Es un hecho constatable cuando los titulares de prensa
recogen el compromiso de González a continuar con “el
proyecto liberal” de Aguirre y no hacen más que poner de manifiesto el
temor que desde siempre ha tenido el Partido Popular a que los liberales
abandonen ese partido conservador.
La dimisión de Esperanza
Aguirre acrecienta ese riesgo, de ahí la consigna de continuidad y la
mención específica del proyecto liberal de ese partido. La dimisión de
Aguirre, más allá de las cuestiones personales que la hayan
podido llevar a esta resolución y que son todas ellas respetables, sugiere la
aniquilación de una línea de poder interno liberal-conservador que tuvo su mayor
áuge con la presidencia de Aznar. En todo caso, cuando
Esperanza Aguirre al poco de fundar el Partido Liberal Español,
PLE, se fusionó con los conservadores se equivocó, también sucumbe
ahora con el paso del tiempo fagocitada por la maquinaria de un partido que
tiene más comportamientos de empresa que ideológicos, a la vista está.
Ni qué decir tiene que nuestra línea política,
el verdadero proyecto liberal español, PLIE distingue entre
socialistas, liberales y conservadores. No se puede ser liberal y conservador al
mismo tiempo, de ahí que todos los liberales que aún permanecen en el Partido
Popular deberían reflexionar y darse cuenta de que una vez que hayan sido
utilizados, su destino será el mismo que el de Esperanza Aguirre.
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