
10 de abril, la Cnooc volvió
a ofertar por YPF.
Esta vez, gracias a la baja de la cotización provocada por la agresiva conducta
del gobierno argentino (que se acentúa mientras escribo estas líneas), la oferta
fue por 12.000 millones. En 2011, las
ganancias de Cnooc
fueron de
30.000 millones de dólares, lo que representa 2,5 veces la cantidad ofrecida por
YPF y el 70% de las reservas internacionales de la República
Argentina.
El
secretario de Estado español para la Unión Europea (UE), Iñigo Méndez de Vigo,
comentó el viernes pasado que si finalmente se produce la expropiación de YPF
sería una “muy mala noticia para todos, pero también para la Argentina”.
Y
remarcó que
“romper las
reglas de juego tiene un coste y Argentina se va a convertir en un apestado
internacional”. Además, por si acaso, también aclaró que entre los
inversionistas de YPF “están los americanos”.
Si bien el
gobierno argentino cuenta con un aliado de primer nivel, tendrá que apelar a
todas sus fuerzas creativas para salir airoso de este embrollo. Si la Cnooc
compra YPF, los capitales chinos pasarían a controlar el 60 % del negocio
petrolero del país, lo que atenta contra otra de las banderas del gobierno
nacional que es la posición antimonopólica. Es por eso que (en concordancia con
la política de asociaciones entre empresas chinas y provincias argentinas que
estimula el gobierno chino) la Presidente quiere que sean las provincias las que
asuman la propiedad de las concesiones que hasta ahora se le han quitado a
Repsol y mediante acuerdos la Cnooc ponga el financiamiento y la tecnología para
hacerlos producir. Y luego, paso a paso, la petrolera china irá ocupando el
espacio que irá dejando vacío Repsol.
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Publicado por José Carlos: para La
verdad en tu asesoria EIA el 4/18/2012 10:42:00 PM
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