EL "ESTADO DE LA NACIÓN"
ENTRE LAS ELECCIONES Y LA INDEPENDENCIA DE CATALUÑA
Rafael del Barco Carreras
Barcelona
27-02-2014. Tormenta de tópicos para mantener a sus adictos. Pero si nos
atenemos a las audiencias con masiva presencia de políticos y sus discursos en
el Estado de la Nación, entre los televidentes, la absoluta mayoría de
la población española, el desinterés o hastío total marca la tónica. Sólo 73.000 personas
vieron a Rajoy en el debate
Dos días en que han intentado machacarnos ante su
incertidumbre en cuanto las elecciones europeas, que marcarán tendencia, o
sobre la independencia de Cataluña. Y si la tendencia marca el descalabro
bipartidista en España, en Cataluña se espera un abanico que obligará a
unos pactos imposibles de adivinar, suponiendo que una declaración unilateral
de independencia no nos precipite al caos total.
Infinitamente lejos aquellas
elecciones del 2008. Zapatero, a pesar de sus “turbulencias”
económico-financieras, se ganó con 400 € a deducir del IRPF a los
suficientes indecisos, y Rajoy descolocado ofreció 150 €. Seis años desde
aquella campaña, y se diría que estamos en otro mundo. Un mundo más cerca de
Ucraina que de la Comunidad Europea, que si dicho sea de paso corta en
centésimas el grifo de la liquidez, romperá cualquier línea roja. La línea roja de la violencia extrema,
montando barricadas o asaltando instituciones oficiales, no ha sucedido, pero
¡cuidado! nuestros políticos, y en concreto Artur Mas y sus subvencionados,
juegan con fuego.
Leer mis escritos de febrero del
2008 en plena campaña, y en concreto el del día 27, me descubre el abismo abierto en solo seis
años, La Gran Corrupción: ELECCIONES 2008:
“Ante
la Tele, su Tele, creí que se entusiasmarían con las promesas a los más
desfavorecidos, pero se quedaron en la oscura liquidación de los 400€ de
Zapatero, aun no se sabe bien a quien o cómo, o ni siquiera si mantiene la
promesa, y Rajoy con 150€. De golpe la CRISIS se magnifica, la Construcción
amenaza ruina, y a buen seguro los consejeros económicos multiplicando el
importe unitario de la promesa por cabezas beneficiadas han bloqueado el
cerebro de los prometedores.
Esto
de la crisis siempre ha perseguido a los desfavorecidos de la suerte. Por los
50 en mi casa esa palabra no existía, simplemente éramos pobres, trabajadores,
y se gastaba lo que se cobraba cada semana, y se debían plazos hasta por el
traje de primera comunión, pero no existía la “hipoteca para toda la vida”, con
la de “vivir” se agotaba todo recurso.
La
palabreja me golpeó cuando muy joven me convertí en empresario. El
desarrollismo de los 60 con los bancos cerrando o abriendo el grifo de los
créditos al toque de tambor del Banco de España, y podía repicar diferente
varias veces el mismo año, según era la época de la cosecha o los turistas
llenaban las playas. ¡Qué época! Si tenías algo que vender, la crisis hacía que
sobrara, y si ibas a comprar, la euforia te obligaba pagar cara cualquier
importación. Las licencias de importación, un buen negocio para el Estado y sus
funcionarios.
Recuerdo un gran empresario catalán,
Martínez Suñer, criticando que construyéramos vendiendo con las famosas letras
mensuales. “Yo dejé de construir cuando el edificio dejó de venderse en
efectivo sobre planos, ese riesgo de vender a plazos no se puede asumir, ni
siquiera financiar”. La gran Barcelona de entonces y de siempre la construyeron
los enriquecidos para alquilar o los constructores vendiendo “sobre plano”.
Capital acumulado y ahorro de calcetín. ¡Que retrógrado!...”
Aquel Martínez Suñer, se
quedaría tan boquiabierto ante la realidad actual catalana, que se olvidaría de
pisos y negocios, y al igual que Fainé, Olíu, Lara o incluso Godó, se
taparía los oídos ante el estruendo que se fragua.
A los catalanes, entregados por esta
maldita partitocracia a un iluminado Oriol Junqueras que con 400.000
votos se cree el eje del Mundo, y al corrupto pujolismo de Artur Mas,
intentando salvar sus corrupciones y saldos en Suiza, o donde quiera que ya los
hayan situado tras los últimos sustos, solo nos falta para romper el hielo, y
asaltar La Bastilla, que el “corralito” bloquee los cajeros y las
ventanillas de los bancos.
Y al hilo de mis escritos anteriores,
el titular más gracioso del día, que demuestra más si cabe la imposibilidad de
todo diálogo:
El
corrupto Fèlix Millet, convergente de toda la vida, también es culpa de España
¡Y además, también es cierto!
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