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lunes, 9 de abril de 2012

La fiebre de los museos... en España


La fiebre de los museos... en España


          En Andalucía hay un (“uno de tantos”) pueblo valiente y emprendedor, que ganó fama nacional y alguna internacional, vendiendo “su aguardiente” (anís); su nombre es Rute y está situado al sur de la provincia de Córdoba, encaramado en un alto cerro, puesto que como tantos otros pueblos españoles, fue construido allí para defenderse mejor de las infinitas guerras y guerrillas que aquí tuvieron lugar.

            Como era un sitio aislado (aún no pasa por allí ninguna autopista, autovía, ferrocarril y menos aún tiene aeropuerto cercano) la inventiva de aquellos lugareños, les llevó a hacer de los mejores aguardientes de toda España y además, les fueron poniendo nombres de los toreros más famosos, puesto que... “con la fama del torero pretendieron que fuese la de sus fuertes bebidas alcohólicas”; las que sobre todo... “el anís seco de Rute... es capaz de hacer mover las orejas al que lo bebe sin conocerlo”. No sé con exactitud las fábricas de anís que allí hay, pero deben ser docenas, por la abundancia de marcas que a lo largo de muchos años fueron surgiendo... “y todas vivían o viven”.

              Más recientemente, han surgido las fábricas de dulces de navidad, chocolates y otros productos y por ello mismo; ahora tienen hasta... “el museo del anís; el museo del chocolate; el museo del Jamón... y no sé si alguno más”. ¿Pero es que todas estas obras museísticas son por filantropía o por amor al arte? No... “los de Rute (Como los de Torre del Campo en Jaén... son tan linces o astutos, que se dice de ellos, que cuando los americanos llegaron a la Luna... ya había allí un torrecampeño vendiendo garbanzos tostados (torrados)... y no se sabe si en algún cráter habría algún ruteño vendiendo aguardiente”. Por ello estos museos de Rute, hábilmente propagados a través de las agencias que organizan grupos de viajes; allí los llevan “en manadas”, les dan una degustación, pero de paso los invitan e incitan a comprar los productos que anexos “al museo”, venden los organizadores y dueños de tan peculiares museos. Sobre todo ello nada que decir, sino muy al contrario mostrar mi admiración (he estado en algunos de ellos) y trasmitirles mi felicitación por el ingenio de... “sacar leche de una alcuza”... que decía mi abuela, para significar algo imposible de realizar.

              La crítica va para lo siguiente y que indudablemente se debe a la malicia política y al uso y abuso del dinero público, que en España es ya algo incalificable.

               Resulta, que leo en un periódico el que en España pasan ya de los mil museos “oficiales”; y ese número de museos más o menos monográficos, yo creo que ni los puede tener (costear) la inmensa China, siendo como es una de las más viejas civilizaciones que ha generado este planeta... cosa esta que aún siendo España, de las de más historia de las de toda Europa y por la que más civilizaciones han pasado o invadido la misma; no creo que todo ello de lugar a tanto; pero aquí... “lo imposible es lo posible... mientras que lo que sí que podría ser posible... no lo es nunca y de ahí la situación calamitosa de hoy y todas las calamidades que históricamente han pasado por esta difícil España”.

                  ¿Qué es lo que ha ocurrido? Sencillo; cualquier pueblo tiene su historia, su pintor u artista más o menos famoso, sus hallazgos arqueológicos, su artesanía o cerámica... y; “todo alcalde que se precie, quiere legar un museo a su pueblo”... lo que el tal, lo vocea y persigue moviendo todo lo que “haiga” que mover; puesto que junto al museo, siempre quedará la placa “indestructible”, de que aquel museo se inauguró, siendo el alcalde (o alcaldesa) un tal... “como se llame el individuo”... y además, ese primer edil, ya ha pensado en que en ese nuevo “centro cultural”, podrá colocar con sueldo fijo y de por vida, a su (“o sus”) más allegado pariente, correligionario, amigo o amiga y negocio redondo, para los tales... “luego la conservación y mantenimiento del mismo”; pues para ello están los impuestos que serán cargados al indefenso contribuyente, que los tiene que pagar por la fuerza de las leyes del embudo, tan abundantes en España.

                      Si nos salimos de ese hipotético municipio, imaginemos los museos, centros culturales, de interpretación de las mil cosas o chuminadas y en fin; la infinidad de “covachuelas” (o grandes palacios), que han montado nuestros voraces políticos y que como una plaga más, las tenemos que sostener con esos impuestos ya confiscatorios en España.

                       Paralelamente a esa noticia de “los miles de museos”; me llega otra que sorprende; puesto que en la Córdoba “califal”; invadida por turistas a decenas de miles y casi todo el año... al museo de pintura de Julio Romero de Torres, apenas lleguen visitas... ya nos demuestra, las que pueden llegar a esos otros miles de museos, que desparramados por la geografía hispana, los edificaron y dotaron, para que fuesen visitados por los hipotéticos visitantes forasteros o turistas extranjeros.

                          Así es que y terminando... ¡Museos los justos y necesarios y que por lo menos se autofinancien! El resto como en Rute... “para la iniciativa privada, o los caprichosos, que con su dinero, se los monten y mantengan”. Y no me hablen de cultura (por favor) que menudos negocios se han montado en España, alrededor de tal palabra; vacía de contenido en un mundo donde lo que impera es... “la incultura más feroz”.

Antonio García Fuentes(Escritor y filósofo)www.jaen-ciudad.es (Aquí más)
 
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