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martes, 14 de agosto de 2012

Los abusos que el Gobierno permite a los bancos


Los abusos que el Gobierno permite a los bancos


                        Al decir bancos, entiendan también cajas y cualquier otro tipo de comerciantes del dinero nuestro (“el especulador presume que gana el dinero con el de otros, no con el suyo”). Enumerar los abusos no cabría en un artículo, puesto que hasta con el dinero público nos obligan a pagar una deuda pública que no debiéramos, puesto que compran dinero público al 0,75 % y  nos lo prestan a nosotros (al Estado) al siete por ciento, cosa que ni el más lerdo de los mortales entiende o entendería jamás.

                        Vayamos a un informe que recibo y que afecta al Banco Santander (catalogado internacionalmente como el mejor del mundo... ¿cuánto habrán pagado por este título?) y que textualmente es el siguiente; y que me envía “un lector” identificado.

                        “Hace años se abre una cuenta en el Banco Santander, para tenerla asociada a un Fondo de Inversión. El Fondo se traspasa a otra entidad durante el año 2008, por no tener productos financieros o bancarios tan rentables como ofertaba esta última. La cuenta se mantiene a "cero" por si hay que volver en el momento en que exista productos atractivos. La cuenta, tal y como se concertó, no devenga gastos de ningún tipo. En Mayo de 2012 se detecta que existe un descubierto de 135,00 euros, preguntando a que se debe ello. Nos dicen que es la comisión de una tarjeta de crédito, y que como no hay saldo devenga intereses de demora, comisiones de descubierto, mantenimiento, etc... El dí­a 10 de mayo se presenta escrito en donde se indica QUE NUNCA SE HA SOLICITADO TARJETA DE NINGUNA CLASE, así­ como retrocedan todas las cantidades hasta que se quede el saldo a "cero" y proceda a la cancelación de la cuenta para evitar males mayores. Transcurridos unos días, a finales del mes de junio se detecta que la carta no ha hecho el efecto deseado, llamando al teléfono gratuito del B. Santander y explicando todo lo ocurrido. Sobre la marcha anulan la tarjeta, quitan la comisión prorrateada de la misma, y el resto trataran de quitarlo, dando un número de incidencia. Sobre el dí­a 26 de julio se recibe llamada indicando que todaví­a queda pendiente de pago la cantidad de 99 euros (llaman presionando al titular y a su esposa, personas que sufren un acoso, supongo que delictivo), mostrando mi extrañeza y provocando que vuelva llamar al dí­a siguiente, en donde les indico mi indignación, las molestias que me están ocasionado por algo que YO NI HE FIRMADO NI HE PEDIDO, amenazo con irme al Juzgado a interponer una denuncia por falta de estafa, dándome nuevas disculpas y un nuevo número de incidencia, asegurando que me contestaran en muy pocos días. A la espera de esta contestación nos encontramos.” No han enviado ni un solo escrito.

                        Otra: Ésta en el BBVA: “Tengo allí la pensión domiciliada (y la de mi señora) y mantengo una libreta, con la que mediante un volante firmado, persona de mi entera confianza, cada vez que necesito dinero va y me lo trae” (ya los bancos son lugares horribles por la aglomeración de gente y LA FALTA DE PERSONAL PARA ATENDERLO). Pues bien de buenas a primeras me obligan o a ir personalmente, o a darme un número para el cajero automático, que igualmente me obligaría a ir, cosa que detesto puesto que jamás he empleado uno de esos artilugios que me repelen y por cuanto fueron inventados, simple y llanamente para prescindir de empleados bancarios y a la vista está, los miles y miles que han venido despidiendo en los últimos años.  Por otra parte, estos artilugios (dicen) que no entregan el dinero que quieras, aún siendo tuyo, sino que te “lo racionan”, por una serie de cosas discutibles, puesto que en realidad lo que los bancos quieren, es retener al máximo todo el dinero que pueden, puesto que ellos... “lo prestan por horas o por minutos, en el mercado mundial y gracias a los ordenadores”; son tan avaros que ya trabajan, al ritmo del propio Sol “que nos alumbra”.

                        Que el lector medianamente inteligente, imagine la cantidad de dinero que los bancos/cajas, obtienen con estas imposiciones; puesto que en el primer caso ha tenido que actuar un abogado y “eso cuesta dinero” y el banco lo sabe; por lo que imaginemos igualmente los miles y miles que por no discutir o ser impotentes, pagan y callan, puesto que terminan por no tener otra solución.

                        Y ahora pregunto y me pregunto...¿Para qué sirve un Gobierno nacional, para qué ese Defensor del Pueblo (“que nada nos defiende”) ahora pasado a una mujer, que para justificarse... “de seis coches oficiales, se queda con tres, pero con el regimiento de inútiles auxiliares que sin embargo pagamos los de siempre? No esperemos respuesta que no la va a haber... y este escrito, les prometo que llega a múltiples políticos, incluso a las oficinas de “la casa del Rey”; no servirá para nada y los españoles, pues... “estaremos cada vez más indignados, cabreados o en ebullición”. Todo por culpa de no gobernar medianamente bien, los que por otra parte nos obligan ya a tantas cosas, que vamos avanzando hacia una indignante y nueva esclavitud.

           Finalmente sólo recordar la enorme sentencia que alguien dedicó a los ricos o muy ricos... “Era tan pobre tan pobre que sólo tenía... dinero”. Pobrecitos, digo yo... ¿Pensarán en llevarse el dinero al otro mundo? Igual sí... “Angelicos”.

Antonio García Fuentes (Escritor y filósofo) www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más)
 
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