Alfonso Guerra no quería despedirse junto al empresario Arturo
Fernández (CEIM) pero el destino lo ha querido así
El cruel destino ha querido
que el diputado socialista Alfonso
Guerra anuncie su despedida junto al empresario monárquico
arruinado y acusado de corrupción, Arturo
Fernández (CEIM) y el ex-jefe
de la Casa Real, Rafael Spottorno, usuario de las tarjetas
"black" y jubilado de oro. Pero Guerra lo ha hecho con una de sus
típicas bravuconadas:
“No está mal, ya me puedo ir, llevo 50 años cotizando a la Seguridad Social;
algo que ustedes no conseguirán lamentablemente, tal como están las cosas”.
Este fue su comentario, tan prosaico, a los informadores del Congreso, sin
acritud. "Uno de los grandes de la política", señala "El País" por
la pluma de Joaquin
Prieto. Y remacha: "Siempre supo encender a los
auditorios con su oratoria y, desde luego, no se le ha olvidado cómo hacerlo a
los 74 años". Y su compañera, la periodista Anabel Díez,
admiradora del personaje, advierte: "No se va del todo, porque mantendrá
la presidencia de la Fundación
Pablo Iglesias", algo que al parecer le ha garantizado Pedro Sánchez. Leer más de esta entrada