La parafernalia a los muertos
En España, que es
donde nací y vivo... a los muertos se les dedican “unas fiestas y agasajos
dignos de ser referidos”; en España “nunca hubo un muerto malo o perverso”; en
España, todos los muertos fueron buenos... “hicieran lo que hicieran en vida” y
por tanto cada muerto tiene su loa y sus alabanzas. Amén de que al final se
monta el espectáculo y generalmente hay abundancia para ir a dar el pésame, en
la iglesia o lugar del sepelio. “después el muerto al hoyo y el vivo al
bollo”.
Por mi parte y desde
que me di cuenta de lo que representa esta vida; ya hace muchos años que cuando
surge el tema de la muerte; yo digo con toda firmeza... “las flores, los
cantos y ceremonias y todo eso que se dedica a los muertos... lo que a mi me
corresponda, que me lo den en vida... después de la muerte, una oración
simple y sencilla, de aquellos que de verdad me quisieron, apreciaron o vieron
en mí algo notable... me será más que suficiente, si como creo... en la otra
vida se recibe algo de ésta; y si es así, sólo serán recibidas las oraciones
individuales y sentidas de verdad, por aquel que en silencio y en su intimidad,
dedica al recordado.
En cuanto al
cuerpo... “utilizado para trasplantes aquello que pueda ser aprovechable”; el
resto incinerado y las cenizas... “lanzadas al viento”; en mi caso y si quieren
mis deudos y muero en Jaén; que las cenizas sean lanzadas desde “la cruz del
castillo” y el recipiente de las mismas, tirado al primer contenedor de basura
que encuentren al regreso. También opino que “los terrenos y obras que hay en
los cementerios”; ya a los muertos no les sirven para nada... “mejor emplearlas
en cosas más útiles para los que aquí quedan vivos y necesitan viviendas,
escuelas, hospitales, y cosas que de verdad les sean de
utilidad.
Pero volviendo a los
entierros en España... “aquí es de asombro cuando entierran a alguien que vistió
uniforme y murió en acto de servicio, matado por proyectil o metralla, o por un
accidente de cualquier otro tipo”.
El último acto de
parafernalia mortuoria, ha tenido lugar en Madrid y en el más lujoso de todos
los salones, de “la pirámide” que se ha costeado la alcaldía al mando del hoy
ministro Gallardón, mientras ha ido endeudando a la ciudad en grado que supera a
todas las capitales europeas; aquí la capital de España es señera en los
derroches nacionales... “quizá por ello ascendieron al tal Gallardón para dar
paso a la esposa de José María Aznar... así colocaban y bien colocados, a los
dos personajes”.
Pues bien a la
actual alcaldesa (Srª Botella) era enternecedor verla llorar sobre el féretro de
la empleada municipal asesinada; una policía urbana que la matan en acto de
servicio, a la venerable edad de sesenta y dos años; cosa difícil de encajar, el
que una mujer de esa edad estuviese de servicio y con pistola al cinto, haciendo
frente a unos de los numerosísimos ladrones que asolan España.
Y digo venerable
edad (era ya hasta abuela) puesto que a esa edad, sea mujer u hombre, no creo
sea la apropiada para estar en esas obligaciones o misiones, de perseguir a
delincuentes y hacerles frente... tan fue así, que pudieron ser dos los muertos,
puesto que tirotearon a la víctima y su acompañante, arrebatándoles las armas
que portaban; o sea que los delincuentes “no se pusieron ni nerviosos al ver a
la pareja”.
Pero a lo que voy:
producidos los lamentables hechos, los periódicos y demás medios informativos,
dedican grandes espacios a narrar los hechos, que nos los sirven hasta con
“planos detallados para mayor información”.
Después se pone en
marcha toda la parafernalia oficial, se monta el féretro en el salón arriba
mentado, se le pone una guardia de honor y a su alrededor, se concentran cientos
de “servidores públicos”, destacando los de mayor rango en la política
municipal, e incluso otros de la regional o nacional; y así se “consumen”
tiempos que posiblemente serían mucho más útiles en otros cometidos y visto la
situación precaria de “la españilla actual”.
Y ahora vamos a la
realidad de los hechos y a la constitución española, que dice que... “todos los
españoles somos iguales”, al menos los del proletariado, clases medias incluidas
y muchos otros de aún mejor posición económica.
¿Qué es un
policía municipal? Pues simplemente, “un obrero más que trabaja en un oficio que
por lo que sea eligió y se dedicó al mismo” (lo mismo digo si es soldado,
guardia civil, o policía nacional); suponiendo por mi parte, que sabía donde se
metía y lo que arriesgaba. Lo mismo que lo saben los taxistas (que por
cierto los asesinan en mayor número que a los policías); igualmente lo saben los
encofradores y demás albañiles que trabajan en los andamios, los poceros, los
transportistas o camioneros, “que tienen el culo pelado de ir sentados al
volante”; los pescadores que igualmente se juegan la vida en el mar y tantos
otros oficios, que por tener sus peligros, cada año se cobran vidas en el
ejercicio de esos trabajos.
Por tanto, es
absurdo y ridículo el que a “un uniformado”, se le doten con esas parafernalias
que los demás no reciben, ni tienen el por qué recibirlo... ¿En Nueva York,
Londres, Berlín e infinidad de otras capitales o ciudades se dedica algo
parecido a sus uniformados obreros del tipo que sean? No lo creo, ni tengo
noticias de nada similar; pero aquí ya ven... “muchos entierros los convierten
en espectáculo”.
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