LA REBELIÓN DE LAS "ÁGUILAS NEGRAS"
de Celso Pastrana, el Martes, 5 de junio de 2012 a la(s) 17:54 ·
25 AÑOS DESPUÉS DE LA IMPRESIONANTE SUBLEVACIÓN QUE HIZO POSIBLE LA HUELGA POLICIAL DEL 15 AL 18 DE MAYO DE 1987.
Los colegas de ASOGLOPIP me han solicitado que escriba un artículo sobre la huelga policial de mayo de 1987. Pienso que, es importante recordar aquella gesta extraordinaria que es parte de nuestra historia de lucha por la dignidad negada, es importante saber porque miles de policías rebeldes tomaron las unidades policiales, calles y plazas improvisando mítines y manifestaciones. Pero más importante es continuar la luchan por nuestros derechos. Nuestra lucha es justa y rebelde por donde se le mire. No duden, llegará el día que la dignidad negada deje de ser tal para convertirse en dignidad conquistada.
En el libro “Policía Rebelde” narro como se dieron los hechos de la sublevación/huelga policial de mayo de 1987, desde que se inició la lucha hasta años después. Los colegas bisoños deben de saber lo que hizo un grupo humano de guardias civiles que prestaban servicios en la 66-Comandancia de la Guardia Civil, unidad conocida como “Las Águilas Negras”.
El honor era y seguirá siendo la divisa de los guardias civiles que el 15 de mayo de 1987 se convirtieron en verdaderos legionarios para luchar por su dignidad participando activamente en la sublevación, inicialmente y por el coraje de estos, fue posible aglutinar a varias miles de policías (guardias civiles, guardias republicanos, policías de investigaciones y miembros de sanidad de la policía) que se sumaron y en otros casos fueron invitados a que participaran. El éxito de la huelga policial más contundente de toda nuestra historia, se la debemos en primer lugar; a los legionarios de la Guardia Civil de las “Águilas Negras” y, en segundo lugar a los miles de policías rebeldes que participaron activamente en la huelga de mayo de 1987. Nunca se había visto en nuestro país a miles de policías manifestándose por las calles, llevando a cabo mítines, concentraciones multitudinarias, marchas por las calles y plazas, toma de unidades policiales de Lima, Callao y provincias.
Han pasado veinticinco años de esa gran gesta heroica, nuestro “delito” fue pensar y expresarnos, nuestro “delito” fue querer vivir con dignidad y no sobrevivir, nuestro “delito” fue decirles inmorales a quienes comandaban el instituto y al gobierno de turno, en fin, nuestro “delito” fue querer ser policías cívicos y democráticos, ciudadanos con todos los derechos.
Hemos conquistado algunas reivindicaciones, como el derecho al sufragio, el derecho a poder desobedecer una orden que atente contra los derechos humanos, y seguimos luchando por nuestra dignidad. Tan sólo hace pocos días (mayo de 2012) observamos en la televisión la entrevista al joven colega SO.PNP. José Millones, que lección de coraje ¡CARAJO! Las denuncias, pensar y expresarse, sus sueños, su amor al país, la lucha por la dignidad negada. Esta acción es la mayor prueba de que la lucha por conquistar la dignidad negada, continúa. Durante el gobierno pasado (2006-2011) y el presente, varios colegas se han expresado y opinado sin temor, la persecución y cárcel fue su castigo.
Mayo de 1987, aquellos legionarios de la Benemérita Guardia Civil del Perú, pertenecientes a las “Águilas Negras”, son poco conocidos –los menciono en mi libro- fueron los artífices para empezar a convertir nuestros sueños en realidad. Los guardias civiles César Vidal Vásquez, Juan Abel García Ordoñez, Fidel Castro Joo, Marco Silvera Carrillo, José Díaz Callirgos, Gustavo Cabrejos Araujo, Luis Peña Felix, Juan De Pomar Vizcarra, Marco Antonio Huaccho Dolorier, José Antonio Limo Laos, Hipólito Eusebio Peñaloza Arana, Víctor Sánchez Saravia, Emiliano Hidalgo Rodríguez, Fernando Rojas Aguinaga, Marco Egusquiza Castillo, José Paucar Mattos, Julio Salcedo Escobedo, Víctor Cuadra Martínez, Pablo Peña Moran, los sargentos de la Guardia Civil Teófilo Valdivia Valdivia, Walter Salas Medina, Teodoro Durad Vizcarra, Héctor Chumbes Conde, Francisco Rivera Rodríguez, cabo Guardia Civil Ricardo Tejada Lizarzaburu, entre otros. Todos participaron de diferentes formas, algunos con misiones especificas como José Díaz Callirgos, Marco Silvera Carrillo y mi querido amigo y promoción César Vidal Vásquez quien asumió secundarme en la rebelión a pesar que su misión era sacar mi ropero metálico de la unidad y ponerlo a buen recaudo, César tenía dos hijas mellizas hermosas, muy pequeñas, por eso decidí que solo se encargara de mi ropero, sin embargo la vida nos da sorpresas, César Vidal Vásquez asumió con valentía, arriesgando su vida y sacrificando a su familia en la lucha por nuestra dignidad, fue un dirigente de la huelga policial de mayo que me secundo en la rebelión de la 66-Comandancia de la Guardia Civil.
En junio de 1987 fuimos reprimidos por el comando del instituto y el gobierno de Alan García. César Vidal y yo fuimos encarcelados en la cárcel de Santa Bárbara en la provincia Constitucional del Callao.
La huelga policial que empezará el 15 de mayo de 1987, su lucha en las calles y plazas, su llegada a las afueras de Palacio de Gobierno, la toma de muchas unidades policiales, en especial de la unidades de Tránsito de la Guardia Civil (30 y 49-CGC) donde por ordenes del coronel GC. Walter Taboada Milla, los oficiales de la Guardia Civil apostados en los techos nos recibieron con disparos de armas de fuego y bombas lacrimógenas, -día 16 de mayo de 1987- y la respuesta de cientos de policías fue la misma, responder con sus armas, así tomamos las unidades de Tránsito, su resistencia fue inútil ante cerca de 500 policías (guardias civiles, guardias republicanos, policías de investigaciones y miembros de la sanidad de policía). Las marchas y manifestaciones multitudinarias, en fin, toda la lucha por nuestra dignidad, se la debemos a miles de policías y sus familiares, a policías anónimos que venciendo el miedo tuvieron el valor y coraje de sublevarse.
A mis eternos colegas de ayer, hoy y del futuro. Nuestra lucha data de décadas atrás, muchos han sufrido persecución, cárcel y tortura por el solo hecho de pensar y expresarse. Las huelgas policiales siempre se dieron cuando no quedó otro camino.
Mayo de 2012, sueldos de miseria, sin vida familiar, colegas asesinados, institución policial sin infraestructura, directores generales de la PNP ineptos y genuflexos, colegas y familiares que siguen reclamando su seguro de vida años tras año, un gobierno que ningunea a los miembros de la institución policial, que militariza el sector, que no se da cuenta que está cavando su propia tumba y que cuando “arda la pradera”, la rebelión hará posible una nueva huelga policial.
Celso Pastrana Neyra
Sargento de la Benemérita Guardia Civil del Perú
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