OTEGUI EN EL PARLAMENT
Barcelona 18-5-2016. Hace años que
un comentario anónimo me amenazó de muerte por haber escrito que los del ‘tiro
en la nuca’ no me gustaban. No es que me preocupara, ni poco ni mucho,
aunque conociera demasiados psicópatas para desechar del todo la amenaza.
Desde entonces nunca escribo sobre ETA, de la que conocí muy mucho por los 80
al Comando Cataluña. Escribí cuando Carod Rovira, más vividor
que psicópata, del que cuentan, y él se lo atribye, que consiguió en Perpiñán
que no atentaran en Cataluña. Otra de sus fantasías aprovechando el impacto
de la bomba en Hipercord ¡21 muertos! Incluí la ETA entre mis tabús,
convenciéndome que el fenómeno me caía
lejos.
Todo un espectáculo en el Parlament.
A mí no me recibieron a pesar de aprobarse en pleno mi comparecencia en la Comisión
Pujol. Avisé con antelación que hablaría de las cárceles de Pujol ¡y los
secuestros! La pasada legislatura, más o menos lo mismo. Ahora digo y
repito, copiando de nuevo al inmortal Groucho Marx, que jamás entraría o
me inscribiría en un club que me admitiera.
La Vanguardia - hace 1 hora
Duro
encontronazo entre el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, con el líder del ...
El Confidencial - hace 8 horas
El Periódico - hace 18 horas
LA VANGUARDIA
18/05/2016 11:27 | Actualizado a
18/05/2016 12:38
Duro
encontronazo entre el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, con el
líder del PP en el Parlament, Xavier García Albiol, por la visita de Arnaldo Otegi
a la cámara catalana. Ante la crítica del popular, Puigdemont ha avalado la
visita y ha recordado el lema del PP ante procesos de paz abiertos: “Sin
violencia se puede hablar de todo, ahora que no hay violencia, ¿se puede
hablar de todo, señor Albiol?”
Ante tanto disparate me voy por los
cerros de Úbeda, donde añado deambularon mi rama andaluza de bisabuelos, antes
de 1900, y uno enterrado en el cementerio de Las Corts:
“BARCELONA 30 AÑOS DE CORRUPCIÓN”
2005
pag. 75
El aguante del cuerpo humano es infinito, nadie conoce su
propia
capacidad de adaptación y resistencia, y en mi caso, metido
en el
camastro escribiendo, pasaba las horas. Entonces no tenía ni
idea de lo
anterior, ni de eso ni de casi nada, por eso estaba en
prisión. Un gran
entretenimiento, el frontón. Koldo y sus muchachos (el
comando de
ETA que entró en el cuartel del Ejército en Berga para robar
armas)
imbatibles en la cancha, el único Camacho, un chaval de
veinte años.
Una gozada de partidos, con apuestas para buen aliciente. Funcionaba
el negocio de la manufactura de pelotas basándose en goma
elástica
para el núcleo e hilo de calcetín de relleno, durísimas.
Buen amigo
Koldo, y Camacho. Dos vidas antagónicas en el mismo lugar.
98
atracos le cargaban a Camacho, algunos estando en prisión
arrancados
a palizas. Con aureola interior por su huida con los 45 en
el 77.
Había entretenimientos más complejos, además de las drogas y
el
juego (“el burle”, con partidas de dados y “señora”) no
faltaría una
completa casa de putas en la lavandería con un madame
maricón, o en
el cine los domingos una copia del Diana de la calle las
Tapias. Todo
en conjunto el mejor caldo de cultivo para la incubación,
desarrollo y
expansión del SIDA. Barcelona pagaría durante muchos años
vivir de
espaldas a una de sus realidades,
aquella cárcel.
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