Coronación
de Felipe VI: “Digamos también la verdad: gente no hay mucha”
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RealPartitocracia—
Coronación
de Felipe VI: “Digamos también la verdad: gente no hay mucha”
Las
cámaras aéreas dejaron a la monarquía desnuda
Exito
de asistencia entre la “casta” y fracaso de apoyo popular. La coronación de
Felipe VI en Madrid llegó incluso a soliviantar –sin excesos, claro– a los
propios participantes del régimen. “Digamos también la verdad: gente no hay
mucha”, confesó ante las cámaras de televisión el ex presidente de la
Asociación de la Prensa (APM), Fernando González Urbaneja, desde la Plaza de
Oriente donde participaba como comentarista de la Sexta TV. “Aquí nadie ha movilizado
y hay poca gente”, se lamentó. Y esa fue la tónica también en las calles de
Madrid: vacías durante el primer recorrido en coche de Felipe VI cuando se
dirigía al Congreso y en su viaje de vuelta al Palacio de Oriente no se
lograron llenar las aceras. Parte del recorrido estuvo incluso semivacío,
incluidas las habitualmente populosas plazas de Neptuno y Cibeles, según
captaron inesperadamente las cámaras. La comparación con las masivas
celebraciones deportivas en estos dos lugares fue inevitable, tanto como las
imágenes y discursos comparados de la coronación de Juan Carlos I por Franco y
de Felipe VI por Juan Carlos, pues el ritual fue prácticamente idéntico. Y como
en los regímenes militares del tercer mundo, un impresionante despliegue
policial de 11.500 agentes, con filas interponiéndose entre supuestos
representantes y escasos representados.
El
protocolo real sentó juntos a los tres presidentes de PP-PSOE
En
lo que sí hubo “overbooking” fue entre la “casta” política: diputados,
senadores y ministros abarrotaron el palco de la Carrera de San Jerónimo. La
ceremonia de ordenación del nuevo monarca por decreto en el BOE y sin
referendum registró además un grave incidente: un grupo de ciudadanos fue
apaleado por la policía en la Gran Vía de Madrid, esquina con la calle de la
Salud, al mostrar banderas republicanas y gritar en favor de la República.
“¡Esto es un golpe de Estado, no hay Estado de Derecho!”, acertó a decir uno de
ellos antes de ser detenido. En la Plaza Tirso de Molina sí se produjo una
espontánea concentración republicana, pese a las tres manifestaciones
prohibidas por la Delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes. La policía
acordonó los accesos y los ciudadanos que lograron traspasarlo para ejercer su
derecho a la protesta estuvieron rodeados en todo momento de agentes
policiales.
Un
vídeo registró la detención de ciudadanos con banderas republicanas
Las
imágenes de televisión mostraron además como una chica con una bandera tricolor
era también zarandeada y otros dos ciudadanos eran inmovilizados en el suelo,
uno de ellos bastante dolorido por los golpes. Mientras tanto, comentaristas de
televisión como Antonio García Ferreras (La Sexta) propagaban que “la policía
me ha dicho que no están prohibidas las banderas republicanas”, algo que
repitieron algunos medios como Infolibre. Fue evidente que de nuevo les
engañaron o se dejaron engañar.
Rajoy
en uno de sus célebres "cabezazos" reales. La prensa no distribuyó el
que le dio a Felipe VI
Y es
que la “mafia” PP-PSOE había diseñado un acto sobre todo televisivo, donde el
“montaje” de planos y escenas eran edulcoradas hasta el sonrojo. Ni un
comentario crítico, ni una opinión disidente, ni la más mínima disonancia. Y el
guión se desarrolló conforme a lo previsto: los dirigentes del PP alabando a la
Monarquía, con nuevo y espectacular “cabezazo” del presidente del Gobierno,
Mariano Rajoy. Y los dirigentes del PSOE, ya abiertamente comandados por Felipe
González, apoyándola con gestos pero declarándose “republicanos” de boquilla.
Por si acaso…
Calles
semi-vacías en la coronación de Felipe VI
El
discurso de Felipe VI ante las Cortes Generales tampoco acaparó demasiado
interés a pesar de los consabidos aplausos, que evitaron los presidentes de
Cataluña y Euskadi, Artur Mas e Iñigo Urkullu. Y parece que no contentó ni a
los suyos: “Le faltó más emoción”, se quejó un periodista cortesano, Miguel
Angel Aguilar (El País), que estuvo a punto incluso de colarse en el coche
oficial de Sofía de Grecia y no ocultó su complicidad con la ya ex-reina, que
conservará título, casa y sueldo público pese a la dimisión de su marido tras
el 25-M. Otros como Eduardo Inda (El Mundo), uno de los periodistas más
impopulares en España junto a Paco Marhuenda (La Razón), lamentó que Felipe VI
“no hubiera hablado más al corazón” ni aludiese a la terrible situación económica
de la mayoría de los españoles. El periodista Ernesto Ekaicer (El País) echó en
falta también que no se acordase de que la prioridad de España era el empleo
para 6 millones de ciudadanos.
Desfile
del monarca por Madrid: parecía de otro tiempo
Desfile
del monarca por Madrid: parecía de otro tiempo
La
ceremonia y su retransmisión televisiva fue melosa hasta la extenuación y
aburrida hasta el punto de que Cuatro TV prefirió emitir “Callejeros viajeros”.
El resto de las cadenas cumplieron disciplinadamente su papel. En la recepción
oficial en el Palacio Real, con un interminable “besamanos” de 2000
monárquicos, destacó por su descomunal “cabezazo” ante Felipe y Letizia el del
presidente del Banco de Santander, Emilio Botín.
Las
aceras del centro madrileño no consiguieron llenarse
Entre
el grupo de periodistas del régimen que fueron invitados sorprendió la
presencia del director de “Eldiario.es”, Ignacio Escolar, tanto como su
justificación. Tras titular con una confesión algo avergonzada –“Qué hace un
periodista como yo en una proclamación como ésta”–, añadió:
“Por
supuesto, asistir a ese recepción en el palacio no cambia en una coma ni la
línea editorial de eldiario.es ni mi opinión personal sobre la monarquía.
Entiendo la posición de los diputados que legítimamente han decidido no
participar en ninguno de los actos de la proclamación del nuevo rey como forma
de protesta republicana. Pero, como periodista, creo que mi obligación es otra:
informar a los lectores de eldiario.es con transparencia, independencia y
honestidad. A eso iré”. Lo curioso es que esa “línea editorial” le había
llevado a defender antes la compañía de la ministra Ana Mato –y de todos los
ministros– a Sofía de Grecia en el polémico viaje oficial a Nueva York para ver
la final de Rafa Nadal en el US Open con dinero público. Desde entonces, Sofía
evitó más compañías ministeriales.
Entre
los periodistas que acudieron al “besamanos” también estuvo su padre, Arsenio
Escolar, director del diario “20 Minutos”, y otros reconocidos “juancarlistas”
como Isabel San Sebastián, Fernando Onega, Graciano Palomo, el director de
RTVE, González Echenique (que no es periodista) y un largo etcétera que
repartieron su tiempo entre los platós de las tertulias televisivas y
radiofónicas y la Zarzuela, impartiendo loas e incienso mediático para los
nuevos monarcas.