La sociedad civil homenajea a Trevijano en su 87 cumpleaños con un elogio de su
república constitucional.
Un nutrido y representativo grupo de la sociedad civil española se reunió el
pasado viernes en Madrid para homenajear en su 87 cumpleaños a un politólogo,
pensador, crítico de arte y hombre de acción: el abogado y notario Antonio García
Trevijano, autor de la monumental obra “Teoría pura de la República”, entre
otras muchas publicaciones. Casi un centenar de personas rindieron así tributo
a la “república constitucional” y a la “libertad constituyente” que el
intelectual granadino lleva predicando durante medio siglo, la mayor parte del
tiempo prácticamente en solitario. Dos intentos de asesinato, un atentado que
le dejó graves heridas y dos meses y medio de cárcel junto a Marcelino Camacho
(CC.OO), Nazario Aguado (PTE) y José Álvarez Dorronsoro (MCE) jalonan su
“curriculum” de oposición a la dictadura primero y la oligocracia después.
Los que asistieron al ágape reivindicaron un modelo de Estado republicano
parecido al de Estados Unidos, Francia o Suiza pero adaptado a la singularidad española
y con mejor funcionamiento que sus homólogos europeos y americanos, junto con
un modelo de democracia basado en la separación de poderes y la elección
mayoritaria por distritos uninominales: “La Monarquía de Partidos debe ser
sustituida, mediante referéndum previo, y para garantizar la unidad de la
conciencia española, por una República Constitucional, que asiente su
patriotismo”, dijo Trevijano, que también recordó ante sus amigos y seguidores
la necesidad de “erradicar el oportunismo personal y social del ámbito
político, primar la lealtad como virtud personal y social, animar a la sociedad
civil para evitar la dictadura de la clase política y proclamar la decencia de
la sociedad civil para civilizar a los partidos y sindicatos, sacándolos del Estado”.
Al acto acudieron ciudadanos de todo pelaje, suerte y condición. Filósofos como
Gabriel Albiac, economistas como Roberto Centeno, historiadores de arte como
Matías Díaz Padrón (conservador del Museo del Prado) y Jael Sanzsalazar (Museo
del Louvre), ex políticos como Alejandro Rojas Marcos (otro de los fundadores
de la Junta Democrática) e Ignacio Bayón (ministro de UCD) o magistrados como
Daniel Sancho.
Precisamente durante el acto, Trevijano describió diversos sucesos históricos
de la oposición al franquismo y a la Monarquía de partidos en los que
participó, entre ellos el día en que fundó la Junta Democrática y Felipe
González le pidió que excluyera de ella a Rojas Marcos, lo que le concedió:
“Fue el mayor error que he cometido en mi vida, pero entonces pensé que era la
única manera de salvar la unidad en la Junta Democrática. El tiempo me
demostraría lo que finalmente pasó:
que Felipe González, además de un corrupto,
era un oportunista y un desalmado”. Trevijano describió su encuentro con el
entonces joven socialista antes de su viaje a a Suresnes tanto en el Parador de
Antequera como en el aeropuerto de Barajas ya que a pesar de su militancia
socialista clandestina, González era uno de los pocos españoles que podía
viajar al extranjero con su pasaporte en regla (al sindicalista Nicolás Redondo
no se lo permitían).
El fundador de la Junta Democrática, la alternativa política transversal que
pudo poner los cimientos de la democracia en España en 1976 a través de una
“ruptura democrática pacífica” y que se frustró por el pacto y el “consenso” de
PSOE, PCE y CiU con las estructuras del franquismo a través de Juan Carlos y
Adolfo Suárez, narró otros acontecimientos del último cuarto del siglo XX, como
la llegada de Juan III a España para el bautizo de su nieto (el actual Felipe
VI):
“Tuvo un encuentro en mi casa con el general Díez Alegría y le propusimos un
golpe de Estado contra Franco“. Trevijano fue objeto de dos serias amenazas de
muerte por parte del régimen (“Me avisaron Antonio María de Oriol, entonces
ministro de Justicia, y Antonio Fontán, director del diario “Madrid”), un
atentado que casi le cuesta la vida y una prisión de más de dos meses donde
pudo comprobar como todos los comunistas salían poco a poco de la cárcel –los
socialistas Javier Solana y Raúl Morodo lo delataron y se libraron de ella– y
él permanecía entre barrotes. También contó sus encuentros con Juan Carlos de
Borbón cuando era cadete en Zaragoza y él notario en la provincia, así como sus
citas secretas con el jefe de la Casa Real, Sabino Fernández Campo, que le
contó numerosas confidencias cuando Juan Carlos lo cesó al intentar poner coto
a su disipada vida privada y sus tropelías financieras.
Al almuerzo, que finalizó con un discurso de Trevijano interrumpido varias
veces por los aplausos de los comensales y en el que intervinieron además
algunos de ellos, acudieron también ingenieros como Antonio Sanchez Jauregui,
periodistas como Jose Antonio Sentis y Javier Castro Villacañas, editores como
Alejandro Garrido, Federico Martínez o Javier Esteban, arquitectos como Luis
Miguel López, el presidente de la Real Federación Española de Tenis (RFET),
José Luis Escañuela, el letrado José Jorge Fernández Mateos, entrenador del
equipo de fútbol Libertad Constituyente FC (del que Trevijano es presidente de
honor y que fue campeón de liga cadete 2013-2014 desde Majadahonda), así
como el médico traumatólogo Fernando Gómez Castresana, que lo operará este
lunes de su maltrecha cadera.
El equipo de colaboradores, técnicos y columnistas de Radio Libertad
Constituyente, Libertad Constituyente TV y Diario de la República
Constitucional (Diario RC) estuvo casi al completo: Adrián Perales, Pedro
Manuel González, Paco Bono, Fernando Gómez, Manu Ramos, Vicente Carreño, Paco
Corraliza, Rafael Martin Rivera, Baldomero Castilla, Pedro Gómez, Alejandro
Gonzalez y Alvaro Méndez.
Entre los asistentes acudieron también Alejandra Diez Monsalve, Antonio Giron,
Carlos Llamas, Daniel Cardani, Enrique Pascual Pons, Jacinto Gomez Simon, Jose
Maria Fernandez Isla, Leopoldo Gonzalo, Luis Miguel López, Manuel Francisco
Muñoz, Mochon Morcillo, Orlando Gallego, Gabriel Sanchez, Ioana Chernu, Jacobo
Olmedo, Jorge Uphoff, y su sobrina Teresa Garcia Trevijano, entre otros muchos.
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