Mariano Rajoy, a su llegada a Santiago de Chile. | Efe
- No interferirá en la investigación interna que lleva a cabo su partido
- Asegura estar dispuesto a 'llegar hasta el final'
- 'No todos somos iguales, es injusto cómo se está tratando a los políticos'
Marisa Cruz (Enviada especial) | Lima
Alejandro parga Periodista. V.P. Actualizado viernes 25/01/2013 07:03 horas
Mariano Rajoy no dirá ni una palabra para autoexculparse, como han hecho la mayoría de los altos cargos del PP, ni tampoco interferirá en la investigación interna que ha encargado a la actual gerente del partido, Carmen Navarro.
El presidente del Gobierno quiere mantenerse al margen de unas pesquisas que considera lo más a lo que puede llegar para intentar limpiar la imagen del Partido Popular después de que se confirmara la cuenta suiza con hasta 22 millones de euros de su ex tesorero, Luis Bárcenas, y EL MUNDO publicara la existencia de pagos continuados en dinero negro a los cargos 'populares'.
Estas son las dos conclusiones de la conversación informal que en la noche de ayer mantuvo el presidente del Gobierno con un grupo de periodistas que le acompañan en su gira iberoamericana.
Rajoy asegura no haber estado al tanto durante sus años de pertenencia al partido de los entresijos de la gerencia: no saber con qué empresas contrataba el PP, quién montaba los actos, los sueldos de unos u otros, los detalles de las nóminas ni las actividades del que fue, primero gerente, y él mismo elevó posteriormente a la categoría de tesorero.
El presidente mantiene firmemente su deseo de que, al final, los ciudadanos puedan dirimir con claridad quiénes son los políticos honrados y quiénes no y espera fervientemente que todo se aclare antes del verano.
Desde su posición como jefe del Ejecutivo y también presidente del Partido Popular considera que su obligación en este caso es la de dar "carta blanca" a Carmen Navarro para que investigue, repase, analice, pregunte y coteje todo lo que sea necesario. "Para que llegue hasta el final", asegura. A partir de este momento, y una vez dado este paso que también incluye la realización de una auditoría externa por parte de una empresa independiente, el presidente del Gobierno cree cumplida su labor: "De este asunto yo ya no me preocupo. Esperaré a lo que la gerente diga", mantiene.
Su intención hasta entonces es "no decir nada más", hasta el punto de que incluso rehúsa hablar en su propio favor desmintiendo ante los ciudadanos que él, en algún momento, en el curso de los últimos años, haya podido ser beneficiario de los polémicos sobres con sobresueldos que repartía Bárcenas.
En cualquier caso, el jefe del Gobierno asegura estar dispuesto a que se llegue "hasta el final" con el objetivo de demostrar, dice, "que no todos somos iguales y que es injusto el tratamiento que se está dando a los políticos".
Rajoy, por el momento, no se pronuncia sobre la oferta hecha por los técnicos de Hacienda de ser ellos los que, con plena libertad de movimientos, realicen gratuitamente un exhaustivo análisis de las cuentas del Partido Popular, y tampoco accede a poner sobre la mesa sus sospechas acerca de quién o quienes esconden intereses tras la denuncia del pago de sobresueldos en negro. Por el momento, el silencio es su estrategia, a la espera de las conclusiones de una inspectora en la que asegura tener puesta toda su confianza
El presidente del Gobierno quiere mantenerse al margen de unas pesquisas que considera lo más a lo que puede llegar para intentar limpiar la imagen del Partido Popular después de que se confirmara la cuenta suiza con hasta 22 millones de euros de su ex tesorero, Luis Bárcenas, y EL MUNDO publicara la existencia de pagos continuados en dinero negro a los cargos 'populares'.
Estas son las dos conclusiones de la conversación informal que en la noche de ayer mantuvo el presidente del Gobierno con un grupo de periodistas que le acompañan en su gira iberoamericana.
Rajoy asegura no haber estado al tanto durante sus años de pertenencia al partido de los entresijos de la gerencia: no saber con qué empresas contrataba el PP, quién montaba los actos, los sueldos de unos u otros, los detalles de las nóminas ni las actividades del que fue, primero gerente, y él mismo elevó posteriormente a la categoría de tesorero.
El presidente mantiene firmemente su deseo de que, al final, los ciudadanos puedan dirimir con claridad quiénes son los políticos honrados y quiénes no y espera fervientemente que todo se aclare antes del verano.
Desde su posición como jefe del Ejecutivo y también presidente del Partido Popular considera que su obligación en este caso es la de dar "carta blanca" a Carmen Navarro para que investigue, repase, analice, pregunte y coteje todo lo que sea necesario. "Para que llegue hasta el final", asegura. A partir de este momento, y una vez dado este paso que también incluye la realización de una auditoría externa por parte de una empresa independiente, el presidente del Gobierno cree cumplida su labor: "De este asunto yo ya no me preocupo. Esperaré a lo que la gerente diga", mantiene.
Su intención hasta entonces es "no decir nada más", hasta el punto de que incluso rehúsa hablar en su propio favor desmintiendo ante los ciudadanos que él, en algún momento, en el curso de los últimos años, haya podido ser beneficiario de los polémicos sobres con sobresueldos que repartía Bárcenas.
En cualquier caso, el jefe del Gobierno asegura estar dispuesto a que se llegue "hasta el final" con el objetivo de demostrar, dice, "que no todos somos iguales y que es injusto el tratamiento que se está dando a los políticos".
Rajoy, por el momento, no se pronuncia sobre la oferta hecha por los técnicos de Hacienda de ser ellos los que, con plena libertad de movimientos, realicen gratuitamente un exhaustivo análisis de las cuentas del Partido Popular, y tampoco accede a poner sobre la mesa sus sospechas acerca de quién o quienes esconden intereses tras la denuncia del pago de sobresueldos en negro. Por el momento, el silencio es su estrategia, a la espera de las conclusiones de una inspectora en la que asegura tener puesta toda su confianza
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