ARTUR MAS Y SU DECRETO HACIA LA INDEPENDENCIA
Rafael
del Barco Carreras
Barcelona
6-08-2015. Las vacaciones alteran las televisiones, también a la pública
catalana TV3. Ayer sustituían al agotador Artur Mas por los agravios de unos
“presupuestos generales españoles” que, o se olvidaban de unas inversiones
indispensables, o invierten “poco” y “tarde”. Trenes, carreteras, puertos. El
tipo de discurso del vaso medio lleno o medio vacío. Madrid todo lo hace mal o
a destiempo. Otro problema, la estatua de la República que coronaba el monolito
del cruce Diagonal-Paseo de Gracia. Tras decenas de años de olvido, recolocada
en Nou Barris, los vecinos la reclamen como propia.
El
protagonista en cuanto a agravios, la fabricada estrella local, Raúl Romeva, un
comunista flamante cabeza de lista de Artur Mas : “Nos jugamos la libertad de
un país al que han intentado “apallisá” (sic)”. Frase seguida de todos los tópicos
habituales del independentismo. Un charlatán un tanto mazacote porque pretendía
un mitin de alto voltaje pero consultando fichas. Apalear, golpear. Torturar,
dijo Artur Mas. Dicho por un vividor de la Política que pasó ¡10 años! en el
Parlamento Europeo por ICV, sin que se sepa haya contribuido en nada a la
felicidad del “apaleado” pueblo catalán, a mí me sorprende aunque sea una
metáfora.
Metáfora
que se convierte en realidad si consideramos que para quién ahora “trabaja” (me
gustaría saber quién le paga el sueldo o contrato actual) mantuvo o encubrió 35
años un Régimen corrupto. Una Generalitat de “mordidas” e institucionalizado
“tráfico de influencias”, repito e insisto y repetiré, de recalificaciones y
dobles precios, de enchufes y endogamia, de saqueo de las caixas públicas, o el
colmo de la degeneración los “secuestros” y venta de libertades en sus
cárceles. La Generalitat y régimen de Jordi Pujol.
Comprendo
que se deban exagerar las metáforas para embobar a esos 2 millones de catalanes
que contra viento y tempestades pretenden una República Catalana, pero en manos
de semejantes individuos, y tratándose del comunista Romeva, con la intención
de convertirla en una Cuba, o Corea del Norte, o la idílica Yugoslavia de la
autogestión, ofende cualquier sensibilidad.
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