Abandoné el blog metida en el agujero de Bankia y vuelvo con el socavón del Consejo General del Poder Judicial. Es lo que pasa cuando las entidades son simple apariencia, que arreglas aquí y se cae la máscara de allá. Carlos Divar, su presidente, cuarta autoridad del país, ha sido objeto de una denuncia por parte de su compañero Gómez Benítez, que desde luego huele a vendetta entre política y judicial. La fiscalia archivó la causa, no hay delito, su actuación es legal porque se acoge a esa normativa chanchi-piruli, que permite a los miembros del Consejo, realizar viajes sin informar del motivo concreto. ¡Qué suerte de normas las que se autoimponen los colectivos ejemplarizantes!. A mi me queda una duda,¿También les permite el reglamento faltar al trabajo cuando les da la gana?. Porque además de dinero los viajes requieren tiempo y como es tan necesario que los funcionarios trabajen más, cobren menos y no tengan moscosos pienso que a lo mejor, los jueces del CSPJ, no son necesarios para la recuperación del país. Mejor que la dimisión, prefiero explicaciones: fecha de la norma, integrantes del Consejo cuandose aprobó, conocer si hubo unanimidad en la votación, desde cuando se sabía de sus escapadas y si hay más jueces en el Consejo que las realizan o las han realizado. Me interesa saber el momento en que se convirtió en legal tanta irregularidad en el órgano que distribuye la equidad. Igual se tienen que marchar varios y no se soluciona nada con que abandone uno. Considero tema aparte la politización de los jueces, una anécdota la foto con el Rey y una pesadez los rumores sobre su orientación sexual. Criterio Liberal. Diario de opinión Libre.
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