"NO SÒC UN POLITIC CORRUPTE"
Rafael
del Barco Carreras
Barcelona
25-10-2014. Un hombre de 84 años, gritando al borde del colapso ante un Parlament,
impresiona. Por muy endurecido y escéptico que uno sea le concede el beneficio
de la duda. Pero tras 35 años de oírle, y pretender descubrir una o varias de
sus mil caras que aun le asocian (ahora a través de sus hijos) con el
corrompido ambiente barcelonés de mis por desgracia abogados Piqué Vidal y
Pascual Estevill (u otros más actuales pero de la misma escuela), aparco toda
duda… y me paseo por Pedralbes, y Ronda General Mitre, o calle Muntaner. Las
viviendas en Barcelona de solamente Pujol, Jordi jr. y Oleguer. Fotos
para mi blog.
Paseando
intento cuadrar, tipo viejo contable, el valor de las viviendas que veo, y
segundas o terceras residencias que se publican… y el “enriquecimiento
ilícito” es una monjil ocurrencia. Los signos externos del Clan
Pujol (colección de coches incluida) no se justifican ni con 100
¡decentes! años de Presidente de la
Generalitat. Dicen
"Hasta donde yo sé no se
comporta como un corrupto", señala el presidente de la
Generalitat sobre Jordi Pujol
Mas, sobre la
pressió judicial als Pujol: "Tinc la sensació que l'Estat no actúa sempre
amb equanimitat"
“No se comporta como un corrupto”. O le ha
salido un hijo tonto o ¡tan corrupto como él! Es más, aun concediendo a Pujol
la capacidad de abducir a sus privados o íntimos oyentes, y jamás descolocar a
cada uno del lugar que en su mente le destinara, casi 30 años son demasiados
para no descubrir el tic revelador, el engaño, la infidelidad… ¡y aprovecharse!
La literatura y el cine (recuerdo “El sirviente” de Dick Bogarde) nos muestran
el infinito abanico de posibilidades entre dominantes y dominados.
Que
los “estados”, y su Régimen, no son ecuánimes, dicho por Artur Mas, es una soberana
sandez. Tan poco “ecuánimes”, que mientras unos se mueren de
hambre, a otros les sobran un par de millones de euros en Liechtenstein.
Es
descriptivo oír estos días a los adoradores, o comprados defensores, paseando
por toda clase de medios. Los hay que aun ponen la mano en el fuego acudiendo
al freudiano argumento del engaño familiar… la ambiciosa Ferrusola y
malvados hijos. Él, dedicado en cuerpo y alma, las 24 horas del día,
a “fe país”, al contrario que Saturno, era devorado por los hijos.
Ni la
Ferrusola dirigía Banca Catalana, ocupada en parir y
criar siete hijos, ni aquella primera Generalitat, partiendo de casi cero, y
dotándose de competencias para colocar a sus “mejores hombres” ¡y
rentabilizarlos!, necesitaba de intrigas familiares.
Una
de sus más silenciadas y complejas corrupciones se inició de
inmediato pagando, o solucionando con otros créditos que nunca se pagarían,
parte de los estropicios y estafas anteriores. En paralelo las primeras grandes
mordidas, por ejemplo Casinos de Cataluña, dominados por Piqué Vidal. Reanudándose
los envíos de dinero a Andorra, y de allí a otros paraísos fiscales menos
permeables, conjuntamente con el Banco Garriga Nogués de Javier de la
Rosa.
Con
lo de “no sóc un politic corrupte” también dijo más o menos
que su padre no se fiaba de España, por lo que depositó su dinero “fuera”. La
traducción es obvia, todo dinero robado y sobrante se ha de colocar “fuera”.
Tiempos turbulentos los 80 que le descubrieron, confirmado cuando como banquero
pagaría a corruptos franquistas, que la
Política era tan rentable como la
Banca.
Una “feina
ven feta” (trabajo bien hecho, dice) reflejada en esa independencia
soñada como solución a todos sus problemas judiciales. La
Política que le consolidó unos miles de millones
de pesetas podría ahora consolidar unos miles de millones de
euros… y librar de la cárcel a todo el Clan:
“INSTAN A MAS A CONVOCAR ELECCIONES
Muriel Casals descarta presentarse en una lista unitaria
independentista de cara a unas eventuales elecciones autonómicas en clave
plebiscitaria.”
RIAS Y COLLBONI SE ACERCAN
El candidato socialista, Jaume Collboni, se ofrece a CiU
para pactar los presupuestos a cambio de un "giro social". El
alcalde, el convergenteXavier Trias, abierto a negociar.
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