Las organizaciones de CC.OO, y de la UGT, más que
Centrales Sindicales al servicio prioritario e incondicional de los
trabajadores, son empresas dedicadas ante todo a rentabilizar convenientemente
todos sus activos, que no son precisamente pocos. Pues no es tan fácil combinar
adecuadamente objetivos financieros con estrictos valores sociales. Son varios
los sectores económicos, donde los máximos responsables de ambos sindicatos se
convierten en auténticos patronos, decantándose preferentemente por el
ladrillo. Aunque para rentabilizar mejor su labor empresarial, exploran todas
las posibilidades que están a su alcance. De ahí que se asocien con grandes
multinacionales, buscando intencionadamente los suculentos réditos que suelen
dar estas alianzas.
Ambas centrales sindicales resultan, eso sí,
mucho más beneficiadas que las demás empresas con las que compiten y, por
supuesto, más que el resto de sindicatos. Al figurar como agrupaciones
sindicales, los fondos que reciben de los impuestos de los ciudadanos se ven
libres de cualquier tipo de control y de la fiscalización exhaustiva que
sufren las demás empresas. Cuentan además con un buen número de fundaciones que
les reportan alrededor de 500 millones de euros en dinero público. Al figurar
como fundaciones sin ánimo de lucro, no están obligados a presentar cuentas
pormenorizadas, aunque se trata de dinero público. Les basta con recoger
someramente las partidas, sin entrar en detalles, resultando así difícil su
fiscalización.
Las centrales sindicales capitaneadas por Ignacio
Fernández Toxo y Cándido Méndez controlan un buen número de sociedades entre
limitadas y anónimas, cuyos activos superan con creces los 240 millones de
euros. La Confederación Sindical de CC.OO., por ejemplo, es dueña de la
promotora Grupo de Proyectos Sociales de Gestión, líder en
número de viviendas gestionadas en régimen de cooperativa. Es sin duda alguna
la primera empresa en número de viviendas protegidas entregadas. Solamente en
2010, generó un beneficio de unos 4,8 millones de euros. También es propietaria
de las empresas Deinco Inmobiliaria y Habitatge
Entorn, ambas relacionadas claramente con el ladrillo. La organización
de CC.OO, es asimismo la propietaria de un grupo importante de promotoras en
Aragón.
Las inversiones inmobiliarias de la UGT, aunque
notablemente más modestas que las de CC.OO., alcanzan también cuotas dignas de
mención. El sindicato de Cándido Méndez controla el 70% del capital de la
empresa Gestión Social Inversiones S.L., propietaria a su vez
del 82% de Plazaola Gestión Integral S. L. Este grupo de
empresas, participadas un tanto disimuladamente por la UGT, produce unos
beneficios muy cercanos al millón de euros. La empresa inmobiliaria
Qualitat Habitatge Social S.A. es quizás la más importante del
sindicato socialista. Controlada al 100% por la UGT de Cataluña, cuenta con más
de 15 millones de euros en la casilla de activos y se dedica plenamente a la
ejecución del programa de viviendas sociales.
También se han embarcado estas dos centrales
sindicales en el campo empresarial de las consultorías. La empresa Grupo
de Proyectos Sociales de Madrid S.A. es quizás la mayor empresa
dedicada a la consultoría y está en manos de CC.OO. Ambos sindicatos participan
al 50% en la empresa Protección Social Complementaria de los
Trabajadores S.L., dedicada principalmente a la prestación de todo tipo
de servicios de dirección, administración y gestión de empresas.
Otro capítulo importante al servicio de la
actividad empresarial de los sindicatos de clase es el de las fundaciones.
Gracias a las fundaciones, las centrales sindicales de la UGT y CC.OO. venían
gestionando hasta ahora alrededor de los mil millones de euros al año. La
organización controlada por Fernández Toxo trabaja al menos con cuatro
fundaciones que, entre todas ellas, aportan al sindicato más de 250 millones de
euros. La mayor parte de este dinero provenía del presupuesto que el Ministerio
de Trabajo destinaba a la formación para el empleo. Las cuentas con las
fundaciones en la UGT son prácticamente idénticas a las de Comisiones
Obreras.
Pero el afán de los sindicatos mayoritarios por
hacer caja les lleva a asociarse activamente con multinacionales del porte del
BBVA y de la Telefónica. Entre CC.OO. y la UGT suman el 40% de las acciones de
Gestión de Previsión y Pensiones S.A., la gestora del BBVA.
Cada sindicato se llevó 853.000 euros a cuenta de los beneficios generados por
esta gestora durante el ejercicio de 2010. Esta sociedad gestiona varios planes
de pensiones, pero el más importante por su volumen es el de la Administración
del Estado con un montante de 537 millones de euros. Por la administración de
este plan, la gestora del BBVA, participada por CC.OO. y la UGT, se embolsó en
2011 un millón y medio de euros en comisiones.
Los sindicatos liderados por Fernández Toxo y
Cándido Méndez también son socios de Telefónica, participando cada uno de ellos
con el 15% en Fonditel Pensiones. Se trata de la cuarta mayor
gestora de España con una proyección enorme, pues además de llevar los planes de
pensiones privados de Telefónica, gestiona también los de otras empresas. La
participación de cada central sindical en Fonditel Pensiones
sobrepasa los once millones de euros en activos, y sindicato se ha
embolsado medio millón de euros de beneficios durante el ejercicio fiscal del
año 2010.
Como lo que priva a los sindicatos de clase es el
dinero, no podían dejar desatendido el sector de las aseguradoras. El negocio
de los seguros siempre ha dado buenos resultados, por lo que CC.OO. y la UGT,
que se apuntan a todas, entran a formar parte de la multinacional de seguros
Atlantis. Atlantis es filial de tres grandes
grupos aseguradores que se dedican a ofrecer otras alternativas al seguro
tradicional, subordinando siempre la propia economía al servicio de las
personas.
El accionista mayoritario del grupo
Atlantis es la aseguradora francesa MAIF, que
tiene asegurado al 90% del profesorado francés. Le sigue en importancia la mutua
MACIF, también francesa, que engloba a una buena parte de los
asalariados de la industria y el comercio. Viene después el grupo UNIPOL nacido
inicialmente para asegurar el movimiento cooperativo italiano, pero que hoy
ofrece una amplia gama de seguros y productos financieros. Estas tres
aseguradoras protegen a más de 15 millones de personas en toda Europa.
Los sindicatos de la UGT y CC.OO. participan en
el capital de la aseguradora Atlantis con un 5% cada uno. Y los
activos proporcionales que maneja cada uno de ellos alcanzan los cinco millones.
La relación de CC.OO y la UGT con Atlantis es tan alta, que la
aseguradora se anuncia en las páginas Web de dichos sindicatos dentro del
apartado de servicios, en las que los sindicatos aparecen claramente como
entidades vinculadas al grupo. Se da además la circunstancia de que entre los
miembros del consejo de la aseguradora Atlantis nos encontramos
con cargos de una y otra central sindical.
Habría que agregar a todo este entramado
empresarial los departamentos jurídicos de ambas centrales sindicales que
atienden gratuitamente a sus afiliados, pero que admiten clientes ajenos a
dichos sindicatos, cosechando notables beneficios. Así que, tanto la UGT como
CC.OO., funcionan como dos gigantescas empresas, disfrutando pródigamente de
ciertas prebendas que no tienen las demás empresas. Para empezar, a estas
entidades sindicales no se las obliga a detallar sus cuentas públicas y nunca
han sido auditadas por el Tribunal de Cuentas. Disfrutan gratuitamente de los
inmuebles donde tienen sus sedes, edificios que proceden, en su inmensa mayoría,
de la sospechosa restitución del patrimonio histórico sindical. Otros muchos
edificios fueron cedidos gratuitamente por los poderes públicos y son muy pocos
los adquiridos directamente. Pero no pagan renta por ninguno de ellos y ni
siquiera abonan el correspondiente IBI, a pesar de que se trata un patrimonio
sumamente abultado e importante.
Han puesto, eso sí, el grito en el cielo por la
reforma laboral elaborada por el Gobierno de Mariano Rajoy. Achacan a semejante
reforma un aberrante e inadmisible abaratamiento del despido. Más aún, para los
líderes de la UGT y CC.OO, el nuevo contrato indefinido descrito en la nueva
reforma laboral para empresas de menos de 25 trabajadores, permite sin más “el
despido libre y gratuito” durante un año. De ahí que pidan insistentemente la
retirada inmediata de semejante reforma y el comienzo de una negociación abierta
con las fuerzas sindicales. Por eso los sindicatos, con el apoyo incondicional
del PSOE e IU, se han lanzado a la calle organizando ruidosas manifestaciones y
montando la huelga general del 29 de marzo pasado.
Hasta aquí todo normal. Normales son las
protestas, los alborotos callejeros y hasta la misma huelga general para
intentar cambiar el rumbo de la reforma laboral propuesta por Fátima Bañez,
actual ministra de Empleo y Seguridad Social. Pero lo que ya no es normal es la
incoherencia de los responsables sindicales de CC.OO. y de la UGT, ya que
predican una cosa y hacen exactamente la contraria. Protestan airadamente de que
las demás empresas puedan despedir trabajadores, pero ellos, en vez de dar
ejemplo adoptando medidas menos drásticas, utilizan el despido sin
contemplaciones. No se a quien quieren engañar, pero la mayoría de los despidos
de los sindicatos son simplemente por “causas organizativas, técnicas y de
producción”.
El pasado año, los sindicatos dirigidos por
Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez despidieron a más de 500 trabajadores. Y
lo han hecho incluso hasta con veinte días de indemnización por año trabajado,
tal y como recoge la nueva reforma laboral que tanto atacan. Sus despidos son a
veces tremendamente injustos, teniendo que intervenir la autoridad judicial
competente para corregir tamaños desafueros. Es llamativo el caso de una
trabajadora de CC.OO. de Gijón, que con casi diez años de servicio, fue
despedida por dos veces por dicha central sindical y otras tantas veces los
tribunales obligaron al sindicato a readmitirla. Y son los mismos, o similares,
los pecados laborales de la UGT. Está visto que no es lo mismo predicar que dar
trigo.Gijón, 19 de abril de 2012 José Luis Valladares Fernández Criterio Liberal. Diario de opinión
Libre.
|