Ábrase la
Constitución y modifíquense aspectos como las autonomías, la sucesión, la
devolución al Estado de competencias como la educación y la
sanidad.
No es ninguna
sorpresa que donde Esperanza
Aguirre pone el ojo, pone la bala. Cuando muchos políticos van, ella ya está
de vuelta. Aquí no se cumple aquello de que quienes están de vuelta son los que
no han ido a ninguna parte.
Una vez más acierta
al incidir en que “hay que dejar de sostener a todos los que pueden y deben
sostenerse solos”. Entre esos ha citado a los partidos políticos,
patronales, sindicatos y personas con rentas altas. Es evidente que la crisis ya
no permite cerrar los ojos y distribuir euros a diestro y siniestro. Eso de
subvencionarlo todo, como opina la izquierda, ha pasado a mejor vida y debe
dejar de hacerse.
Tal vez lo más acertado de su pensamiento es la necesidad
de “revisar todo el Estado de las autonomías de raíz. Es
imprescindible”. Por fin alguien se ha dado cuenta, además de Europa. Las
autonomías son la vergüenza del Estado y la causa de la sinrazón que acompaña al
Estado. Ábrase la Constitución y modifíquense aspectos como las autonomías, la
sucesión, la devolución al Estado de competencias como la educación y la
sanidad. Es excesivo el gasto de 17 comunidades autónomas en España.
“España no puede
permitirse el lujo de mantener 17 entramados autonómicos, tenemos que encarar
una reforma en profundidad de las administraciones públicas”, ha dicho
Esperanza Aguirre. Y lo ha dicho desde la sensatez, la elegancia y la reflexión
de quien ve a diario el despropósito de los gastos autonómicos, la dualidad y –a
veces—triplicidad de funciones y cometidos.
Se impone, desde
nuestro punto de vista, el pacto de Estado para corregir las barbaridades
cometidas hasta ahora. Pongamos un ejemplo: es incomprensible la existencia de
la AEMET en el Estado y el Servicio de meteorología que mantiene la Junta de
Castilla y León, pagando a empresas por datos que el Estado le proporcionaría de
forma gratuita. Mi pregunta: ¿A dónde va a parar el dinero que la Junta de
Castilla y León emplea en pagar a empresas privadas para solicitar los datos que
puede obtener con un simple correo electrónico a la AEMET? ¿Quién se aprovecha
de ese gasto? ¿Por qué se duplica el gasto a lo tonto? ¿Quién se embolsa ese
dinero? Pues eso es lo que hay que suprimir cuanto antes y eso es lo que viene a
decir Esperanza Aguirre en su asesoramiento a Mariano Rajoy.
La presidenta de la
Comunidad de Madrid puso como ejemplo la Educación, pues la Constitución
establece que “tiene que ser pública y gratuita desde los 6 a los 16 años,
no dice que tiene que serlo después”. También habló sobre la Sanidad en el
sentido de no entender que tengan que ser gratuitas determinadas actuaciones;
algo en lo que viene incidiendo desde hace tiempo.
Muchos entendemos
que el Estado nunca debió ‘soltar’ la Educación y la Sanidad, de la
misma forma que no debería soltar la Justicia a ninguna comunidad autónoma ni la
Hacienda Pública ni la Caja única. Según Aguirre el ahorro sería de unos 48.000
millones de euros pero, según los más entendidos, podría llegar a los 170.000
millones de euros. Nos ahorraríamos eso, y posiblemente más. Ese ahorro sería en
“… edificios, alquileres, altos cargos, políticos, asesores, secretarias,
conductores, coches oficiales, tarjetas de crédito, bonos de desplazamiento,
billetes de tren y avión,…”. Todo ello llevaría a un mayor ahorro en otros
aspectos colaterales.
Criterio Liberal.
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